Resumen
Introducción: Las celulitis faciales no son una consulta excepcional en urgencias hospitalarias en pediatría. El diagnóstico médico es eminentemente clínico. No suelen precisarse exploraciones complementarias de imagen, salvo por sospecha de complicaciones y las necesarias para el tratamiento odontológico específico. Deben diferenciarse las celulitis de origen dentario de las orbitarias y las de otro origen. El propósito de este estudio retrospectivo era analizar las características clínicas de las celulitis faciales de origen odontogénico (CFO) en los pacientes que ingresaron en nuestro hospital.
Pacientes y métodos: Estudio retrospectivo de las CFO de los pacientes ingresados en un hospital de segundo nivel, con un seguimiento telefónico tras el alta. Las variables estudiadas fueron las siguientes: edad, sexo, localización de la celulitis, síntomas de infección, analítica, tiempo de evolución en el momento del ingreso, utilización de pruebas complementarias y manejo posterior al alta del paciente. La estadística descriptiva se realizó con los programas Microsoft Excel 2010 y Epidat 3.1.
Resultados: Durante el curso 2013-2014 ingresaron en nuestro hospital 9 pacientes con diagnóstico final de CFO, que representó el 0,8% de todos los ingresos de la planta de pediatría. El criterio de ingreso mayoritario fue la rápida progresión de la inflamación. Dos pacientes (22,2%) eran varones, la media de edad (± desviación estándar) era de 8,48 ± 3,4 años (rango: 5-13); el 55,5% (5) tenía ≤6 años de edad. En 7 casos (77,8%) se observaron caries en la exploración intraoral inicial, y en los 2 casos restantes se observó durante el ingreso la existencia de abscesos dentales y otras lesiones orales. Se apreció una extensión hasta la región periorbitaria, preseptal (edema), en 4 de ellos (44,4%). La alteración analítica más frecuente fue la neutrofilia, en 8 casos (88,9%). La estancia media hospitalaria fue de 4,2 ± 2,7 días (rango: 3-11). Ante la sospecha de complicaciones, o para valorar el posible origen otorrinolaringológico, se realizó una prueba de imagen en 4 casos (44,4%): tomografía computarizada, ecografía y radiología simple. El tratamiento incluyó amoxicilina-clavulánico i.v. en todos los casos, y corticoides i.v. en 4 (44,4%). Ninguno precisó traslado hospitalario. Tras el alta se pudo contactar telefónicamente con 8 pacientes (88,9%). Todos ellos recibieron tratamiento odontológico, y en 5 casos (55,5%) se extrajo la pieza.
Conclusiones: Deben remitirse para considerar su ingreso los pacientes con CFO de rápida progresión, con trismus, afectación general o fracaso del tratamiento antibiótico oral. Establecer un diagnóstico correcto y precoz (con antibioterapia y tratamiento dental apropiados) es clave para una resolución rápida de las infecciones faciales odontogénicas. Se recomienda realizar más estudios sobre este tema.