Sr. Director:
Presentamos el caso de una niña de 11 años de edad, natural de Guinea Ecuatorial y residente en España desde hace 2 años, que acude al servicio de urgencias por presentar cefalea frontoparietal izquierda y fiebre elevada de 3 dÃas de evolución, asociadas en las últimas horas a una importante tumefacción palpebral izquierda. Como antecedentes personales destacaban episodios de cefaleas y alteración del comportamiento. En la exploración presentaba un peso en p10 y una talla en p90, un regular estado general, con rigidez de nuca y signos menÃngeos positivos, ptosis palpebral y proptosis ocular izquierda, además de una caries dental en el maxilar superior izquierdo. Los resultados de las pruebas complementarias fueron los siguientes: 25.100 leucocitos/mm3 (neutrófilos 92,1%), velocidad de sedimentación globular 70 mm/h y proteÃna C reactiva 32,5 mg/dL. El estudio de coagulación fue normal. El dÃmero D era de 5.250 ng/L. En la punción lumbar se obtuvieron 1.600 leucocitos/mm3 (un 90% polimorfonuclearres). Las cifras de glucosa eran de 31 mg/dL y las de proteÃnas totales de 0,88 g/dL. Tras la toma de muestras, se inició antibioterapia empÃrica con cefotaxima y vancomicina, asà como corticoterapia profiláctica con dexametasona intravenosa.
Se realizó una tomografÃa computarizada cerebral, en la que se observaba un incremento de las partes blandas frontopalpebrales izquierdas, asà como una sinusitis frontoetmoidal y una lesión hipodensa capsulolenticular izquierda. En el electroencefalograma (EEG) aparecÃa una intensa lentificación en el hemisferio izquierdo, sobre un trazado de fondo inestable. Dada la sospecha de absceso cerebral, se añadió al tratamiento metronidazol y levetiracetam. Se realizó una resonancia magnética (RM), en la que se apreciaban múltiples formaciones abscesificadas a distintos niveles del cerebro, sugerentes de neurocisticercosis (figura 1A), pansinusitis y empiema subdural del lado izquierdo (figura 1B). En los cultivos del lÃquido cefalorraquÃdeo (LCR) y en el hemocultivo se aisló Streptococcus constellatus. A los 12 dÃas del inicio de la antibioterapia se observó una clara mejorÃa clÃnica de la paciente. La punción lumbar y el hemocultivo de control fueron negativos, asà como la serologÃa para cisticercos en sangre. Ante la persistencia de focalidad neurológica en el EEG y la progresiva proptosis ocular con limitación a la supraversión y aducción del ojo izquierdo (exoftalmometrÃa del ojo derecho: 16 mm; ojo izquierdo: 24-25 mm), se solicitó una nueva RM cerebral y de la órbita, que mostró un absceso orbitario superoexterno izquierdo con persistencia de pansinusitis (figura 2A).
Se realizó un drenaje quirúrgico del absceso retroocular (salida de 6 mL de lÃquido purulento) y de los senos paranasales. Se tomó una muestra para cultivo de exudados, aislándose en ambos S. constellatus. Se instauró tratamiento con amoxicilina-clavulánico según el antibiograma, hasta completar 3 semanas, y se pautó albendazol y corticoides durante 1 mes para el tratamiento de la neurocisticercosis. El estudio de inmunidad humoral y celular fue normal. La evolución clÃnica y analÃtica fue favorable, por lo que la paciente fue dada de alta a las 3 semanas con los diagnósticos de neurocisticercosis, meningitis y abscesos múltiples cerebrales por S. constellatus. Tras 7 meses, la paciente permanecÃa asintomática, y en la RM de control se hallaron áreas de encefalomalacia en las zonas capsular comisural y lenticulooval izquierdas, compatibles con una fase de resolución de la neurocisticercosis cerebral (figura 2B).
S. constellatus junto con S. anginosus y S. intermedius forma parte de Streptococcus grupo anginosus1. Pueden encontrarse en las mucosas oral, gastrointestinal y genital. Se caracterizan por producir infecciones supurativas y abscesos2, principalmente en pacientes inmunodeprimidos o con factores predisponentes3-5, aunque se han descrito también en pacientes sin patologÃa de base6,7. La paciente de este caso no presentaba afectación inmunitaria, si bien la neurocisticercosis pudo actuar como factor predisponente. La sinusitis pudo comportarse como fuente de infección y afectar por contigüidad a la cavidad orbitaria y al sistema nervioso central (SNC), produciendo un absceso retroocular, meningitis y empiema subdural. El aislamiento de S. anginosus en el LCR debe alertar sobre la presencia de un absceso cerebral8, si bien algunos autores han relacionado S. intermedius con más frecuencia que S. constellatus con infecciones del SNC1,2. Dado el origen de estas infecciones, a menudo suelen ser polimicrobianas con participación de flora anaerobia2,7, algo que no sucedió en este caso. El microorganismo fue sensible a los betalactámicos, pero para conseguir una buena evolución clÃnica fue necesario un tratamiento con antibioterapia de amplio espectro, asà como la eliminación quirúrgica del foco.
La neurocisticercosis es el resultado de la infestación de la forma larvaria Taenia solium en el SNC. Es de distribución universal y endémica en paÃses de bajo nivel socioeconómico, en los que el cerdo es una fuente importante de alimentación. Sus manifestaciones clÃnicas más frecuente son las crisis convulsivas, las cefaleas y otros signos neurológicos9. La clÃnica y el tratamiento dependen del número, el tamaño y la localización de los quistes, asà como de la respuesta inmune del hospedador.
El tratamiento médico es de primera elección, exceptuando los casos de hipertensión intracraneal grave que requieran cirugÃa10.
Destacamos la complejidad del caso presentado, su escasa frecuencia y la diseminación de la infección en una niña inmunocompetente2,8.
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