Resumen
Introducción: El transporte pediátrico aporta recursos humanos y materiales a centros que carecen de ellos y aproxima al niño enfermo adonde se encuentran esos recursos; es especialmente importante cuando se precisan cuidados intensivos y/o cirugía urgente.
Objetivos: Describir el perfil de los niños trasladados de forma urgente desde nuestro servicio de pediatría a los hospitales de referencia. Analizar las diferencias etiológicas, demográficas y estacionales.
Material y métodos: Estudio descriptivo retrospectivo de los traslados pediátricos urgentes de un hospital de segundo nivel durante el periodo comprendido entre 2011 y 2014. Los datos han sido extraídos de la revisión de los informes de traslado. Se han estudiado diversas variables cualitativas, como el sexo, la distribución en grupos de edad, la etiología, el origen y el destino del traslado.
Resultados: Se efectuó un total de 192 traslados, con una media de 48 traslados/año (rango: 45-52); el 58,9% correspondió a varones, con una media de edad de 2,85 ± 1,75 años; el 30,2% eran menores de 1 mes y el 17,2% tenían entre 1 y 12 meses. Diciembre fue el mes con mayor número de traslados. Las causas más frecuentes fueron quirúrgicas, seguidas de neonatales y respiratorias. El 46,3% ingresó en la unidad de cuidados intensivos (pediátrica o neonatal). Al comparar los grupos etiológicos con el resto de variables, se observan diferencias estadísticamente significativas (p <0,0001).
Conclusiones: El perfil del traslado depende fundamentalmente de la edad y de la estación del año; predomina la patología respiratoria en invierno y los accidentes en verano.
El transporte pediátrico y neonatal resulta una pieza clave en la cadena de supervivencia del niño con una enfermedad grave y en la provisión de una continuidad asistencial, por lo que debería entenderse como un proceso eficiente y de calidad realizado por profesionales capacitados para la atención, que debe contar con un material y una metodología adecuados para cada caso.