Acta Pediátrica Española

ISSN 2014-2986
Resultados de la búsqueda para: Perinatal trauma

Resumen
Introducción: El síndrome confusional agudo (SCA), también denominado delirium, es un síndrome mental orgánico transitorio en el que se alteran de forma variable las funciones cognitivas, en especial la atención. Es más frecuente en ancianos y niños, aunque en estos últimos la literatura aún es escasa. Las causas del SCA se pueden clasificar en tres grandes grupos: procesos sistémicos, ingesta de fármacos/drogas y enfermedades neurológicas, siendo las causas más frecuentes en niños la intoxicación, la epilepsia, los traumatismos craneoencefálicos (TCE) y las infecciones del sistema nervioso central. Ante un SCA en la edad pediátrica siempre deben hacerse una correcta anamnesis y un diagnóstico diferencial adecuado. Es importante descartar siempre la posibilidad de una patología orgánica ante un comportamiento anómalo o agresivo de inicio brusco y no atribuirlo a trastornos del comportamiento o patología psiquiátrica.

Casos clínicos: Presentamos cuatro casos clínicos de SCA de distinta etiología del Servicio de Urgencias Pediátricas de un hospital secundario.

Conclusiones: Aunque el SCA es más frecuente en adultos, los pediatras debemos estar preparados para identificarlo, tratar sus síntomas y averiguar la causa subyacente con el fin de instaurar tratamiento precoz.

Publicado en Notas clínicas

Introducción: El Plan Estratégico de Pediatría y Neonatología (PEPN) valora la figura del psicólogo clínico en la atención psicológica a familias y profesionales en las Unidades Neonatales de nivel III para facilitar la atención centrada en la familia. El objetivo de este trabajo es describir la opinión de los padres de recién nacidos prematuros o pretérmino (RNPT) ingresados sobre la necesidad de recibir atención psicológica periparto, así como de la satisfacción en la atención recibida durante el ingreso.
Método: Estudio observacional transversal mediante encuestas anónimas entregadas en la consulta de seguimiento al prematuro. Análisis descriptivo de variables sociodemográficas. Los resultados se analizaron de forma descriptiva utilizando STATAv14.
Resultados: Se analizaron 119 encuestas (88% respondidas por madres). El 77% fueron RNPT ≥33 semanas, el 20% pesaron <1.500 g y el 25% fueron gemelares. El 65% de los padres sintieron antes del nacimiento angustia y el 65% lo asoció a la prematuridad. Un 47% consideró positiva la ayuda de un psicólogo durante el ingreso, tanto más cuanto mayor era la prematuridad (p= 0,017). Un 8% consultó con un psicólogo privado tras el parto. Globalmente, la atención percibida durante el ingreso fue satisfactoria en un 91%.
Conclusiones: La condición de prematuridad es una situación de máxima vulnerabilidad somatopsíquica. Requiere un abordaje multidisciplinar para identificar situaciones de sufrimiento y alteraciones en el apego. La detección y atención precoz son prioritarias. El psicólogo clínico en Neonatología es percibido como necesario para atender una clínica altamente especializada. Se trata de una necesidad asistencial no cubierta en el momento actual.

Publicado en Originales

Introducción: Este estudio tiene como objetivo evaluar la repercusión de la maternidad adolescente en el peso de los recién nacidos, y de forma secundaria en otros resultados perinatales.
Pacientes y métodos: Estudio descriptivo retrospectivo que compara los resultados perinatales de dos poblaciones de mujeres gestantes del Hospital Universitario de Fuenlabrada entre los años 2004 y 2016: un grupo de madres adolescentes (menores de 19 años al inicio de la gestación) y otro grupo control de gestantes con edades entre los 20 y 35 años al inicio de la gestación. Los datos del embarazo y del periodo neonatal inmediato se recogieron a partir de las historias clínicas informatizadas de madres/hijos.
Resultados: Se recogieron todos los partos de gestaciones adolescentes durante este periodo de tiempo (n= 377, 1,3% del total de gestaciones de nuestro hospital en dicho periodo) y se compararon con un grupo control de madres no adolescentes (n= 143). De forma significativa, las gestantes adolescentes fueron con mayor frecuencia extranjeras, tuvieron un peor control gestacional, y una menor proporción de partos instrumentalizados y cesáreas. No se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos en cuanto a edad gestacional, peso al nacimiento, prematuridad, consumo de tóxicos durante la gestación, pH del cordón, tipo de lactancia, ingreso en la unidad neonatal, días de hospitalización ni morbilidad del recién nacido.
Conclusiones: No se aprecia en nuestro estudio un aumento del riesgo de resultados perinatales adversos en relación con el embarazo adolescente.

Publicado en Originales

Las fracturas abiertas son raras en pediatría, siendo la mayoría de ellas secundarias a traumatismos de alta energía. Resulta imprescindible una estabilización inicial del paciente, junto con una historia clínica y exploración vasculonerviosa adecuada. La profilaxis antibiótica precoz constituye una pieza clave en el manejo inicial de estas fracturas por parte del pediatra, cumpliendo en el niño unas características especiales, debido a una recuperación más rápida y a un menor riesgo infeccioso. Presentamos un caso clínico, a través del cual repasaremos la profilaxis antibiótica más adecuada en función del tipo de fractura abierta que presente nuestro paciente según la clasificación de Gustilo y Anderson modificada.

Publicado en Notas clínicas

Introducción: La linfangiectasia pulmonar congénita constituye una entidad poco frecuente, caracterizada por la dilatación congénita de vasos linfáticos pulmonares a distintos niveles. Clínicamente se presenta con insuficiencia respiratoria severa refractaria a tratamiento que aparece en las primeras horas de vida, con elevada mortalidad.

Caso clínico: Presentamos el caso de un recién nacido a término, sin antecedentes de interés, fallecido de forma repentina a las dos horas de vida. La necropsia reveló la presencia de dilataciones quísticas diseminadas en vasos linfáticos pulmonares, sin otras malformaciones asociadas, estableciendo el diagnóstico de linfangiectasia pulmonar congénita primaria como causa de la muerte.

Discusión: La linfangiectasia pulmonar congénita es una enfermedad rara, de origen desconocido y poco documentada. La forma primaria, limitada al tejido linfático pulmonar, de difícil diagnóstico prenatal, presenta elevada mortalidad.

Publicado en Notas clínicas

School-aged children who are not progressing academically: considerations for paediatricians
Rey-Casserly C, McGuinn L, Lavin A; AAP Committee on psychosocial aspects of child and family health. Section on Developmental and Behavioural Pediatrics. Pediatrics. 2019; 144: e20192520.

«El fracaso escolar es un gran problema que debiera ser abordado desde todos los ámbitos», apuntaba el buen pediatra Venancio Martínez en un editorial de Pediatría Integral en septiembre de 2014, sobre una observación de las cifras de fracaso escolar en España que nos colocan en los puestos de cabeza de la Unión Europea. En Estados Unidos las cifras se sitúan en entorno de la media europea. La Academia Americana de Pediatría (AAP) ha considerado que el fracaso escolar es también responsabilidad del pediatra y ha publicado unas consideraciones para los pediatras que pasamos a resumir.
Se estima que un 13% de los niños escolarizados tiene algún tipo de problema de aprendizaje. De estos, un 35% tendría algún problema específico de aprendizaje (entendido como una alteración en uno o más de los procesos psicológicos básicos que participan en el entendimiento y en el uso del lenguaje, que se manifiestan como una incapacidad para escuchar, pensar, hablar, leer, escribir, deletrear o hacer cálculos matemáticos), un 20% alteraciones del lenguaje y un 13% otros problemas de salud que limitan la capacidad de estar alerta o la vitalidad, como las cardiopatías, el asma o la epilepsia, entre otros. Un 9% de esos niños estaban diagnosticados de trastorno del espectro autista, un 6% de discapacidad intelectual y otro 6% de retraso del desarrollo psicomotor. Algo menos del 2% de los niños presentaba múltiples discapacidades.
Aunque la mayor parte de la responsabilidad para la evaluación y el manejo de estos niños con problemas académicos recae tradicionalmente en el sistema escolar, los pediatras, como garantes del bienestar y de la salud de los niños, contribuyen de forma importante. La AAP, a través de la Sección de Neurodesarrollo y Conducta, señala en este documento de posicionamiento el papel que debe corresponder al pediatra, que incluye las siguientes funciones:
• Prevención. Incluye la contribución a proteger a estos niños frente al daño cerebral. Las vacunaciones, el seguimiento del crecimiento y del desarrollo, el cribado de la anemia, la promoción del uso de cascos en las actividades deportivas, las medidas de fijación para los vehículos, la prevención en el uso de tabaco, alcohol y otras sustancias, junto con la identificación del riesgo psicosocial, son algunas de las herramientas que emplean los pediatras en su práctica habitual.
• Reconocimiento temprano de los problemas de aprendizaje. Debe realizarse una historia detallada previa en el periodo perinatal, del desarrollo y el comportamiento y del patrón de sueño. La recogida precisa de una historia familiar y social (p. ej., algunas veces las historias de trauma personal y la ansiedad pueden interferir en el aprendizaje), así como de múltiples cambios de colegio. Debe completarse con una exploración física exhaustiva, poniendo especial atención a las alteraciones neurológicas (tono, coordinación).
• Diagnóstico de las afecciones médicas subyacentes. En algunos niños, la historia y los hallazgos físicos revelan la necesidad de realizar pruebas adicionales, como el electroencefalograma, las pruebas de neuroimagen y los test genéticos y/o metabólicos.
• Remisión para evaluaciones más específicas. Es frecuente requerir la valoración por parte de psicólogos, neuropsicólogos o logopedas que evalúen las habilidades de capacidad cognitiva, el funcionamiento adaptativo de los logros académicos, las habilidades de comunicación, el funcionamiento motor, el estado emocional y/o de comportamiento de estos niños. A pesar de estas derivaciones, el pediatra acompañará a la familia y le ayudará a tomar decisiones.

Lo que aporta este trabajo:
Lo que tradicionalmente se ha considerado un problema de las familias y las escuelas, el fracaso escolar, es también un aspecto en el que el pediatra se debe ver involucrado. Por una parte, porque existen motivos directamente médicos por los que los niños pueden fracasar en el colegio. Pero, por otra, el fracaso escolar, además de otras situaciones del entorno escolar, está muy directamente relacionado con la salud. Como bien comenta Venancio Martínez, «el estudio del desarrollo en la edad preescolar, precisamente cuando nuestro contacto con los padres es más frecuente, debería detectar a estos niños antes de que puedan tener dificultades en la escuela». Asimismo, deberían participar más activamente en el asesoramiento del diseño de los planes educativos. El reto es grande e implica una mejora en los programas de formación de los pediatras en el periodo de residencia, pero también en la formación continuada, en especial en el ámbito de la atención primaria, además de una mayor cercanía a la realidad de los centros educativos. Abordajes como el de la AAP, a través de su estrategia «Bright Futures: Guidelines for health supervision of infants, children and Adolescents», pueden servir de guía para ello.
• Tratamiento. Algunos niños necesitan tratamientos médicos concretos, y otros más ayuda por parte de logopedas, fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales. El pediatra debe ser el que coordine estos tratamientos. La meta última del tratamiento es permitir al niño alcanzar su máximo potencial, lo cual requiere muchas veces ciertas adaptaciones y modificaciones en la educación (regulado por ley). La evidencia revela que hacer repetir de curso a un niño no es una estrategia efectiva para ayudarle a encontrar su máximo potencial.
• Monitorización. Se utilizan instrumentos y cuestionarios estructurados para medir en los niños el funcionamiento cognitivo y adaptativo, el habla y el lenguaje, el estado conductual y emocional, las habilidades motoras finas y la coordinación en las evaluaciones. Los logros académicos del niño se valoran usando medidas estandarizadas. Es importante establecer un diálogo continuo entre los pediatras y las escuelas.
Un papel clave para el pediatra que atiende a niños con alteraciones de salud mental o del neurodesarrollo es ayudar a los adultos implicados en su educación a percibir apropiadamente las fortalezas y los desafíos que en ella se plantean. Estos niños pueden ser percibidos como perezosos o intencionadamente oposicionistas, más que como niños con un déficit neurocognitivo que les imposibilita alcanzar un progreso académico típico.

M.J. Galiano Segovia
Pediatra. Centro de Salud María Montessori. Leganés (Madrid)

 


Associations between screen based media use and brain White matter integrity in preschool-aged children
Hutton JS, Dudley J, Horowitz-Kraus T, DeWitt T, Holland SK. JAMA Pediatr. [DOI: 10.1001/jamapediatrics,2019.386].

En este estudio, los investigadores se plantearon confirmar científicamente si existen riesgos neurobiológicos debido al uso de dispositivos electrónicos en niños preescolares. Analizaron la asociación entre el uso de pantallas a esa edad y los índices de integridad y mielinización de la sustancia blanca, especialmente de los tractos relacionados con el lenguaje, las funciones ejecutivas y el inicio de la lectura. Partieron de la hipótesis de que un mayor tiempo de uso de pantallas estaría asociado con una menor mielinización en esas áreas cerebrales y con peores puntuaciones en los test que evaluaban dichas capacidades.
La investigación fue coordinada por el Dr. Hutton, pediatra del Hospital Infantil de Cincinnati. Se llevó a cabo un estudio transversal entre agosto de 2017 y noviembre de 2018. Completó todas las pruebas un total de 47 niños sanos de 3-5 años de edad, nacidos con, al menos, 36 semanas de edad gestacional, y sin factores de riesgo ni alteraciones en su neurodesarrollo.
Los padres rellenaron una encuesta sobre el uso de dispositivos con pantallas (Screen Q survey), que consta de 15 ítems en los que se valora el acceso a pantallas, la frecuencia de uso y el contenido visualizado, solos o en compañía de los padres. Las puntuaciones van de 0 a 26, y las más altas reflejan un mayor uso de dispositivos electrónicos.
A los niños se les realizaron test para valorar el lenguaje, la comprensión lectora y el procesamiento fonológico (CTOPP-2), test de denominación rápida de objetos, test de vocabulario expresivo (EVT-2) y test de habilidades prelectoras Get Ready to Read (GRTR).
Se completó el trabajo realizando a los niños estudios de neuroimagen mediante resonancia magnética dinámica, una potente técnica para cuantificar la integridad de la sustancia blanca cerebral, y en concreto valorar la organización y la mielinización de los tractos. Se valoraron especialmente las áreas relacionadas con el lenguaje. El fascículo arqueado co¬necta las áreas cerebrales receptiva (Wernicke) y expresiva (Broca) del lenguaje, y se asocia con habilidades como la fonología y el vocabulario. El fascículo uncinado y el fascículo longitudinal inferior se relacionan con el procesamiento semántico, la integración emocional y la incorporación de imágenes visuales.
Aunque las redes sensoriales maduran relativamente pronto, las conexiones para habilidades intelectuales superiores, como el lenguaje, las funciones ejecutivas y la lectura, tienen
un desarrollo un poco más tardío, y dependen mucho de la es¬timulación tanto en el hogar como en otros ambientes.

Resultados y conclusiones del estudio
Al analizar estadísticamente los resultados obtenidos en el estudio, se observó una asociación entre un mayor uso de pantallas en los niños preescolares y una menor mielinización de las áreas y tractos de sustancia blanca cerebral relacionados con el lenguaje, la función ejecutiva y las habilidades para la lectura. Es decir, los niños con un mayor uso de pantallas tenían una menor «maduración» en las áreas cerebrales que intervienen tanto en el lenguaje como en la lectura, así como puntuaciones más bajas en los test del lenguaje y vocabulario.
En este estudio se pone de manifiesto que, al menos en algu¬nos aspectos, el uso de dispositivos con pantallas durante la temprana infancia se acompaña de riesgos neurobiológicos.

Lo que aporta este trabajo:
Los autores responden a la demanda de la sociedad de apoyar consejos saludables en datos objetivos y con rigor científico. Es la primera vez que se publica un estudio con pruebas de neuroimagen sobre la repercusión del uso de pantallas en niños preescolares. Aunque la muestra no es muy amplia, hay que valorar el enorme esfuerzo que supone llevar a cabo este tipo de estudios en niños tan pequeños. Es difícil que los preescolares colaboren en los test, y las pruebas de neuroimagen no siempre pueden realizarse correctamente a esta edad.
Los resultados de este artículo apoyan las recomendaciones que tanto desde la Asociación Española de Pediatría, la Academia Americana de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud se están realizando sobre la importancia de limitar el uso de pantallas en niños pequeños.
Se necesitan más estudios de este tipo para conocer cómo influye el uso de pantallas según las diferentes edades de los niños y confirmar su alcance a largo plazo.

C. Esteve Cornejo
Pediatra. Clínica Universidad de Navarra. Madrid

Introducción: El traumatismo craneoencefálico (TCE) es un motivo de consulta muy frecuente en Urgencias Pediátricas, siendo una de las principales causas de morbimortalidad. En el año 2014 se instauró un protocolo de actuación, con el objetivo de reducir las exploraciones radiológicas sin afectar a la calidad de la atención. Los objetivos del estudio son: describir las características clínico-radiológicas de los pacientes con TCE atendidos tras introducir el nuevo protocolo, evaluar los cambios en el manejo que ha supuesto y valorar el cumplimiento del mismo.
Material y métodos: Estudio prospectivo-descriptivo-observacional realizado en un Servicio de Urgencias Pediátricas donde se incluyeron pacientes desde el nacimiento hasta los 14 años atendidos por TCE leve (Escala de Glasgow ≥14) durante un periodo de 2 años: octubre 2014-octubre 2016, dividiéndose los pacientes en dos grupos de edad. Se compararon los resultados con una muestra histórica de pacientes atendidos según las indicaciones del protocolo anterior, con el fin de comprobar el impacto del nuevo protocolo.
Resultados: Se incluyeron 1.438 pacientes: 490 menores de 2 años (34,1%) y 948 mayores de 2 años (65,9%). Se realizaron 85 radiografías craneales: 8% de los TCE menores de 2 años y 4,85% de los TCE mayores de 2 años, siendo indicadas según protocolo un 29%. Se realizaron 60 TAC: 1,84% de los TCE menores de 2 años y un 5,38% de los TCE mayores de 2 años; indicados la mayoría según el protocolo. Comparando con el periodo previo a la instauración de protocolo, el número de radiografías ha disminuido significativamente.
Conclusiones: Con el nuevo protocolo frente al TCE leve se ha logrado disminuir el número de radiografías. En aquellos con riesgo moderado de lesión intracraneal, la actitud debería ser mantener una observación clínica, y en caso de empeoramiento valorar la realización de una TAC como prueba de imagen.

Publicado en Originales

La escarlatina estafilocócica es una entidad poco frecuente, que consiste en una forma atenuada del síndrome de piel escaldada, causada por la toxina TSST-1 de Staphylococcus aureus. Cursa con exantema escarlatiniforme (micropapular de base eritematosa) e hiperalgesia a la palpación, con evolución a lesiones faciales exudativas y/o costrosas. La infección está favorecida por traumatismos cutáneos menores.

Se debe sospechar ante un exantema escarlatiniforme con mala evolución y/o ausencia de respuesta a amoxicilina o penicilina G, por la posibilidad de tratarse de S. aureus resistente a penicilina. Ante la sospecha del cuadro, debe instaurarse tratamiento sistémico, preferiblemente intravenoso y de elección cloxacilina, valorando añadir clindamicina para evitar la progresión a bacteriemia y atenuar los efectos de la producción de toxinas. En caso de gérmenes sensibles a meticilina, la respuesta al tratamiento es rápida y favorable. Presentamos un caso de exantema escarlatiniforme con mala respuesta a amoxicilina causado por S. aureus.

Publicado en Notas clínicas

Introducción: Los individuos portadores de rasgo falciforme (PRF) son personas sanas, asintomáticas. Esta afección implica la posibilidad de tener hijos con enfermedad de células falciformes y una serie de riesgos que deben conocerse.
Objetivo: Conocer el impacto educacional obtenido tras una primera consulta informativa sobre PRF.
Material y métodos: Estudio descriptivo transversal a través de encuestas telefónicas realizadas a los padres de hijos PRF que acudieron entre los meses de diciembre de 2014 a mayo de 2015 a la consulta tras un resultado positivo en las pruebas metabólicas para la anemia falcifome.
Resultados: De los 106 pacientes PRF sólo el 52,8% (56 personas) realizó la encuesta. Alrededor del 80% entendió la condición genética del rasgo falciforme y la posibilidad de tener hijos enfermos. El 55,4% entendió que la alteración en la hemoglobina era la responsable del rasgo falciforme, y 21 encuestados creían que el hemograma presentaba alteraciones secundarias al rasgo falciforme; el 48,2% había consultado con su pediatra tras el diagnóstico de PRF, mientras que el 44,6% de los encuestados no habían consultado o no se sentían satisfechos; el 76,8% entendió la importancia de informar de ser PRF en caso de una operación cardiaca; el 60,7% acudiría a un oftalmólogo en caso de traumatismo ocular con hemorragia; el 62% consideraba que había sido descartado cualquier otro tipo de anemia. Hasta 13 familias creían que ser PRF conllevaba un riesgo de desarrollar la enfermedad de células falciformes.
Conclusiones: Los resultados detectan llamativas deficiencias en la asimilación de la información por parte de las familias. Se impone la necesidad de mejorar el sistema de información, creando en primer lugar un grupo de trabajo que investigue las posibles causas.

Publicado en Originales

La colocación de sondas nasogástricas (SNG) es habitual en unidades de cuidados intensivos. La localización intracraneal de las mismas es excepcional en pacientes sin un trauma craneal previo. Se presenta el caso de un prematuro extremo de 25 semanas de gestación y 650 g de peso, que tras colocación de una SNG presenta un sangrado inmediato y el hundimiento de la fontanela anterior, sin otros síntomas. Se comprueba su localización intracraneal mediante ecografía de cráneo urgente y radiografía lateral de cráneo. El servicio de neurocirugía retira la sonda bajo control ecográfico sin incidencias. El paciente recibe antibioterapia empírica. La resonancia magnética craneal muestra un defecto en la lámina cribosa de 3 mm, relleno de líquido cefalorraquídeo compatible con meningocele. Es recomendable la comprobación mediante radiografía de la correcta colocación de la SNG, de especial relevancia si existe sangrado, antes de administrar medicación y/o alimentación. Es importante descartar defectos en la lámina cribosa que comprometan el manejo del paciente.

Publicado en Notas clínicas
Introducción: Las calcificaciones cerebrales son un hallazgo frecuente y no siempre tienen un significado patológico. El diagnóstico diferencial incluye diversas entidades en la población pediátrica, como tumores cerebrales, infecciones connatales y perinatales, síndromes neurocutáneos, enfermedades autoinmunes (p. ej., celiaquía) y, con mayor frecuencia, trastornos del metabolismo del calcio, entre los que se incluye el hipoparatiroidismo.
Caso clínico: Varón de 12 años de edad que ingresa en la unidad de pediatría tras haber presentado 2 crisis tónico-clónicas generalizadas, sin relajación de esfínteres. Estuvo afebril en todo momento. Durante el ingreso presentó un estatus convulsivo con características similares a las crisis previas, acompañado de espasmos carpopedales. En las pruebas complementarias realizadas durante el ingreso destacaba la presencia de una calcemia de 5,3 mg/dL, un calcio iónico de 0,84 mmol/L y un fósforo de 6,9 mg/dL. El paciente se encontraba en fase de seguimiento debido a un retraso psicomotor, y 2 años antes, a raíz de otro episodio comicial, se habían detectado calcificaciones cerebrales bilaterales en la resonancia magnética realizada.
Conclusiones: En el amplio abordaje de las calcificaciones cerebrales, es obligado realizar un estudio del metabolismo del calcio, aun en el caso de que éstas sean asintomáticas y se consideren un hallazgo casual.
Publicado en Notas clínicas
 
Escoliosis idiopática en adolescentes: preguntas frecuentes que debe responder el médico de atención primaria 
Ghanem I, Zizkallah M. Curr Opin Pediatr. 2019; 31: 48-53.
 
 
Resumen
La escoliosis es una deformidad tridimensional de la columna vertebral. El tipo más frecuente es la escoliosis idiopática de la adolescencia (EIA), que se desarrolla en niños por lo demás sanos, y con más frecuencia en niñas alrededor de la pubertad. Los estudios epidemiológicos muestran que alrededor del 2-4% de la población de riesgo (niñas de 10-16 años de edad) desarrollará algún grado de curvatura de la columna.
Se han llevado a cabo muchos estudios para intentar determinar qué factores influyen en su desarrollo, incluidos los factores genéticos, ambientales y biomecánicos.
Existe un gran interés social respecto a la EIA, ya que es una enfermedad frecuente y se percibe como una causa de deterioro de la calidad de vida. La mayoría de los padres tienen muchas preguntas sin respuesta, miedos y creencias en relación con la EIA y sus posibles tratamientos.
 
Comentario
Los autores del presente artículo realizan una revisión de las publicaciones recientes sobre la EIA, los factores asociados y su repercusión en la vida adulta, y llegan a diversas conclusiones.
En cuanto al impacto de las carteras escolares y la sobrecarga de peso, estos autores no han observado ninguna evidencia científica de asociación con el desarrollo de escoliosis; sin embargo, consideran que los pacientes diagnosticados de EIA deberían cargar la mochila de forma simétrica (sujetándola con las dos asas a la espalda) y evitar que la carga exceda el 10% de su peso corporal, según un consenso europeo, o el 20% según la Academia Americana de Pediatría.
No se ha encontrado ninguna relación entre la realización de ejercicio sistemático en general y el desarrollo de EIA, aunque se ha observado que la natación de competición y el ballet clásico, especialmente si se ha iniciado antes de los 7 años de edad, están asociados con una mayor frecuencia de EIA.
La EIA es más frecuente entre la población femenina (la padece un 85% más de mujeres que de hombres). Los padres de las pacientes con EIA muestran cierta preocupación por la posible futura repercusión conyugal y reproductiva de sus hijas. No se han observado diferencias en las tasas de nupcialidad entre las mujeres con EIA y las de grupos control, ni entre las tratadas quirúrgicamente o con corsés, aunque algunos estudios sí reflejan cierta limitación en la actividad sexual por problemas de espalda en pacientes con EIA, independientemente del tratamiento que hubieran seguido. Las limitaciones se debían a la dificultad en la participación en actividades físicas más vigorosas o a un acomplejamiento por el aspecto físico, más que por dolor.
En cuanto a los embarazos, aunque no se aprecian diferencias significativas, parece que existe una tendencia a incrementarse la nuliparidad en las mujeres con EIA. También se ha observado una tasa más elevada de necesidad de tratamientos de fertilidad en las pacientes con EIA, pero no se encuentran diferencias respecto a la edad gestacional. Aunque en las pacientes con EIA se refirió cierto incremento del dolor en la parte baja de la espalda durante el embarazo, éste no fue significativo. En algunas mujeres se detecta un ligero incremento de la curva escoliótica durante el embarazo, pero sin repercusión clínica.
Aunque se había publicado que existía una tasa de fallos en la anestesia epidural superior en mujeres con EIA tratadas quirúrgicamente, en recientes estudios se aprecia un incremento del éxito de la epidural en estas pacientes. Se ha encontrado una tasa de cesáreas similar tanto en las mujeres afectadas de EIA como en los grupos control, aunque en las pacientes con EIA que habían sido intervenidas, el parto vaginal tuvo que ser instrumentado en un mayor número de casos. Las complicaciones perinatales son similares tanto en las pacientes con EIA como en los grupos control. 
Otro aspecto que cabe tratar es la relación entre la EIA y la calidad de vida de estos pacientes. Las evidencias disponibles muestran que los adultos con una EIA tienen una actividad física similar a los controles, aunque algo menor en los que han sido tratados quirúrgicamente. De todas formas, en uno de los estudios revisados por los autores del presente artículo se ha observado que cuanto más caudal sea la fusión de las vértebras en el tratamiento quirúrgico, más se ve afectada la calidad de vida. En cualquier caso, los adultos con EIA, tanto si han sido tratados como si no, tienen una buena calidad de vida.
No se ha encontrado ninguna evidencia científica de asociación entre el uso de las mochilas escolares y el desarrollo de escoliosis; sin embargo, se aconseja que los pacientes diagnosticados de EIA lleven las mochilas sobre la espalda de forma simétrica y que la carga no exceda el 10-20% del peso del paciente.
No se aprecia ninguna relación entre la realización de ejercicio físico en general y el desarrollo de EIA, pero si se practica natación de competición o ballet clásico, especialmente si se inicia antes de los 7 años de edad, se observa una mayor frecuencia de EIA.
En las mujeres diagnosticadas de EIA se describe cierta limitación en la actividad sexual y una mayor necesidad de tratamientos por infertilidad. No se encuentran diferencias en cuanto a la edad gestacional, las complicaciones perinatales o la tasa de cesáreas en relación con los grupos control.
Los adultos con EIA tienen una actividad física similar a los controles, aunque algo menor en los tratados quirúrgicamente. En cualquier caso, tienen una buena calidad de vida.
 
Lo que aporta este estudio:
En este artículo los autores realizan una revisión de las publicaciones recientes sobre EIA, con el objetivo de aportar a los médicos de atención primaria evidencias científicas para responder a las preguntas más frecuentes de los padres. Aclaran así las dudas que se plantean sobre la relación de la EIA con las mochilas escolares, el ejercicio físico, su repercusión en la salud reproductiva de la mujer, y el pronóstico y la calidad de vida en la edad adulta.
 
C. Esteve Cornejo
Pediatra. Cínica Universidad de Navarra. Madrid
 
Disciplina eficaz para criar niños sanos
Sege RD, Siegel BS; Council on Child Abuse and Neglect; Committee on Psychosocial Aspects of Child and Family Health. Effective Discipline to Raise Healthy Children. Pediatrics. 2018;142(6):e20183112. Pediatrics. 2019 Feb;143(2).
 
 
Resumen
Los padres piden consejo a los pediatras cada vez con más frecuencia sobre cómo educar a sus hijos con disciplina.
En 1989, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño pidió a todos los estados miembros que prohibieran el castigo corporal e instituyeran programas educativos basados en una autoridad positiva.
El desarrollo normal de los niños requiere el compromiso activo de los adultos, quienes, entre otras funciones, deben enseñarles un comportamiento aceptable. Por ello, el empleo de estrategias de disciplina efectiva, adecuadas a la edad del niño y a su desarrollo, le ayuda a regular su propio comportamiento, a protegerlo de peligros y a desarrollar habilidades para alcanzar un buen desarrollo cognitivo y socioemocional. Por tanto, es recomendable que en la consulta del pediatra se comente qué tipo de elementos de autoridad se emplean para educar a los hijos.
 
Uso del castigo corporal
En un estudio realizado en Estados Unidos, en 2004, se constató que la mayoría de los padres usaba una estrategia de disciplina verbal antes del castigo corporal, pero sólo transcurría una media de 30 segundos antes de recurrir al castigo físico, lo que sugiere que la respuesta era impulsiva. Los resultados del castigo físico eran transitorios: antes de los 10 minutos, la mayoría de los niños (73%) había reanudado el mismo comportamiento por el cual habían sido castigados.
La evidencia obtenida de otro estudio de cohortes longitudinal sugería que el castigo corporal de los niños se asociaba con comportamientos posteriores agresivos. El estudio se basaba en una cohorte de aproximadamente 5.000 niños de 20 grandes ciudades norteamericanas nacidos entre 1998 y 2000; los datos se recogían al nacimiento y a los 1, 3, 5 y 9 años de edad. Los niños más pequeños que eran azotados más de 2 veces por mes antes de los 3 años eran más agresivos a la edad de 5 años. Un metaanálisis posterior demostró que no se obtenía ningún beneficio a largo plazo del castigo físico, y concluía que cuanto más se azotaba a los niños, peor comportamiento mostraban, lo que a su vez llevaba a un nuevo castigo físico (espiral negativa compleja).
Los niños de orfanatos que experimentaron abusos o negligencias durante su estancia en ellos pueden mostrar comportamientos desafiantes, que se ponen de manifiesto en las familias de acogida. Existen programas para ayudar a los padres adoptivos en la educación de estos niños.
Un castigo corporal repetido puede afectar negativamente a las relaciones parentales. También se asocia a un riesgo aumentado en los niños de desarrollar alteraciones en la salud mental y problemas cognitivos.
El riesgo de castigo físico aumenta en las familias que están pasando por situaciones estresantes, como problemas económicos, problemas de salud mental, violencia de pareja o abuso. Los padres depresivos tienen valoraciones más negativas del comportamiento del niño y, como consecuencia de ello, utilizan el castigo corporal más frecuentemente. También los padres que han pasado por algún trauma en su infancia usan disciplinas más severas ante comportamientos negativos de sus hijos, en un intento de prevenir futuros problemas de conducta.
El castigo corporal en niños menores de 18 meses aumenta la probabilidad de que se produzcan lesiones. Una historia continuada de castigo corporal se asocia con cambios en la anatomía del cerebro, que en la resonancia magnética se observa como una reducción del volumen de la sustancia gris cortical prefrontal.
 
Estrategias para promover disciplina efectiva
Los pediatras pueden ayudar a los padres proporcionando información acerca del desarrollo del niño y estrategias de crianza, en la que se debe evitar cualquier forma de castigo corporal, ya que ésta no es efectiva y aumenta su agresividad y enfado en lugar de enseñarle responsabilidad y autocontrol. Estas recomendaciones se pueden apoyar mediante material por escrito sobre educación parental o mostrando vídeos.
La Academia Americana de Pediatría facilita a los padres contenidos sobre cómo educar a los hijos de una forma ordenada mediante distintas iniciativas: «Healthychildren.org» en la web y su «Connected kids: safe, strong, secure and bright futures programs». Cada uno de estos recursos anima a los padres a usar refuerzos positivos como un medio fundamental para enseñar comportamientos aceptables a sus hijos.
 
Conclusiones
Los pediatras deben aconsejar a los padres sobre la educación de sus hijos y, al mismo tiempo, informarles sobre otros recursos a los que pueden acceder y animarles a utilizarlos. Deben informar sobre los riesgos del castigo corporal y su falta de eficacia para conseguir mejorar las conductas o comportamientos de sus hijos.
 
Lo que aporta este estudio:
Educar a un niño no es tarea fácil. Educar a los niños en la responsabilidad y respeto requiere altas dosis de paciencia, pero, sobre todo, de cariño. Y el castigo físico nunca es una buena solución, e incluso contribuye con frecuencia a empeorar la situación. La tarea del pediatra es velar por la salud del niño y favorecer que se desarrolle de una forma adecuada. Asesorar a los padres sobre las mejores herramientas para conseguir una educación responsable entra dentro de sus tareas.
 
M.J. Galiano Segovia
Pediatra. Centro de Salud María Montessori. Leganés (Madrid)
 
Marzuillo P, Guarino S, Furlan D, Pecoraro A, Pedulla M, Miraglia del Giudice E, et al.
Eur J Pediatr. 2018; 177: 1.573-1.578.
 
 
Resumen
La tira de orina es un test muy sensible, cuyos resultados podrían conducir a investigaciones innecesarias y que consumen tiempo. El método de recogida de orina afecta significativamente a las tasas de contaminación; lo más frecuente es recogerla mediante bolsa*.
Es intuitivo –y está ampliamente aceptado en la práctica clínica– que limpiar el área genital es fundamental para obtener un resultado más preciso en la tira de orina.
El objetivo de este estudio era evaluar, en niños con y sin control de esfínteres, el impacto de limpiar el área genital con agua del grifo sobre la reducción de la tasa de falsos positivos en la tira de orina, así como evaluar los factores que podrían estar asociados a los falsos positivos encontrados.
Se incluyeron, prospectiva y consecutivamente, todos los pacientes atendidos en la consulta de nefrourología desde febrero de 2017 hasta enero de 2018 (el consentimiento informado se obtuvo antes de cualquier procedimiento). 
Se excluyeron del estudio los pacientes con vulvovaginitis o balanitis, síndrome nefrótico reincidente u orinas rojas, así como los pacientes con nitritos positivos y los que no aceptaron participar.
A todos los pacientes se les recogía una muestra de orina (sin limpiar el área genital), con bolsa (que se cambiaba cada 20 min) si no controlaban esfínteres, o a mitad de chorro si los controlaban. Si en la tira el resultado era positivo para leucocitos, hematíes o proteínas, se recogía una segunda muestra, pero después de limpiar a fondo el área genital con agua del grifo (y se repetía en cada cambio de bolsa cada 20 min), hasta obtener la orina.
La tira de orina se consideraba un falso positivo si se normalizaba en la muestra recogida tras limpiar el área genital.
En el tiempo del estudio se valoraron 660 niños como posibles candidatos. Se excluyeron 48 (19 por negación de los padres, y 29 por no cumplir criterios de inclusión). La media de edad era 6,2 ± 4,7 años.
De los 612 pacientes incluidos en el estudio, 258 (42,16%) eran de sexo femenino y 192 (31,3%) no tenían control de esfínteres. Ningún paciente masculino estaba circuncidado. De los 354 niños, 50 (14,1%) tenían fimosis. El 3,8% de las niñas presentaba sinequias de labios menores.
La media de tiempo para obtener la primera muestra de orina fue de 33,1 ± 23,1 minutos, frente a 57,9 ± 29,7 minutos para la segunda muestra (p <0,0001).
De los 612 pacientes, en 236 la tira de orina fue positiva para leucocitos, proteínas y hematíes, de forma aislada o combinada. En 80 pacientes, la tira siguió siendo positiva tras limpiar los genitales con agua del grifo. En los 156 restantes, el resultado se normalizó tras la limpieza de los genitales.
Todos los hallazgos negativos en la tira de orina eran confirmados por urianálisis microscópico y automatizado.
Tener fimosis o el sexo femenino son factores que conllevan un aumento significativo del riesgo relativo para obtener un falso positivo. Estos hallazgos se confirmaron al examinar por separado la población con y sin control de esfínteres 
Llama la atención que más del 25% de las tiras de orina antes de la limpieza eran falsamente positivas.
  
Comentario
En este estudio no se evalúa la habilidad de la tira de orina para detectar o no anormalidades. Ninguna prueba rápida de orina es lo suficientemente sensible como para identificar a todos los niños con ITU sin necesidad de urocultivo; de hecho, los test rápidos son negativos en alrededor del 10% de los niños con ITU; por tanto, ante la sospecha de esta infección, se debería hacer siempre un urocultivo.
En conclusión, en ambos pacientes, con y sin pañal, la limpieza del área del pañal con agua del grifo podría ser capaz de reducir una cuarta parte de tasa de falsos positivos en la tira de orina, lo que evitaría pruebas innecesarias posteriores y un ahorro de tiempo. 
 
Lo que aporta este estudio
En la valoración del lactante con fiebre el cribado de la infección de orina es importante. La técnica de recogida de orina es clave para obtener un resultado válido, tanto en las pruebas indirectas (tira de orina) como en el urocultivo. Aunque en el estudio comentado la media de edad de la población era de 6 años y en el análisis no se mostraron datos detallados sobre los resultados en el caso de lactantes, los resultados apuntan a que una preparación cuidadosa redunda en un beneficio para el niño, pero también en un menor consumo de recursos (repetición de pruebas, tratamientos innecesarios, etc.). Serviría bien la frase del poeta Antonio Machado: «Despacito y buen letra, el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas».

 

M.J. Galiano Segovia
Pediatra. Centro de Salud María Montessori. Leganés (Madrid)
 

Antibiotic and acid-suppression medications during early childhood are associated with obesity

Stark CM, Susi A, Emerick J, Nylund CM.
Gut. 2018; 0: 1-8 [DOI: 10.1136/gutjnl-2017-314971] [Epub ahead of print]
 
Resumen
La obesidad se ha convertido en un problema de salud pública en muchos países del mundo, y se asocia a otras enfermedades, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la hiperlipidemia, que están afectando cada vez más a la población infantojuvenil.
La etiología de la obesidad es multifactorial, no sólo el efecto de una alimentación inadecuada o de una reducida actividad física. Es importante detectar otros factores de riesgo sobre los que se pueda actuar. De esta manera se podrán diseñar nuevas estrategias de salud pública para prevenir o combatir la obesidad. 
Se sabe que la microbiota intestinal es muy amplia y que su correcto equilibrio está implicado en el mantenimiento de la salud. Diversas circunstancias, tanto prenatales perinatales como posnatales, influyen en la colonización de la microbiota. Una vez establecida es bastante estable, pero hay factores que la perturban de forma aguda o crónica. Algunos tratamientos (antibióticos o antiácidos) y ciertos fármacos que se utilizan con mucha frecuencia en los niños pueden afectar a la microbiota intestinal, causando daños que pueden llegar a persistir indefinidamente. La temprana exposición a estos tratamientos puede favorecer el desarrollo de obesidad.
Los investigadores de este artículo plantean concretamente la hipótesis de una posible asociación entre la prescripción de antibióticos y/o antiácidos durante los 2 primeros años de vida y el diagnóstico de obesidad en la infancia. 
Se analizó de forma retrospectiva una población de recién nacidos entre octubre de 2006 y septiembre de 2013 beneficiarios del sistema TRICARE para miembros y familiares del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Se definieron como «expuestos» los que hubieran recibido algún tratamiento antibiótico, antagonista H2 o inhibidores de la bomba de protones (IBP) en los primeros 2 años de vida. Se valoró la aparición de obesidad mediante el análisis de regresión de riesgos proporcionales de Cox.
Cumplían los criterios de inclusión 333.353 niños, de los que 241.502 (72,4%) habían recibido tratamiento antibiótico, 34.488 (11,8%) un antagonista H2 y 11.089 (3,3%) un IBP. Se excluyeron los niños prematuros o los que hubieran requerido una hospitalización superior a 7 días durante el periodo neonatal, ya que su estancia hospitalaria podría haber afectado a la composición de su microbiota intestinal. Se excluyeron también los niños a quienes no se pudo hacer un seguimiento después de los 2 años o en los que no se había registrado el peso y/o la talla durante el periodo de estudio. Se consideró la presencia de obesidad a partir de un índice de masa corporal igual o superior al percentil 95 para la edad y el sexo. En el estudio, 44.993 (14,1%) niños desarrollaron obesidad; por otro lado, 9.268 (11%) obesos no habían estado expuestos a ninguno de los fármacos del estudio.
Tras el estudio estadístico, se concluyó que la administración de antibióticos se asocia con la obesidad (Hazard ratio= 1,26; intervalo de confianza del 95%: 1,3-1,28). Esta asociación persiste independientemente de la clase de antibióticos utilizada y se refuerza con cada clase adicional de antibiótico que se utilice. Los antagonistas H2 y los IBP también se asocian con la obesidad, relación que se incrementa por cada 30 días de tratamiento recibido; asimismo, el riesgo aumenta proporcionalmente con cada exposición a uno de estos grupos farmacológicos.
Como conclusión, en este trabajo se indica que la exposición a antibióticos, antiácidos y a la combinación de estos fármacos en los 2 primeros años de vida se asocia con el diagnóstico de obesidad en la infancia. 
 
Comentario
Este artículo nos plantea una reflexión para nuestra práctica diaria. Aunque se trata de un análisis retrospectivo, tiene la fuerza de contar con una cohorte muy numerosa de niños. 
Existen otros estudios que relacionan el uso de antibióticos y el desarrollo de obesidad, pero éste es el que cuenta con una muestra de población más numerosa. Además, es el primer estudio que evalúa específicamente la relación entre los tratamientos antiácidos y la obesidad en los niños. 
 
Lo que aporta este estudio
Es importante que desde nuestras consultas de pediatría y en la atención de los servicios de urgencias seamos prudentes a la hora de prescribir determinados fármacos. No podemos olvidar que la mayoría de las infecciones en los primeros años de vida suelen ser de etiología vírica, por lo que no está indicada la prescripción de antibióticos. Aparte del uso racional de los antibióticos para evitar resistencias, debemos tener en cuenta el riesgo de que estos fármacos puedan ocasionar efectos colaterales, como favorecer el desarrollo de obesidad infantil. Y lo mismo sucede con los antiácidos.
A la hora de recetar debemos recordar el axioma hipocrático primum non nocere («lo primero no hacer daño») y valorar los riesgos/beneficios de los tratamientos. La presión asistencial o las exigencias de los padres de nuestros pacientes no nos pueden incitar a prescribir tratamientos innecesarios.
 
C. Esteve Cornejo
Pediatra. Cínica Universidad de Navarra. Madrid
Introducción: Un proceso quirúrgico implica para el niño una eventual experiencia traumática marcada por una excesiva carga de temor y ansiedad que pueden afectar negativamente a dicho proceso. La psicoprofilaxis quirúrgica (PQ) puede prevenir este efecto. El objetivo de este estudio es describir nuestra experiencia inicial con PQ en un centro privado.
Pacientes y métodos: Revisión retrospectiva de los casos de cirugía programada bajo PQ (desde julio de 2015 hasta julio de 2016). Se realizó una entrevista prequirúrgica a los padres, una «hora de juego diagnóstica» con los niños (dibujos, juego de rol con muñeco, soporte con cuentos e ilustraciones, familiarización con elementos quirúrgicos y visita al área quirúrgica), un seguimiento telefónico y una valoración tras el procedimiento.
Resultados: Fueron operados 17 pacientes (un 88% niños [n= 15]) de 3-13 años de edad (mediana de 6,9), intervenidos de hernias, fimosis, hipospadia, criptorquidia, anquiloglosia, amigdalitis y orejas prominentes. El 65% de los padres se declararon «bastante» o «muy preocupados», y un 53% refirió una insuficiente comprensión de la información prequirúrgica proporcionada. En 9 niños (53%) todos mayores de 5 años, hubo cambios conductuales (mejoraron post-PQ). En 14 casos (87,5%), la pernocta postoperatoria fue tranquila, y sólo 3 pacientes (18,7%) necesitaron medicación adicional (antieméticos o analgesia). Un 93% de los padres consideró la PQ muy beneficiosa y un 87% estimó que la información recibida se ajustó a la realidad del proceso quirúrgico. Todos los padres recomendarían la PQ. 
Conclusiones: El programa de PQ resultó eficaz tanto para los niños como para sus padres, ya que disminuye la ansiedad y el temor que implica la cirugía infantil.
 
Publicado en Originales
Introducción: La púrpura de Schönlein-Henoch (PSH) es una vasculitis de pequeños vasos sanguíneos, mediada inmunológicamente, aunque su patogenia exacta aún es desconocida. Se caracteriza por la presencia de púrpura cutánea palpable, afectación articular y gastrointestinal, pero el pronóstico a largo plazo estará determinado por la aparición de alteraciones renales. 
Caso clínico: Se describe el caso de una niña diagnosticada de PSH, que asoció desde el inicio del cuadro un intenso dolor lumbar sin antecedente traumático previo, y fue diagnosticada tardíamente de hematoma muscular abdominal. 
Discusión: La asociación de hematomas musculares en el curso de la PSH se considera una complicación muy infrecuente. Existen escasas referencias en la literatura al respecto, si bien puede causar una morbilidad importante.
Conclusión: La rareza de esta complicación en la PSH infantil puede dificultar su diagnóstico precoz y su correcta interpretación.
 
Publicado en Notas clínicas

 

Exemptions from mandatory immunization after legally mandated parenteral counseling

Omer SB, Allen K, Chang DH, et al.
Pediatrics. 2018; 141(1): e20172364.
 
Los investigadores de este estudio se cuestionan el posible éxito de llevar a cabo planes de asesoramiento por parte del personal sanitario dirigido hacia las personas indecisas en relación con las vacunas, con la intención de mejorar las coberturas. En 2011, el estado de Washington puso en marcha la norma del senado Bill 5005 (SB5005), por la que se exige recibir asesoramiento y completar un formulario firmado por profesionales sanitarios para obtener la exención vacunal.
Método: Se llevó a cabo un análisis, mediante regresión segmentada y con índices de interacción y asociación, para evaluar el impacto de la normativa SB5005 sobre la cobertura vacunal y los índices de exenciones en el estado de Washington, desde los años escolares 1997-1998 hasta 2013-2014.
Resultados: Tras ponerse en marcha la normativa, hubo una disminución significativa del 40,2% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 43,6-36,6) en los índices de exenciones en Washington. En términos absolutos, la reducción fue de 2,9 puntos porcentuales (IC del 95%: 4,2-1,7). Hubo un incremento en la cobertura vacunal, excepto para la vacuna frente a la hepatitis B. También se observó que había disminuido la probabilidad de que los escolares sin exenciones contactaran con escolares exentos (índice de interacción), y que los escolares con exenciones contactaran con otros también exentos (índice de agregación). La normativa SB5005 también se asoció a una disminución en el agrupamiento geográfico de escolares exentos de vacunas.
Discusión: Se ha observado que cuanto más sencillo es evitar vacunarse, más se incumple el calendario vacunal. Por otra parte, existe la preocupación de que las medidas que obliguen a vacunar o que dificulten los permisos de exención vacunal se vuelvan en contra y provoquen más rechazo a la vacunación. Pero se ha comprobado que no es así: con medidas más exigentes no se incremen-tan las exenciones ni se disminuye el porcentaje de niños vacunados. Al parecer, el asesoramiento del médico, además de resolver las dudas sobre las vacunas, subraya la repercusión que las posibles enfermedades pueden provocar y facilita el cumplimiento vacunal.
Por otro lado, las medidas legales que dificultan la obtención de exenciones han resultado más beneficiosas que las que las prohíben totalmente.
Conclusiones: Debería plantearse exigir el consejo de profesionales de la salud para obtener las exenciones a los calendarios vacunales, de forma que se mejoren las coberturas de la población.
 
Comentario
En España no es obligatorio el cumplimiento del calendario vacunal. La legislación no obliga a vacu-nar, excepto en situaciones de epidemias que constituyan una amenaza para la salud pública.
 
En países de nuestro entorno se está estableciendo en los últimos años la obligatoriedad de va-cunar, al observar que la cobertura vacunal no llegaba a las cifras de seguridad, y tras haberse re-gistrado un repunte de enfermedades evitables. En Francia es obligatorio administrar las vacunas de la difteria, el tétanos y la poliomielitis, a las que se van a añadir durante 2018 la de la tos ferina, la hepatitis B, el neumococo, el meningococo C, el sarampión, la rubéola y las paperas. En Italia, para escolarizar a un niño hasta los 6 años, los padres deben presentar la cartilla con las vacunas aplicadas. En Alemania se ha apostado por un plan de «formación-asesoramiento» a los padres que no quieren vacunar a sus hijos, de manera que se les informa de una manera proactiva si no aportan la cartilla de vacunas cumplimentada al llevar a sus hijos al colegio.
 
El debate sobre si hay que exigir o no a los padres que vacunen a sus hijos sigue abierto. La opinión oficial de sociedades que representan a los pediatras españoles, como la AEP y la SEPEAP, es la de no obligar por ley a cumplir el calendario vacunal. A pesar del «ruido» que hacen los grupos antivacunas, en España la cobertura vacunal, especialmente de los niños en sus primeros 2 años de vida, supera el 95%. Por este motivo, las sociedades referidas prefieren evitar la obligatoriedad, ante el temor de que se pudiera provocar un efecto contrario por crear un sentimiento de rechazo a una normativa rígida. Hoy por hoy, la mayoría de las familias en España acepta los beneficios de la vacunación. En este sentido, es preferible reforzar la información adecuada a la sociedad por parte de los profesionales sanitarios. 
 
Lo que aporta este artículo
Debemos estar muy vigilantes y tener previsto un plan de actuación por si se detecta un descenso en la cobertura vacunal. En este sentido, sería útil aplicar medidas como la que apunta el artículo norteamericano: si no se obliga por ley a vacunar, al menos asegurar que los padres reciban infor-mación y asesoramiento por parte de los profesionales sanitarios. Desde las consultas de pediatría deberíamos dedicar más tiempo a esta tarea, saliendo al paso de las dudas o inconvenientes más frecuentes que alegan los padres cuando rechazan las vacunaciones y alertándoles de los riesgos para la salud a los que exponen a sus hijos.
 
 
  
C. Esteve Cornejo
Clínica de la Universidad de Navarra. Pamplona (Navarra)
 
 
 
Sung V, D’Amico F, Cabana MD, et al.
Pediatrics. 2018; 141(1): e20171811.
 
 
El cólico del lactante (CL), o llanto excesivo de causa desconocida, afecta a 1 de cada 5 lactantes menores de 3 meses de edad. Se suele definir por los criterios de Wessel: llanto y/o irritabilidad más de 3 horas al día, durante 3 o más días por semana. Aunque es una situación autolimitada, cada vez se relaciona más con los efectos adversos a largo plazo sobre el comportamiento del niño, el sueño y el desarrollo de alergias. A pesar de los años de investigación, todavía no se conoce su etiología, y las opciones de tratamiento son limitadas.
 
En la década pasada, numerosos estudios han demostrado diferencias en la microbiota intestinal entre lactantes con o sin cólico. Los probióticos pueden desempeñar un papel en el manejo del CL. El Lactobacillus reuteri DSM17938, utilizado en varios ensayos clínicos, parece prometedor.
 
Este trabajo realiza un análisis de los datos de los participantes individuales de los estudios incluidos en los metaanálisis ya publicados (IPDMA: Individual Participant Data Meta-Analysis), para determinar si L. reuteri DSM17938 efectivamente disminuía el llanto o la irritabilidad en lactantes con cólico, cuando se compara con un placebo en los 21 días postaleatorización.
 
Se seleccionaron 4 ensayos clínicos que incluían a 345 lactantes con cólico (174 recibieron pre-bióticos y 171 placebo). Los datos de los 4 estudios parecen simétricos. Se recogieron datos sobre la duración del llanto y/o irritabilidad, los métodos de alimentación, la edad y el sexo. Los 4 excluían a los lactantes que estuvieran en tratamiento con un antibiótico. Los 4 ensayos incluían lactantes amamantados, y sólo 1 lactantes alimentados con leche artificial. Para registrar el tiempo de llanto, 2 estudios usaban diarios en que los padres estimaban la duración del llanto del lactante al final del día, mientras que otros 2 usaban el Baby’s Day Diary, que recogía la duración del llanto y la irritabilidad cada 5 minutos aportada por las madres que lo rellenaban en sus diarios cada pocas horas. Se medía al inicio y los días 7, 14 y 21. La duración del llanto y la irritabilidad disminuía en ambos grupos, tanto con probióticos como con placebo, pero era significativamente más corto en el grupo de probióticos en todos los puntos de tiempo de seguimiento (p <0,5). El grupo de probióticos experimentaba una reducción significativamente mayor en la duración del llanto o la irritabilidad en los días 7 y 21 que el grupo placebo. El efecto positivo se apreciaba de forma más llamativa en los niños amamantados, pero no en los que recibían una fórmula infantil.
 
Este estudio presenta muchas fortalezas. La principal es su tamaño muestral. Todos los estudios incluidos eran aleatorizados y doble ciego, comparados con placebo y de alta calidad. Los grupos de intervención en los 4 estudios recibieron el mismo prebiótico (L. reuteri DSM17938) manufacturado por la misma compañía, en la misma dosis (5 gotas al día), mientras que en el grupo control todos los participantes recibieron el mismo placebo (maltrodextrina en suspensión de aceite).
 
Sin embargo, el estudio presenta varias limitaciones: 1) se incluían estudios con distintos métodos de definición de CL y medidas de resultado; 2) no se pueden extraer conclusiones definitivas de la efectividad de los probióticos para lactantes alimentados con fórmula, porque sólo 1 estudio incluía un número limitado de ellos, y 3) no se puede determinar si los efectos de los probióticos difieren según la exposición a inhibidores de bomba de protones (IBP), fórmulas hipoalergénicas o dietas con eliminación maternal de lácteos, porque la información no estaba disponible en todos los estudios. Por la misma razón, tampoco se pueden extraer conclusiones sobre los resultados secunda-rios, como la duración del sueño del lactante, la depresión maternal, la calidad de vida, el funcionamiento familiar, los efectos adversos, la colonización de heces o los niveles de calprotectina fecal. Es posible que el uso de IBP, concurrente con probióticos o prebióticos, pueda alterar la microbiota intestinal y, por tanto, afectar la efectividad de L. reuteri.
 
Los autores de este estudio concluyen que habrá que hacer más investigaciones al respecto, pero parece prometedor el uso de L. reuteri DSM17938 en niños con CL, sobre todo si están con lactancia materna. La efectividad parece estar unida al amamantamiento, pero el mecanismo exacto sigue siendo desconocido.
 
Hay una apremiante necesidad de realizar más ensayos clínicos rigurosos sobre LRDSM17938 en lactantes alimentados con fórmula. Sin embargo, en la era de amplia adición de mezcla de probióticos a las fórmulas infantiles estándares, tales ensayos pueden ser difíciles de implementar. 
 
Lo que aporta este artículo
Una situación tan aparentemente banal –pero causa de gran inquietud parental– como es el cólico del lactante (CL) continúa siendo objeto de estudio. Desde la propia consideración de a qué denominamos CL, cómo se produce, por qué desaparece..., hasta los métodos de tratamiento, continúan siendo objeto de debate. No hace mucho señalábamos, por ejemplo, el papel de la acupuntura (Landgren K, Hallström I. Effect of minimal acupuncture for infantile colic: a multicentre, three-armed, single-blind, randomised controlled trial [ACU-COL]. Acupuncture in medicine. Published Online First: 16 January 2017 [DOI: 10.1136/acupmed-2016-011208]). Sin embargo, es uno de los problemas en los que el empleo de probióticos –con limitaciones, como se comenta en este artículo– ha obtenido buenos resultados. Quizá por la homogeneidad en el empleo de la misma cepa de probiótico, L. reuteri DSM17938, a una dosis establecida. Un modelo que para otras patologías o entidades debería imitarse.
 
 
M.J. Galiano Segovia
Centro de Salud María Montessori. Leganés (Madrid)
 
 
 
 
 

 

Cord blood banking for potential future transplantation

Committee on Infectious Diseases, Committee on Fetus and Newborn.
Pediatrics. 2017; 140(3): e20171870.
 
La sangre de cordón (SC) umbilical es una fuente excelente de células madres para trasplante. El trasplante de progenitores de células hematopoyéticas se utiliza cada vez más como tratamiento definitivo –tanto en lactantes como en niños y adultos– de tumores hematólógicos, hemoglobinopatías, formas graves de inmunodeficiencias de linfocito T, y otras, así como en algunas enfermedades metabólicas.
Cada vez son más los trasplantes de este tipo que se realizan en todo el mundo utilizando la SC como fuente de progenitores de células hematopoyéticas. Y seguirá aumentando al introducirse en la práctica el cribado universal de la inmunodeficiencia combinada severa en el recién nacido.
 
Es fundamental informar a los padres que están esperando un hijo sobre la posibilidad de donar la SC del recién nacido. Esta información se debería facilitar durante el embarazo aprovechando una consulta con el obstetra o con el médico de familia.
 
En una encuesta realizada a residentes de pediatría, sólo el 18% de ellos estaban algo familiarizados con los bancos de SC. Por tanto, habría que empezar por concienciar a los médicos sobre la necesidad de aumentar la disponibilidad y el uso de bancos de SC, conocer sus ventajas y desventajas e informar correctamente de ello a las familias.
 
La SC puede guardarse en bancos públicos o privados. La mayoría de organizaciones profesionales apoyan su donación a instituciones públicas mejor que a las privadas (una excepcón a esta preferencia podría suponer el caso en que a un miembro de una familia se le identificara una enfermedad curable mediante trasplante de SC).
 
El control de calidad y la acreditación de los bancos es un aspecto extremadamente importante que cabe remarcar. En Estados Unidos varios programas tienen guías de acreditación, como la Fundación para la Acreditacion de Terapia Celular (FACT), programas en los que se detallan todas la actuaciones encaminadas a garantizar la seguridad de los receptores. Sólo un 25-40% de los cordones almacenados en los bancos públicos de SC en Estados Unidos cumplen estos criterios. Los bancos privados no están sometidos a esta regulación tan estricta, por lo que la calidad de los cordones almacenados es inferior y su viabilidad menor.
 
El artículo termina con varias recomendaciones: 1) los bancos públicos son el método preferido de donación de SC; 2) hay que informar a los futuros padres sobre la donación de SC; 3) es necesario proporcionar información precisa sobre la utilidad de la SC; 4) han de hacerse todos los esfuerzos posibles para favorecer la donación en minorías; 5) las agencias estatales deben velar por el cumplimiento de la legislación en materia de bancos de SC, y 6) si se solicita sangre para un banco con ánimo de lucro hay que establecer claramente la ausencia de conflictos de intereses.
 
¿Cuál es la situación en España?
Toda donación de progenitores hematopoyéticos debe cumplir la normativa establecida por el RD 1301/2006, que regula la utilización de tejidos humanos. Los aspectos más destacables de toda donación son los siguientes:
1. Confidencialidad. En ningún caso podrán facilitarse ni divulgarse informaciones que permitan la identificación del donante y/o del receptor.
2. Gratuidad. En ningún caso podrán percibirse compensaciones por la donación ni se exigirá ningún pago al receptor.
3. La obtención de progenitores sólo podrá realizarse en centros debidamente autorizados.
 
En España existen siete bancos de SC umbilical para donaciones altruistas y anónimas. La legislación establece que todas las unidades de SC umbilical que se almacenen en territorio español deben estar a disposición universal, lo que implica que pueden ser utilizadas para cualquier persona que las necesite con la única condición de que exista una indicación médica y la compatibilidad que se estime adecuada entre ellas.
De acuerdo con el RD Ley 9/2014, los padres pueden sacar la SC umbilical de su hijo fuera de nuestro país siempre que lo deseen y almacenarla en un banco en el extranjero, pero deben cumplirse las siguientes circunstancias:
• El centro maternal de asistencia al parto debe tener una autorización específica para extraer SC umbilical.
• El banco al que se envíe la unidad de SC umbilical debe estar autorizado para la actividad de almacenamiento.
• Debe existir un convenio o acuerdo entre la maternidad y el banco donde se almacene la SC umbilical.
 
Para más información se puede consultar la págiba web: http://www.ont.es/informacion/paginas/donaci%C3%B3nsangredecord%C3%B3numbilical.aspx
 
  
M.J. Galiano Segovia
Centro de Salud «María Montessori». Leganés (Madrid)
 
 
 
Davdam P, Toscher C, Estarlich M, Llop S, Dalmau-Bueno A, López-Vicente M, et al.
Environ Health Perspect. 2017; 125(9): 097016.
 
Es de sentido común pensar que disfrutar del contacto con la naturaleza, incluidos los espacios verdes, es importante para que los niños alcancen un desarrollo neurológico normal. Lo difícil es demostrarlo científicamente.

Éste es el objetivo que pretenden los autores del trabajo comentado, basado en los resultados del seguimiento de dos cohortes de niños de Sabadell y Valencia valorados desde su nacimiento hasta los 7 años. Un medio ambiente natural proporciona a los niños oportunidades únicas de compromiso, descubrimiento, medida del riesgo, creatividad, control y fortalecimiento del autodominio, además de inspirar emociones básicas (como la capacidad de asombro), factores que influyen de una forma positiva en el desarrollo cognitivo y en la atención.

Además, de una forma indirecta, influyen favoreciendo la actividad física, disminuyendo la exposición a la polución ambiental y a los ruidos y contribuyendo al contacto con un ambiente rico en microbios.

Algunos estudios previos habían demostrado que la exposición de niños de educación infantil a un «ambiente verde» (surrounding greenness) se asociaba a una mayor capacidad de memoria y atención. Sin embargo, a la edad de la exposición (7-10 años) ya existe un desarrollo cognitivo sustancial, por lo que no fue posible evaluar las influencias en las etapas de rápido desarrollo cerebral, como la prenatal o la posnatal inmediata.

Con el fin de valorar esas influencias tempranas, era de mayor interés realizar el seguimiento de una o varias cohortes desde el nacimiento y medir la atención durante la etapa preescolar y a los 7 años de edad.

En el trabajo comentado, la exposición a la naturaleza se evaluó mediante dos índices de verdor basados en imágenes de satélite (teledetección): índice normalizado de vegetación diferente (normalized difference vegetation index [NDVI]) e indicador de cubierta vegetal (vegetation continuous fields [VCF]). Ambas medidas se realizaron en las distancias de 100, 300 y 500 metros de la vivienda habitual, en distintos periodos hasta los 7 años de edad. La valoración de la atención se efectuó mediante pruebas específicas automatizadas (Conners’ Kiddie Continuous Performance Test y Attentional Network Task), que permiten evaluar los errores de omisión o de acción y la velocidad de respuesta.

La evaluación se pudo realizar en 1.199 niños a los 4-5 años de edad y en 1.044 a los 7 años. Los resultados mostraron que los niños con más exposición a un ambiente verde cometían menos errores de omisión. Estos resultados se mantenían cuando se tenían en cuenta ciertas variables, como el número de hermanos y el orden en la fratría, haber sido o no amamantados, el peso al nacimiento o el número de horas delante del televisor o de cualquier pantalla, la clase social y el nivel educativo de las madres.

La exposición a un ambiente verde en el lugar de residencia se asoció de forma significativa a una menor tasa de errores de omisión y a un tiempo de respuesta más corto, que podría interpretarse como una mayor capacidad de atención dirigida en ese grupo de niños. Los resultados fueron más positivos cuando se evaluaba la presencia de áreas verdes cercanas al domicilio que cuando se evaluaba la cubierta vegetal (presencia de árboles).

Lo que aporta este estudio:
Los seres humanos tienen unos lazos evolutivos importantes con la naturaleza. Así, el contacto con la naturaleza se asocia a un mejor desarrollo cerebral en los niños; en especial, favorece la atención. La capacidad de asombro es una característica del ser humano que promueve el desarrollo de aptitudes y habilidades. Y la naturaleza es una fuente inagotable, aunque no la única, de asombro. Fomentar la creación de espacios verdes en los entornos urbanos, el acercamiento de los niños a la naturaleza y las actividades al aire libre (sobre todo el juego) son elementos clave para conseguir no sólo que los niños sean más inteligentes, sino probablemente más felices.

 
J.M. Moreno-Villares
Servicio de Pediatría. Clínica Universidad de Navarra. Madrid
 
 
 
 

 

AÑO XXV ACTA PEDIÁTRICA ESPAÑOLA NÚM. 292
 
SUMARIO DEL NÚMERO DE SEPTIEMBRE DE 1967 

FIGURAS DE LA PEDIATRÍA
El doctor Gonzalo Gangoiti

ARTÍCULOS ORIGINALES
Trabajos doctrinales y casos clínicos

Causas y secuelas de la anoxia perinatal, por el doctor M. Nieto
Pediatría social, por la doctora María del Pilar Santos Suárez
Errores congénitos del metabolismo, por el profesor S. Van Greveld
 
 
 
 
AÑO XXV ACTA PEDIÁTRICA ESPAÑOLA NÚM. 293
 
SUMARIO DEL NÚMERO DE OCTUBRE DE 1967
 
FIGURAS DE LA PEDIATRÍA
El doctor José Boix-Ochoa

ARTÍCULOS ORIGINALES
Trabajos doctrinales y casos clínicos

Oxifenilbutazona en patología infantil, por el doctor José Miguel Díez Santos
Estudio morfológico y somatométrico del niño en el diagnóstico de las anomalías del desarrollo, por los doctores M. Moya Benavent y E. Borrajo Guadarrama
Servicios de higiene infantil, por el doctor Jesús Rodríguez Pedreira
El educador sanitario, por el doctor A. Rodríguez-Alarcón y Gómez
Pediatría social, por Luis Mendizábal Oses
Datos comparativos de protección materno-infantil en cinco países del mundo: Chile, Gran Bretaña, Suecia, Unión Soviética y Francia, por el doctor Orlando Alarcón Montero
 
Publicado en Hace 50 años

Elimination of perinatal hepatitis B: providing the first vaccine dose within 24 hours of birth

Committee on Infectious Diseases, Committee on Fetus and Newborn.
Pediatrics. 2017; 140(3): e20171870.
 
 

Desde que en 1982 se introdujo la vacuna de la hepatitis B (VHB), la incidencia de infección ha disminuido en más del 90%, aunque todavía se identifican 1.000 nuevos casos de infección perinatal anualmente en Estados Unidos. Más del 90% de estos lactantes infectados por el VHB al nacimiento o en el primer año de vida desarrollan una infección crónica.

La prevención de la transmisión perinatal del VHB es parte de la estrategia nacional para prevenir su incidencia. Es necesario realizar a las mujeres embarazadas una serología para detectar el antígeno de superficie de la hepatitis B (AgeHB), aunque no todas las que lo tienen desarrollen la infección. La probabilidad de transmitir el VHB es de un 85% si además el AgeHB es positivo, y de un 30% si el AgeHB es negativo (la determinación del antígeno e no se realiza sistemáticamente en las mujeres embarazadas).

La profilaxis postexposición es altamente efectiva. La vacuna sola administrada en las primeras 24 horas después de nacer previene la transmisión perinatal en un 75-95%.

Si además de la vacuna se administra la inmunoglobulina anti-HB y se completa la inmunización, las tasas de infección perinatal bajan hasta el 0,7-1,1%.

Estos hallazgos son la base para justificar los cambios en las recomendaciones relativas a la vacunación al nacimiento.

La dosis de vacuna al nacimiento es crítica para proteger a los recién nacidos de las madres infectadas no identificadas.

Ahora se ofrece a las mujeres embarazadas infectadas por el VHB, con alta carga viral, un tratamiento antiviral durante el embarazo. Sin embargo, no hay evidencia de que sólo el tratamiento antenatal maternal, sin profilaxis del lactante, sea suficiente para reducir el riesgo de transmisión. Aunque el 95% de los lactantes nacidos de madres infectadas reciben profilaxis, todavía en ellos es subóptima la tasa de inmunización de la hepatitis B.

La vacuna de la hepatitis B es bien tolerada en los lactantes y las estrategias de prevención perinatal se consideran coste-efectivas.

Los escalones clave para la implementación de una administración apropiada de la dosis al nacimiento de la vacuna frente a la hepatitis B son los siguientes:
1. Identificar a las madres AgsHB positivas antes del parto y documentarlo en la historia del lactante. Si se desconoce, hay que identificarlo lo antes posible.
2. En todos los recién nacidos de una madre con AgsHB positivo se debe administrar vacuna y gammaglobulina dentro de las 12 horas posteriores al nacimiento, aunque la madre tomara medicación antiviral.
3. Lactantes nacidos de madres con AgsHB negativo, según el peso al nacimiento:
• ≥2.000 g: se administra la vacuna como profilaxis sistemática universal dentro de las 24 horas tras el nacimiento.
• <2.000 g: administrar la vacuna frente a la hepatitis B como profilaxis sistemática universal al mes de vida o tras el alta del hospital (lo que ocurra primero).
4. En todos los lactantes nacidos de madres con AgsHB desconocido se debe administrar la vacuna frente a la hepatitis B siempre dentro de las 12 horas tras el nacimiento, e inmunoglobulina antihepatitis B en función del peso:
• ≥2.000 g: a los 7 días de ingreso hospitalario o al alta (lo que ocurra primero) si se confirma que el AgsHB materno es positivo o permanece desconocido.
• <2.000 g: dentro de las 12 horas tras el nacimiento, a menos que se confirme que el AgsHB materno es negativo.
5. Documentar la vacunación del lactante apropiadamente en la historia.

Después de completar la serie de vacuna frente a la hepatitis B con 3-4 dosis, el 98% de los lactantes sanos a término alcanza tasas protectoras. La protección puede ser menor en los lactantes con un peso al nacer <2.000 g.

Se han actualizado las recomendaciones para hacer controles serológicos posvacunación a los lactantes nacidos de madres con AgsHB positivo. Ahora se recomienda medir los anticuerpos de superficie (AcsHB) a los 9-12 meses de edad (antes era a los 9-18 meses). Unos niveles de AcsHB inferiores a 10 mUI/mL se consideran no protectores, por lo que se requeriría una dosis de vacuna adicional. Si después de 2-3 dosis de vacuna estos niveles continúan siendo inferiores a dicha cifra, podemos considerar que se trata de lactantes no respondedores, y los datos disponibles no sugieren que las vacunaciones adicionales sean beneficiosas. 

  
M.J. Galiano Segovia
Centro de Salud «María Montessori». Leganés (Madrid)
 
Nota: En España, únicamente Madrid y Castilla-León incluyen en su calendario vacunal la hepatitis B al nacimiento en todos los niños. En el resto de comunidades sólo se administra si el AgsHB de la madre es positivo.
 
 

Food allergy

Jones SM, Burks AW. N Engl J Med. 2017; 377(12): 1.168-1.176.
 
 
Este artículo, incluido dentro de la serie «Clinical Practice» de la revista, comienza con la descripción de un caso clínico: un joven de 18 años de edad, con antecedentes de alergia al cacahuete y asma, que en una fiesta, tras ingerir una galleta casera, desarrolla a los 10 minutos tos y dificultad respiratoria, que no mejora tras la administración de un antihistamínico inicialmente, y sólo tras el uso de adrenalina intramuscular y un broncodilatador. Las preguntas que dan pie a la revisión son: qué haría en este momento y si los síntomas podrían haberse prevenido.
El audio del artículo está también en la página web de la revista. 
En poco más de 8 páginas, los autores presentan una revisión actualizada, muy clara y sintética, sobre la alergia alimentaria, en especial la anafilaxia. Se recogen los criterios diagnósticos de la anafilaxia, que es una reacción mediada por IgE.
El artículo se centra en tres aspectos: evaluación, prevención y tratamiento. La evaluación se fundamenta en una buena historia clínica, que se acompaña de la realización de pruebas cutáneas o la determinación de IgE específicas en plasma. La provocación sólo está indicada cuando la historia y las pruebas complementarias sean poco sugestivas de alergia alimentaria. En el apartado de prevención se recogen los resultados del estudio LEAP (Learning Early About Peanut Allergy), del que se concluye que el consu-mo mantenido de cacahuetes en los primeros 11 meses de vida es una estrategia eficaz para prevenir el desarrollo de alergia al cacahuete (la más frecuente en Estados Unidos).
El apartado más detallado es el del tratamiento. El tratamiento inicial de elección en la anafilaxia causada por un alimento es la adrenalina (epinefrina), aunque está infrautilizada; por el contrario, los antihistamínicos son fármacos que se usan más, pero de forma equívoca. Este tratamiento debe complementarse con una valoración de los pacientes en un servicio de urgencias y su observación durante un periodo de 4-6 horas. Aunque no existe un tratamiento específico proactivo, en las últimas décadas se han desarrollado tres formas de inmunoterapia: oral, sublingual y epicutánea. En el artículo comentado se explica de una forma sencilla en qué consisten las distintas alternativas, así como su eficacia, ventajas e inconvenientes. 
Termina esta excelente revisión con un apartado denominado «Áreas de incertidumbre», en el que, además de hacer hincapié en el aumento del número de casos de alergia alimentaria y sus posibles explicaciones, se cuestiona la necesidad de conseguir pruebas diagnósticas claras y sencillas; asimismo, se reflexiona sobre las políticas de etiquetado nutricional y la eficacia de las distintas formas de inmunoterapia, así como sobre los cambios en las recomendaciones y guías obligados por los resultados del estudio LEAP.
 
  
Lo que aporta este estudio:
Es muy importante saber relacionar bien los síntomas con la ingesta del alimento, así como destacar que la adrenalina intramuscular es la clave del tratamiento de la anafilaxia inducida por alimentos.  
 
J.M. Moreno-Villares
Servicio de Pediatría. Hospital Universitario «12 de Octubre». Madrid
 
Nota: En un artículo de esta misma sección se revisaban el año pasado las dificultades que conlleva la administración intramuscular de epinefrina (Acta Pediatr Esp. 2016; 74[2]: 71).
 
 
 

 

  • La Displasia Broncopulmonar produce la limitación de la función respiratoria en los bebés prematuros que son afectados por ella y es considerada como una de las principales secuelas de la prematuridad
  • Según el Dr. Sánchez Luna, director del Grupo GEIDIS, resulta fundamental la prevención de infecciones como el Virus Respiratorio Sincitial, ya que pueden ensombrecer aún más el pronóstico de los bebés afectados por DBP
 

Madrid, 29 de septiembre de 2017.-  El Grupo Español de Investigación en Displasia Broncopulmonar (GEIDIS), dirigido por el Dr. Manuel Sánchez Luna, jefe de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha abierto un registro nacional que permite unificar el diagnóstico de los pacientes con Displasia Broncopulmonar (DBP), dar a conocer su incidencia real y realizar un seguimiento de estos pacientes a lo largo de toda su vida. La herramienta, que ha sido adherida en un total de 72 hospitales, representando al 90% de los centros del Sistema Nacional de Salud en nuestro país que tratan a pacientes susceptibles de padecer esta patología, ha sido presentada durante la XXVI edición del Congreso de Neonatología y Medicina Perinatal (SENeo), el principal foro científico de esta especialidad en España celebrado esta semana en Zaragoza.  

La DBP es una enfermedad pulmonar crónica que provoca la disminución del crecimiento de los pulmones y que está considerada como una de las principales secuelas de la prematuridad. Según los primeros resultados de este Registro Nacional de Displasia Broncopulmonar, esta patología produce la limitación de la función respiratoria. En concreto, se desarrollará hasta en el 40% de los que nacieron antes de las 28 semanas de gestación y el 60% por debajo de las 26 semanas, tal y como se especifica en el registro. “Esta enfermedad es aún una gran desconocida en cuando a cómo evoluciona y de qué manera pueden influir otros tratamientos que se aplican a otros niños con problemas respiratorios más comunes. Por lo tanto, uno de nuestros objetivos es fomentar su conocimiento y despejar todas las dudas que sobre el cuidado de estos pacientes existen hoy en día”, explica el doctor Sánchez Luna.

En este sentido, el objetivo de GEIDIS es gestionar a lo largo del tiempo parámetros con los datos proporcionados por estos bebés que se conviertan en una fuente de datos de información extraordinaria para el país, así como en un futuro, sean una fuente de datos de investigación para todos los médicos interesados en los problemas respiratorios. “El Registro es una herramienta que permitirá realizar a los pacientes un seguimiento hasta que se hagan adultos utilizando una gran base de datos en la que cada bebé afectado será categorizado en función de su gravedad y la agresividad de la DBP que sufren con el fin de proveerles beneficios presentes y futuros”, especifica el doctor Sánchez Luna.

 

Infecciones respiratorias en el paciente con BDP

Asimismo, cabe destacar la relación existente entre la Displasia Broncopulmonar (DBP) y las infecciones respiratorias como el Virus Respiratorio Sincitial (VRS), ya que resulta fundamental prevenirlas para mejorar el tratamiento de la DBP en los bebés afectados. Sobre ello, el Dr. Sánchez Luna recalca que “las infecciones intercurrentes en la infancia, sobre todo durante el primer año de edad, son claves en la presencia de daño pulmonar asociado, para los pacientes prematuros afectados por DBP, las consecuencias son aún mayores ya que, sobre una limitación de la función pulmonar, se añade un daño que incrementa la reactividad de la vía aérea y aumenta la resistencia a la respiración. En definitiva, creemos que infecciones como el VRS pueden ensombrecer aún más el pronóstico de estos pequeños, por eso es fundamental su prevención, ya que no temeos un tratamiento eficaz de las mismas”.

 

Sobre el Grupo GEIDIS

GEIDIS, Grupo Español de Investigación en Displasia Broncopulmonar, es un grupo de investigación creado en el seno de la Fundación IMAS (Fundación Instituto para la Mejora de la Asistencia Sanitaria). Sus objetivos son fomentar el estudio, la prevención y el tratamiento de esta enfermedad, así como crear un Registro Nacional de la misma. Para ello se ha formado un grupo de trabajo constituido por neonatólogos y neumólogos pediatras con el aval de la Sociedad Española de Neonatología (SENeo) y la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP). 

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• Las XII Jornadas Científicas se celebrarán el jueves 26 y el viernes 27 de octubre y abordarán la salud mental de la niñez (6-12 años)

 
Madrid, 19 de julio de 2017.- La Fundación Alicia Koplowitz ha presentado la XII edición de sus Jornadas Científicas, que se celebrarán el jueves 26 y el viernes 27 de octubre en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid. En la presentación, la doctora María Concepción Guisasola, Doctora en Medicina y Cirugía y Coordinadora Científica de la Fundación, y D. José Leoncio Areal López, secretario de la Fundación, han detallado las temáticas de las conferencias y las personalidades científicas que participarán.
 
Esta edición se centrará en la salud mental en la niñez, periodo comprendido entre los 6 y los 12 años, también denominados como años de latencia o infancia media, etapa que se desarrolla entre la primera infancia y la eclosión de la adolescencia. En este período se producen importantes cambios en el desarrollo físico, emocional, social y psicosocial, pero recibe menor atención de la comunidad investigadora que las etapas previa y posterior.
 
Las jornadas contarán con la participación de diversas personalidades científicas como la doctora Gemma Ochando, el profesor Juan Calamaestra, la doctora María de Gracia Domínguez, la doctora Ángela Vidal, la doctora Mercedes Serrano, la doctora Gisela Sugraynes, la doctora Blanca García Delgar, la doctora Lorena Fernández de la Cruz, la doctora Luisa Lázaro, la doctora Noemi Balmaña, el doctor Samuele Cortese, la doctora Maite Ferrin, el profesor José Antonio Piqueras, el doctor Javier Goti, la doctora Mª Victoria del Barrio, la doctora  Itziar Baltasar Tello, la doctora Beatriz Paya, la doctora Maite Garaigordobil y la doctora Mar Vila. Las conferencias magistrales estarán impartidas por el doctor Pablo Mir, que detallará los avances en el síndrome de Tourette, y por la profesora clínica Charlotte Ulrikka Rask, quien impartirá una conferencia con traducción simultánea inglés-español sobre los trastornos psicosomáticos en la niñez. 
 
“Son diversos los factores que hacen que el estudio de la psicopatología de esta edad sea especialmente importante. En primer lugar, las consultas a los servicios de salud mental aumentan rápidamente a partir de los 5 años. En segundo lugar, los problemas de salud mental están estrechamente entrelazados con la actividad escolar y su desarrollo educativo; en tercer lugar, los problemas de salud mental parece que cristalizan en patrones más firmes durante la infancia media que en los años preescolares”, según ha destacado la Dra. María Concepción Guisasola.
 
Además, según ha subrayado María Guisasola, el reto de la comunidad científica para mejorar la salud mental en la niñez es “impulsar el conocimiento de los diferentes aspectos del desarrollo del niño (pensamiento lógico, razonamiento, capacidad para resolver problemas, relaciones sociales, etc.), para detectar anomalías de forma precoz y poder consultar con el especialista para instaurar el tratamiento más adecuado”. Y este hecho, es especialmente grave en España ya que, junto con Bulgaria, son los dos únicos países de la UE donde no está implantada la especialidad de Psiquiatría del Niño y el Adolescente. Por lo tanto, todo lo que se refiere a asistencia, formación e investigación en éste área es minoritario y poco avanzado.
 
La Fundación Alicia Koplowitz y la Asociación de Científicos en Salud Mental del Niño y el Adolescente - “Fundación Alicia Koplowitz” decidieron, hace dos años, dedicar las Jornadas Científicas a abordar la salud mental en los distintos estadios del ciclo vital del niño y del adolescente desde el punto de vista del desarrollo: infancia (0-5 años), niñez (6-12 años) y adolescencia (13-18). En 2016, las jornadas se centraron en Psiquiatría perinatal y de la Primera Infancia, en 2017 a Psiquiatría de la Niñez, y en 2018 se centrarán en la Psiquiatría del Adolescente.
 

 

Publicado en Noticias
 
Committee on Obstetric Practice. Committee Opinion Number 679. November 2016
Obstet Gynecol. 2016; 128(5): 1.198-1.199
 
La Academia Americana de Pediatría apoya el dictamen del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos respecto a la inmersión en agua durante el trabajo de parto y el parto.
 
La inmersión en agua durante el parto se ha popularizado en las últimas décadas sin que haya suficiente evidencia para apoyar o desalentar esta práctica. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos ha realizado una revisión de la literatura actual sobre los riesgos y beneficios para la madre y el neonato relacionados con la inmersión durante el parto, y en función de los datos obtenidos ha elaborado una serie de recomendaciones al respecto.
 
Los autores resaltan la importancia de las limitaciones metodológicas de los estudios revisados, entre las que destacan las siguientes:
• Los efectos de la inmersión pueden ser diferentes durante la primera y la segunda etapa del parto; sin embargo, no todos los estudios identifican el momento en que se realizan.
• La mayoría de los estudios se ha realizados en mujeres sanas con embarazos únicos entre la semana 37 y la 41 y con presentación cefálica, lo que limita la generalización de los resultados.
• La mayoría de los ensayos controlados y aleatorizados (que ya fueron objeto de una revisión Cochrane en 2009) tiene tamaños muestrales pequeños y, por tanto, un alto riesgo de sesgos, lo que limita su fiabilidad y validez y dificulta la comparación entre ellos.
 
Desde el punto de vista pediátrico, de la revisión realizada por los autores se puede concluir que no se han podido demostrar beneficios para el recién nacido con la inmersión en agua durante el parto. La evidencia disponible tampoco sugiere un mayor riesgo de resultados adversos fetales o neonatales si la inmersión en agua se realiza durante la primera fase del parto. Sin embargo, dada la heterogeneidad de los resultados, la evidencia disponible es insuficiente para descartar la posibilidad de un mayor riesgo de efectos adversos graves en el neonato (infección, aspiración de agua, avulsión del cordón umbilical) cuando el parto se realiza dentro del agua. 
 
En cuanto a la madre, la inmersión en agua durante la primera fase del parto se ha relacionado con una disminución de la necesidad de analgesia y una menor duración del trabajo de parto en esa etapa. Los resultados para la segunda etapa son más inconsistentes, y están relacionados con la mejora en la satisfacción de las madres y beneficios asociados a experiencias de relajación, calidez, privacidad y mayor capacidad para mantener el control durante el parto.
Asimismo, la evidencia disponible no sugiere un aumento del riesgo de efectos adversos maternos con la inmersión en el agua durante el parto.
 
Con todo ello, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos hace las siguientes recomendaciones:
• La inmersión en agua durante la primera etapa del parto puede estar asociada a un trabajo de parto más corto y una disminución del uso de analgesia espinal y epidural. Puede plantearse a mujeres sanas con embarazos sin complicaciones entre 37 0/7 y 41 6/7 semanas de gestación.
• No hay datos suficientes que permitan extraer conclusiones respecto a los beneficios y riesgos de la inmersión en agua durante la segunda etapa del trabajo de parto y el parto. Por tanto, hasta que se disponga de esos datos, no es recomendable que el nacimiento se produzca en el agua.
• Una mujer que solicite dar a luz mientras está sumergida en el agua debe ser informada de que los beneficios y riesgos maternos y perinatales de esta elección no se han estudiado lo suficiente como para apoyar o desalentar su petición. También debe ser informada de las complicaciones neonatales, raras pero graves, asociadas con esta elección.
• Las opiniones expresadas en este documento no deben interpretarse de manera que se impida la realización de estudios prospectivos bien diseñados sobre los beneficios y riesgos maternos y perinatales asociados a la inmersión durante el parto.
• Los servicios que oferten inmersión durante el trabajo de parto deben establecer protocolos rigurosos para la selección de candidatos, el mantenimiento y la limpieza de piscinas y bañeras, los procedimientos de control de infecciones (incluidas las precauciones estándares y el equipo de protección personal para el personal de salud) y el seguimiento de las mujeres y los fetos a intervalos apropiados mientras se está inmerso, así como para su evacuación desde las bañeras si surgen complicaciones.
 
Lo que aporta este artículo:
En un momento en que en medicina se adoptan prácticas no siempre basadas en los datos de la experiencia clínica, se agradece el posicionamiento de las sociedades científicas, en este caso el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos. Hoy por hoy, a la luz de la evidencia científica, el parto en el aguan no aporta ningún beneficio para el recién nacido. E incluso en determinadas circunstancias puede ser perjudicial.
 
 
M.L. Peralta Ibáñez
Centro de Salud «Huerta de los Frailes». Leganés (Madrid)
 
 
 
Taddio A, Pillai Riddell R, Ipp M, Moss S, Baker S, Tolkin J, et al. CMAJ. 2016 Dec 12.
 
El dolor causado por la vacunación provoca malestar en los lactantes, pero también en los que están presentes. Mitigar el dolor puede reducir el sufrimiento y evitar algunas dudas sobre vacunar o no a los niños.

Se realizó un ensayo clínico controlado, longitudinal, competitivo, aleatorizado, multicéntrico y doble ciego, en el que se asignó a los lactantes a varios grupos con diferentes estrategias para prevenir el dolor durante la vacunación. De los 944 niños valorados inicialmente (entre el 17 de enero de 2012 y el 2 de febrero de 2016), 106 no cumplían criterios de inclusión, en 486 los padres decidieron no participar, y pudo aleatorizarse a los 352 restantes en uno de los 4 cuatros grupos de intervención, a los 2, 4, 6 y 12 meses, respectivamente: a) grupo control, placebo; b) educación mediante vídeo dirigida a los padres sobre el cuidado de los bebés; c) vídeo + sacarosa oral, y d) vídeo + sacarosa + lidocaína liposomal aplicada tópicamente.

Cada niño recibía un kit: vídeo (placebo o no), crema (lidocaína o no) y solución (sacarosa o no). Al llegar el lactante a la cita para la vacuna, se le ponía 1 g de la crema durante 20 minutos, mientras los padres veían el vídeo, después se retiraba la crema, y 1-2 minutos antes de la vacuna se les administraba la solución del estudio.

Se valoraron las molestias del lactante en 3 fases: preinyección (basal), durante la vacuna (inyección) y 1 minuto postinyección (recuperación), usando una escala de dolor modificada (0, sin dolor; 10, dolor máximo). Esta escala incorpora 3 dominios de comportamiento del lactante –muecas faciales, llanto y movimiento del cuerpo–, valorados individualmente en intervalos de 15 segundos, que se suman en una escala general, con una puntuación desde 0 (no dolor) a 10 (dolor máximo).

Se compararon los resultados entre grupos y por edades de los lactantes, usando un modelo mixto de análisis de medidas repetidas.

En los resultados no se obtuvo ninguna diferencia entre grupos en el momento basal. En la segunda fase (inyección) hubo diferencias entre los grupos (p= 0,003) y las edades de vacunación (p <0,001). Las puntuaciones fueron más bajas en el grupo vídeo + sacarosa + lidocaína (media de 6,3), pero no en el resto de grupos (media de 6,7 en cada uno). Estos resultados sugieren un beneficio derivado del uso de la lidocaína. En la fase de recuperación, la puntuación no difería entre grupos.

El efecto era mayor a los 6 meses de edad (puntuación inferior) en todas las etapas, para volver a aumentar a los 12 meses.

Los efectos del tratamiento observados pueden no ser suficientemente consistentes como para obligar a los clínicos a cambiar su práctica habitual –no realizar ninguna intervención–, particularmente debido a la corta duración del dolor. Sin embargo, es importante destacar que aliviar el dolor es parte de una buena práctica de vacunación. Que el dolor dure poco tiempo no justifica no tratarlo. Los episodios breves de dolor yatrogénico sin tratar pueden tener consecuencias a largo plazo, incluido el incumplimiento de la vacunación.

Lo que aporta este artículo:
La preocupación por disminuir el dolor en muchas prácticas pediátricas habituales, como la vacunación, es señal de una buena calidad de la atención al niño y su familia. Sin embargo, los datos obtenidos de distintas estrategias de intervención, incluida la administración de anestésicos tópicos, son muy modestos. Es muy posible que más que el uso de fármacos para mitigar el dolor, sea más efectivo crear un ambiente de confianza entre padres y pediatras. El pediatra de atención primaria y la enfermera de pediatría son piezas clave para conseguir que las tasas de vacunación en España sigan siendo tan buenas como hasta ahora. Para el bien de nuestros niños.

 

  
M.J. Galiano Segovia

Introducción: La toma de decisiones acerca de los cuidados perinatales en fetos y recién nacidos (RN) al límite de la viabilidad continúa siendo un problema clínico y ético de la máxima envergadura para obstetras y neonatólogos. La inclusión de los padres en el proceso de toma de decisiones exige que la información proporcionada esté basada en los mejores datos disponibles. El objetivo de nuestro estudio fue conocer las tasas específicas de supervivencia al alta y de supervivencia sin morbilidad mayor, por edad gestacional (EG), en RN ≤26 semanas.

Pacientes y métodos: Durante el periodo 2004-2010 se recogieron datos de todos los RN vivos (RNV) intramuros, de ≤26 semanas de EG. Se estudiaron los datos demográficos, de intervenciones y los resultados en morbimortalidad específica por EG.

Resultados: Se incluyeron 137 RNV con una EG ≤26 semanas, de los que 8 fallecieron en la sala de partos. Entre los 129 ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales, la supervivencia se incrementó progresivamente en función de la EG desde el 30,4% a las 24 semanas hasta el 64,7% a las 26 semanas. Asimismo, la supervivencia sin morbilidad mayor se incrementó desde el 4,3 al 25,9% en dichas EG. La mediana (rango intercuartílico) de la estancia hospitalaria en los supervivientes fue de 90 (76,5-113) días, y en los que fallecieron de 8 (3-21,5) días.

Conclusiones: La supervivencia y la supervivencia sin morbilidad mayor aumentan significativamente con la EG en RN al límite de la viabilidad. Estos resultados, específicos por EG, aportan una información relevante para la toma de decisiones asistenciales e indican el potencial impacto en la gestión de recursos sanitarios.

 

Publicado en Originales
 
Lynch SJ, Sears MR, Hancox RJ.
Pediatrics. 2016; 138(2): e20160443.
 
 
La hipótesis de la higiene sugiere que la exposición precoz en la vida a microorganismos reduce el riesgo de desarrollar alergia. Chuparse el dedo y morderse las uñas son hábitos comunes en la infancia que pueden aumentar la exposición a microorganismos. En este trabajo se estudia la hipótesis de si los niños con esos hábitos tienen un riesgo menor de desarrollar atopia, asma y fiebre del heno.
 
Métodos
Se llevó a cabo un estudio de cohortes con 1.037 participantes (un 52% eran varones), nacidos entre 1972 y 1973, a quienes se realizó un seguimiento hasta los 38 años de edad. A la edad de 5, 7, 9 y 11 años se les preguntaba a los padres si sus hijos se chupaban el dedo o se mordían las uñas. Había 3 posibles respuestas: nada, alguna vez y con certeza. Los test cutáneos de sensibilización atópica se hicieron por primera vez a los 13 años de edad (un 70% de la cohorte), y se repitieron a los 32 años en el 93% de los participantes. Se definía «sensibilización atópica» como la aparición de una o más respuestas positivas a un alérgeno.

Se consideraba que los pacientes tenían asma si ésta se había diagnosticado, presentaban síntomas compatibles o habían seguido tratamiento para ella en los 12 meses previos (registro obtenido desde los 9 años, usando cuestionarios desarrollados previamente). Se consideraba la presencia de fiebre del heno si los pacientes lo referían a la edad de 13 o 32 años.

Resultados
De los 1.013 niños finalmente evaluados, 317 (31%) tenían al menos un hábito oral y menos atopia que los que no tenían ninguno (49%); los que tenían ambos tenían una prevalencia más baja de sensibilización. Estas asociaciones entre hábitos orales y sensibilización atópica siguen siendo significativas en los análisis de regresión logística cuando se ajusta por sexo y atopia parental, antecedentes de lactancia materna, presencia de gatos o perros en el hogar, tabaquismo en los padres y estatus socioeconómico. Los niños que manifestaban uno o ambos hábitos orales tenían un 30-40% de reducción en el riesgo de sensibilización atópica a la edad de 13 y 32 años.

Sin embargo, no se observó que estos hábitos orales se asociaran a una menor incidencia de asma o fiebre del heno a los 13 o 32 años.

Discusión
Los hallazgos de este estudio apoyan la hipótesis de que los niños que se chupan el dedo o muerden las uñas tienen menos riesgo de desarrollar sensibilización atópica. No se encontró ninguna asociación entre chuparse el dedo y morderse las uñas y la frecuencia de asma o fiebre del heno a los 13 o 32 años. Las razones de esta inconsistencia no están claras; aunque el asma y la fiebre del heno se asocian a menudo a la atopia, hay otros factores que contribuyen (sólo un tercio del asma infantil es atribuible a la atopia). Los hallazgos de este estudio son consistentes con los del «estudio del chupete», en el que se observó que los niños cuyas madres limpiaban sus chupetes chupándolos tenían menos probabilidad de desarrollar alergias. Aunque el mecanismo y la edad de exposición son diferentes, ambos estudios sugieren que la respuesta inmune y el riesgo de alergia pueden estar influidos por la exposición a bacterias orales u otros microbios.

Chuparse los dedos y morderse las uñas se perciben a menudo como hábitos indeseables por parte de muchos padres, que se desalientan por ello. Numerosos estudios han valorado diversas intervenciones para erradicar estos hábitos. Hay alguna evidencia de que tales hábitos se asocian a maloclusión dental y daño gingival, y también que pueden causar infecciones locales de la mano. Aunque los autores de este estudio no opinan que se deba animar a que los niños desarrollen estos hábitos, sus hallazgos sugieren que disminuyen el riesgo de desarrollar una sensibilización a los aeroalérgenos comunes.
 
Lo que aporta este estudio:
Quizá algunas prácticas muy comunes en los niños (chuparse el dedo o morderse las uñas) no sólo no son perjudiciales para la salud, sino que incluso puede que tengan un cierto efecto «protector» frente a la atopia, en el marco de la hipótesis de la higiene. La pregunta es: ¿Los hallazgos como los de este estudio justificarían cambiar el criterio de que los hábitos sociales hay que educarlos? Probablemente no lo justifique. Y en buena lid científica, habríamos de diseñar un estudio para considerar qué efectos negativos en otras áreas del desarrollo o del comportamiento aparecerían con el mantenimiento de estas costumbres. En medicina, muchas veces es mejor quedarse a la penúltima que estar a la última.
 
  
M.J. Galiano Segovia

Sinky C, Colligan L, Prgomet M, Reynolds S, Goeders L, Westbrook J, et al.
Ann Intern Med. Publicado online 6 de septiembre de 2016 [doi:10.7326/M16-0961] 
 
No siempre es fácil saber en qué ocupa el tiempo el médico en la consulta. Lo cierto es que las listas de pacientes son largas y, a veces, también los tiempos de espera. Por el contrario, es habitual que el tiempo que se les puede dedicar a los pacientes en la consulta sea escaso. Los autores de este trabajo realizaron un estudio observacional directo (durante las horas de trabajo) y de autorregistro (después de terminar la jornada).
El trabajo se realizó en las consultas ambulatorias de 4 especialidades (medicina familiar, medicina interna, cardiología y traumatología) en 4 Estados norteamericanos. Participaron 57 médicos, a quienes se observó directamente durante 430 horas; además, 21 médicos reportaron su actividad después de la consulta. La actividad realizada durante las horas de consulta se asignó a una de estas 4 tareas: interacción directa con el paciente, historia clínica electrónica (HCE), tareas administrativas y otras tareas.
 
Resultados
Durante el tiempo de consulta, los médicos dedicaron el 27% a estar en contacto directo con el paciente, y el 49,2% a la HCE y otras tareas administrativas. La distribución del tiempo presencial en la sala de exploraciones fue del 52% dedicado al contacto directo y el 37% a la HCE y otras tareas administrativas. Los 21 médicos que además comunicaron su actividad al acabar la consulta señalaron que dedicaban entre 1 y 2 horas más, sobre todo, a la HCE. Estos datos no son generalizable a todos los médicos y todas las consultas ambulatorias, y debido a su diseño, no se han realizado comparaciones ni entre profesionales ni entre especialidades.
 
Los autores concluyen que por cada hora que los especialistas dedican al trato directo con el paciente, casi emplean 2 horas adicionales en la HCE o en otras tareas administrativas. Además, emplean entre 1 y 2 horas diarias de su tiempo libre en hacer tareas relacionadas con su práctica clínica (sin incluir el estudio o la investigación). Este artículo se acompaña de un editorial en el que la Dra. Susan Hinge reclama que la promesa de que la HCE nos ayudase en el quehacer diario sea una realidad. Este es el compromiso de Asociación Médica Norteamericana y del Colegio de Médicos Norteamericano.  
 
Lo que aporta este estudio:
Cada día percibimos con mayor claridad que las herramientas, generalmente informáticas, que acompañan nuestra práctica diaria ocupan una gran parte de la jornada, mayor incluso que la que dedicamos al trato con los pacientes. Esta realidad debe servir, por una parte, para la organización de la consulta diaria, de modo que la merma del tiempo no repercuta sobre lo que constituye la base del encuentro médico, la consulta, y por otra parte, a que las herramientas técnicas sean cada vez más sencillas y se adapten al medio que representa la consulta, y no al revés.
 
  
J.M. Moreno-Villares
Unidad de Nutrición Clínica. Hospital Universitario «12 de Octubre». Madrid

Introducción: Las neuropatías localizadas adquiridas, no posquirúrgicas ni postraumáticas (excluida la afectación de pares craneales), son raras en la infancia. Se presentan 2 casos clínicos de adolescentes con neuropatía periférica secundaria a fenómenos compresivos en relación con hábitos estéticos.
Casos clínicos: El caso 1 corresponde a una niña de 13 años con neuropatía del ciático poplíteo externo; presenta una pérdida ponderal en un breve periodo de tiempo y practica ejercicio físico intenso a diario. El caso 2 corresponde a una niña de 14 años con meralgia parestésica del nervio femorocutáneo; habitualmente viste pantalones elásticos ajustados.
Conclusiones: Ambos casos presentan neuropatías periféricas debido a fenómenos compresivos, favorecidos por la pérdida de peso, el ejercicio físico y el uso de ropa ajustada; ponen de manifiesto los peligros de algunos hábitos estéticos y relacionados con la moda y pueden ocultar otras patologías subyacentes, como trastornos de la conducta alimentaria. El tratamiento conservador es efectivo en la mayoría de los casos, pero en casos refractarios puede desarrollarse una discapacidad, por lo que es importante su identificación precoz.
 
Publicado en Notas clínicas
Introducción: La neuropatía tomacular, o neuropatía hereditaria con parálisis sensible a la presión, es una polineuropatía generalizada caracterizada por episodios recurrentes de parálisis y trastornos sensitivos indoloros tras leves traumatismos o compresiones. El diagnóstico se basa en una historia clínica sugestiva y un estudio neurofisiológico compatible con polineuropatía sensitivomotora desmielinizante; puede confirmarse mediante una biopsia del nervio y, actualmente, por estudios de genética molecular. En ellos se demuestra una deleción o mutación en el gen PMP 22 (localizado en la región 17p11.2), que producirá una disminución o anulación de su producto, la proteína de la mielina periférica 22 (PMP 22). Se trata de una entidad incluida dentro del grupo de las neuropatías periféricas sensitivomotoras hereditarias, con una prevalencia de 16/100.000; sin embargo, debido a su naturaleza insidiosa, probablemente esté subestimada.
Caso clínico: Se describe el caso de una niña afectada por neuropatía tomacular, con clínica compatible portadora de la deleción del gen PMP 22, que presentó un estudio neurofisiológico normal.
Conclusión: Destaca la normalidad del estudio neurofisiológico realizado en la niña, lo que justifica el estudio genético ante una clínica de neuropatía con parálisis sensible a la presión aunque no estén presentes las alteraciones electrofisiológicas típicas, sobre todo en cuadros con poco tiempo de evolución clínica.
 
Publicado en Notas clínicas
 
Committee on Adolescent Health Care
ACOG May 2016; number 662.
 
Durante la adolescencia el cuerpo experimenta cambios importantes por efecto de las hormonas sexuales. En las chicas destaca el rápido crecimiento mamario y la trasformación del tejido genital, lo que les puede plantear dudas sobre la normalidad de su nueva apariencia, tamaño, simetría o función. Estos cambios bruscos que pueden percibir como anormales, junto con la nueva percepción social del cuerpo femenino ideal, les genera grandes preocupaciones. En estos casos suelen acudir al ginecólogo buscando consejo sobre cómo conseguir una mejor apariencia mamaria o de vulva. En ocasiones están interesadas en la modificación quirúrgica del pecho y/o los genitales. 
Los ginecólogos que atienden a estas adolescentes deberían asesorar sobre alternativas no quirúrgicas, así como informarles de las indicaciones y el tiempo de intervención quirúrgica de referencia. Aunque la cirugía consigue la corrección de anormalidades (causadas por defectos congénitos, trauma, infección o enfermedad) o con un fin cosmético para reconfigurar estructuras normales que puedan mejorar la función, la apariencia y la autoestima, no está indicado en todas las adolescentes.
 
Labioplastia
Durante la pubertad los labios mayores aumentan de tamaño. El labio menor normal puede tener una marcada variación en tamaño, forma y apariencia. La asimetría es común y puede ser vista como una variante de la normalidad. No existe un consenso sobre la definición de hipertrofia labial o criterios para la intervención quirúrgica.
 
Aunque puede haber una percepción que la labioplastia es un procedimiento quirúrgico menor, pueden ocurrir complicaciones serias (cicatriz dolorosa, dispareunia, hematoma, edema, o infección).
 
Cuando las adolescentes buscan tratamiento médico, el primer escalón es, a menudo, la educación y la información respecto a las variaciones normales en la anatomía, el crecimiento y el desarrollo. Se pueden ofrecer alternativas no quirúrgicas: medidas cosméticas o medidas de higiene personal (tales como el uso de emolientes). Sólo si el disconfort emocional o los síntomas persisten, se puede considerar la corrección quirúrgica.
 
Cirugía reductora de mama
En adolescentes con mamas grandes, puede aliviar el dolor de espalda, hombro y cuello. La cirugía correctora en adolescentes se ha asociado con la mejoría de la autoestima, con más de 75% de tasas de satisfacción. Se recomienda posponer la cirugía hasta que se alcance la maduración mamaria, esperando hasta que haya estabilidad en el tamaño de la copa durante 6 meses, y esperar hasta la edad de 18 años. 
 
Se recomiendo una valoración de la maduración física, emocional y psicológica del adolescente. El cirujano debería asegurar que los objetivos de las adolescentes son realistas y que ella y su familia tienen un claro sentido de riesgo, beneficios y limitaciones de la reducción de mama.
 
Hay alternativas no quirúrgicas como el uso de prendas adecuadas, y en algunos casos, la reducción de peso. La cirugía de reducción de pecho en adolescentes no afecta la capacidad de amamantar posterior.
 
Aumento de pecho
El aumento de pecho en adolescentes puede realizarse para la reconstrucción de condiciones genéticas con deformidad o asimetría grave o como un proceder electivo para aumentar un pecho de talla pequeña o una asimetría benigna. 
La Sociedad Americana de Cirugía Plástica ha hecho las siguientes recomendaciones para mujeres que consideran aumentar de pecho:
1. Deberían tener, al menos, 18 años de edad. 
2. Tener la madurez física y emocional necesaria. 
3. Tener una comprensión realista de los potenciales resultados, así como la posible necesidad de cirugía adicional. 
 
Los implantes rellenos de salino son los únicos tipos de implantes aprobados por la U.S. Food and Drug Administration para mujeres menores de 22 años (tienen un periodo de vida de 10 años).   
 
Lo que aporta este trabajo:
La edad pediátrica en nuestro país se ha elevado hasta los 16 años y no resultaría extraño que, en un futuro próximo, alcanzase los 18. Algunos problemas a los que el pediatra se enfrentaba de forma excepcional, se han convertido en motivo frecuente de consulta. Por ejemplo, el empleo de tatuajes o la colocación de piercings. Pero también el consejo sobre algunos tipos de cirugías plásticas. El pediatra ha de conocer las indicaciones y las características de algunos de estos procedimientos y asesorar a las pacientes el momento y a quién solicitar una valoración más detallada. 
 
  
M.J. Galiano Segovia

 

Recommended amount of sleep for pediatric populations: A statement of the American Academy of Sleep Medicine

Paruthi S, Brooks LJ, D’Ambrosio C, Hall W, Kotagal S, Lloyd RM, et al.
J Clin Sleep Med. 2016; 12: 785-786. 
 
Dormir es esencial para la salud, sobre todo en los niños y en los adolescentes. Y un sueño saludable implica una duración suficiente, el momento adecuado, buena calidad, regularidad y la ausencia de problemas o alteraciones del sueño. Un panel de 13 expertos en el sueño ha revisado la evidencia científica publicada para elaborar un elenco de recomendaciones que han sido aceptadas, entre otras, por la Academia Americana de Pediatría.
 
Dichas recomendaciones son las siguientes:
  1. Los lactantes entre 4 y 12 meses deberían dormir entre 12 y 16 horas al día de forma regular para tener una salud óptima. No hay recomendaciones en menores de 4 meses, debido a la amplia variabilidad en los patrones y en la duración del sueño a esa edad y su correlación con el estado de salud.
  2. Los niños entre 1 y 2 años deberían dormir entre 11 y 14 horas al día (incluyendo siestas) para tener una buena salud.
  3. Entre 3 y 5 años deberían dormir entre 9 y 12 horas (incluyendo siestas).
  4. Los niños de 6 a 12 años deberían dormir entre 9 y 12 horas diarias.
  5. Finalmente, los adolescentes entre 13 y 18 años deben dormir entre 8 y 10 horas de forma regular.
 
Dormir el número de horas aconsejadas se asocia a una mejor atención, conducta, aprendizaje, memoria, equilibrio emocional, calidad de vida y salud física y mental. Por el contrario, dormir pocas horas se asocia a problemas en esas mismas áreas. También aumenta el riesgo de accidentes, de hipertensión, obesidad, diabetes y depresión. Y en adolescentes, mayor riesgo de conductas autolesivas y pensamiento e intentos de suicidio. Dormir de más también tiene efectos negativos para la salud, entre otros, riesgo de hipertensión, diabetes, obesidad y problemas mentales. Los padres deben ser conscientes de que, si sus hijos presentan problemas de sueño, deberían consultar con el pediatra o buscar un especialista del sueño. 
 
Necesitamos, sin embargo, conocer más a qué se deben las variaciones individuales del sueño y entender los mecanismos biológicos que subyace en la necesidad de dormir.
Proporcionar recomendaciones sobre la duración ideal del sueño servirá para concienciar a los padres, los adolescentes y los profesionales de la salud, pero también a los cargos públicos en la importancia que el sueño tiene para la salud.   
 
Lo que aporta este trabajo:
No siempre se ha tenido en cuenta la importancia de dormir un número suficiente de horas en cada etapa de la infancia y la adolescencia y sus repercusiones sobre la salud. Cada vez hay una mayor concienciación en las repercusiones que tienen las alteraciones del sueño. Quedan muchos campos por investigar: desde la influencia de los factores genéticos y ambientales hasta cómo repercuten en la salud de los padres y de los demás miembros de la familia.
 
En España hay pocas Unidades del Sueño, aunque la mayoría se dedican al estudio de la patología respiratoria y su influencia sobre el sueño. Existe también una sociedad científica, la Sociedad Española del Sueño (http://www.ses.org.es/), que tiene un grupo de trabajo pediátrico. 

 

J.M. Moreno-Villares
Unidad de Nutrición Clínica. Hospital Universitario «12 de Octubre». Madrid

Introducción: En los últimos años se ha producido un aumento de las gestaciones múltiples en nuestro entorno. Dada la elevada tasa de prematuridad y complicaciones perinatales que conllevan, constituyen un grupo de especial vulnerabilidad no sólo en el periodo perinatal, sino a largo plazo. 
Objetivos: Analizar la influencia del tipo de parto y otras variables perinatales, como el orden de nacimiento, en el desarrollo a largo plazo de niños nacidos en un parto gemelar, describiendo los modelos predictivos del mismo respecto al desarrollo psicológico y la inteligencia. 
Métodos: Hemos realizado un estudio observacional sobre 62 parejas de gemelos de 6 años de edad. Para ello se realizó una evaluación individual de cada uno de los niños con sus madres utilizando las baterías CUMANIN y K-BIT. Igualmente, se recogieron los datos clínicos perinatales. Realizamos un análisis estratificado y multivariante mediante regresión lineal múltiple. 
Resultados: El tipo de parto es la variable que mostró un mayor valor predictivo de las puntuaciones, de forma que los mejores resultados se obtuvieron en los niños nacidos por parto vaginal. Sin embargo, comparativamente, hemos observado la existencia de peores puntuaciones en los segundos gemelos nacidos por vía vaginal en las variables «estructuración espacial», «desarrollo no verbal» y «desarrollo total». 
Conclusiones: Las variables perinatales predicen los resultados a largo plazo en gemelos. La posible divergencia de intereses prenatales entre hermanos gemelos plantea la necesidad de individualizar cada caso y consensuar con los padres la actuación perinatal.
 
Publicado en Originales
  • Las infecciones respiratorias agudas por virus respiratorio sincitial (VRS) incrementan la morbimortalidad en pacientes vulnerables.
  • El VRS, más conocido como el «virus de los bebés», es el causante de la mayoría de los casos de bronquiolitis.
  • Este virus continua siendo un problema de salud muy importante en la población pediátrica y especialmente en los niños menores de 1 año de edad.

 

Granada, 5 de mayo de 2016.– Con el objetivo de revisar todas las novedades en el área de la neumología pediátrica, más de 300 especialistas en la atención a los niños con patologías respiratorias de toda España asisten durante tres días en Granada a la XXXVIII Reunión de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP). En palabras del Dr. Adulfo Sánchez, Presidente del Comité Organizador, «cada año la participación aumenta. Debido a que la patología respiratoria es una de la más relevantes del niño, su manejo interesa no solo a los componente de las Unidades de Neumología Pediátrica, sino también a todos los pediatras».
 
Como explica el experto, el objetivo de la reunión es poner en común las actualidades sobre las enfermedades respiratorias del niño y establecer relaciones profesionales, de investigación y desarrollo clínico entre los diferentes grupos de profesionales. Así, entre los temas revisados este año se encuentran el tratamiento de inmunoterapia, la actualización de pruebas, patologías más relevantes para el diagnóstico, la fibrosis quística o el asma de difícil control, entre otros. En opinión del doctor Sánchez, lo que más preocupa a los pediatras es la resistencia y el auto manejo de las patologías respiratorias ejercido por las propias familias. «Hay que concienciar, cada vez más, que deben consultar siempre al pediatra», advierte.
 
Este año la SENP dedica uno de sus simposios a las infecciones respiratorias agudas por virus respiratorio sincitial (VRS). Bajo el titular «Impacto de las infecciones respiratorias por VRS en pacientes de riesgo», el Dr. Antonio Moreno, Jefe de la Unidad de Neumología Pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, es el moderador de esta sesión en la que se analizan las características de la infección respiratoria producida por este virus, que «continua siendo un problema de salud muy importante en la población pediátrica y especialmente en los niños menores de 1 año de edad. Cada año en los meses de noviembre a enero se presenta una epidemia muy importante que hace que los hospitales pediátricos se colapsen con un gran número de lactantes ingresados no sólo en las plantas de hospitalización convencional sino también en las UCIs pediátricas. Otro motivo de preocupación es que cada vez los niños que ingresan son más pequeños, incluso menores de un mes, con las consecuencias que ello puede representar para un pulmón en desarrollo». En concreto, el VRS, más conocido como el «virus de los bebés», es el causante de la mayoría de los casos de bronquiolitis. Entre el 0,5% y el 2% de los afectados son hospitalizados1, aunque este porcentaje alcanza el 13% en los grupos de alto riesgo como los niños con cardiopatías congénitas, enfermedad pulmonar crónica o prematuros2, llegando a ingresar en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) hasta un 20% de los prematuros entre las 33-35 semanas de edad gestacional3.  
 
Prematuros moderados y tardíos, mayor morbilidad por VRS a largo plazo
Un nacimiento prematuro se produce cuando el bebé nace antes de la semana 37 de gestación. Dentro del grupo de los bebés prematuros existe un grupo mayoritario de niños denominados «prematuros moderados y tardíos», nacidos entre las semanas 32 y 33, y 34 y 36 de gestación, respectivamente. De acuerdo con el doctor, estos niños tienen una función respiratoria peor que la de los niños nacidos a término y, por tanto, necesitan una evaluación y control durante el período neonatal y la primera infancia. «Estos niños presentan no sólo un aumento de la morbilidad perinatal (por ejemplo, enfermedad de membrana hialina, neumonías) en relación con los recién nacidos a término, sino también una mayor morbilidad a largo plazo, con una mayor frecuencia de asma y bronquitis sibilantes. También algunos estudios apuntan que la prematuridad puede ser un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedad pulmonar crónica en el adulto». En España, según los datos del INE, en el año 2013 hubo 31.442 partos prematuros que representaron el 7,39% de los nacimientos. De ellos, entre el 70% y 80% pertenecen a prematuros tardíos. 
 
Infecciones respiratorias por VRS en el paciente con comorbilidades
Los niños con patología de base tienen más riesgo de necesitar ingreso y de que éste sea prolongado y curse con complicaciones ante una infección por VRS. De acuerdo al doctor Moreno, hasta un 50% de los niños presentan bronquitis recurrentes tras padecer una bronquiolitis por VRS. «Estudios recientes han demostrado que los lactantes prematuros que reciben profilaxis con palivizumab presentan no sólo una disminución de los ingresos hospitalarios por el virus respiratorio sincitial, sino también una menor frecuencia las bronquitis recurrentes que presentan posteriormente». 
 
Retos que presenta el diagnóstico y manejo clínico de las infecciones respiratorias causadas por el VRS
En opinión del doctor Moreno, en el momento actual existen dos retos importantes. Uno, la prevención. «Son necesarias campañas de salud pública que impliquen no sólo a la edad pediátrica, si no que empiecen ya en la educación maternal durante el embarazo para concienciar a las familias sobre la necesidad de aplicar medidas preventivas generales, especialmente en la época de epidemia de virus respiratorios en otoño-invierno con los recién nacidos y lactantes pequeños, tales como el lavado de manos, evitar el contacto de los bebés con otros niños o personas mayores resfriadas y evitar los ambientes de tabaco».  «Por otro lado, prosigue el experto, no se dispone de una vacuna para el virus respiratorio sincitial. Mientras no se desarrolle, la inmunoprofilaxis con anticuerpos monoclonales, que debe administrarse mensualmente de octubre a marzo, contra el virus respiratorio sincitial en los niños más vulnerables es importante para mejorar su evolución».
 
El otro reto es el tratamiento. «Hasta el momento no disponemos de ningún tratamiento eficaz para la bronquiolitis o la neumonía por el virus respiratorio sincitial, pero se están realizando ensayos clínicos prometedores con varios fármacos que pueden ayudar a mejorar la evolución clínica de estos niños», concluye el doctor Moreno. 
 
Bibliografía
1. Meissner HC, Welliver RC, Chartrand SA, Law BJ, Weisman LE, Dorkin HL, et al. Immunoprophylaxis with palivizumab, a humanized respiratory syncytial virus monoclonal antibody, for prevention of respiratory syncytial virus infection in high risk infants: a consensus opinion. Pediatr Infect Dis J. 1999; 18: 223-231.
2. Carbonell-Estrany X, Quero J. Tasas de hospitalización por infección por virus respiratorio sincitial en prematuros nacidos en dos estaciones consecutivas. Pediatr Infect Dis J. 2001; 20: 874-879.
3. Figueras-Aloy J, Carbonell-Estrany X, Quero J, IRIS Study Group. Case-control study of the risk factors linked to respiratoy syncytial virus infection requiring hospitalization inpremature infants born at gestational age of 33-35 weeks in Spain. Pediatr Infect Dis J. 2004; 23: 815-820.
 
 
Publicado en Noticias
Storebø OJ, Krogh HB, Ramstad E, Moreira-Maia CR, Holmskov M, Skoog M, et al.
BMJ. 2015; 351: h5203
 
El trastorno por déficit de atención, con o sin hiperactividad, es muy frecuente en la infancia y adolescencia. Es uno de los trastornos más frecuentes del desarrollo, con una prevalencia del 3,4%, es decir, 1 de cada 20 niños (uno por aula). El objetivo del tratamiento, por lo general multidisciplinario, es que el niño pueda concentrarse, y favorecer que entre en la edad adulta con la mejor educación posible, habiendo adquirido habilidades útiles para la vida, unas buenas relaciones familiares y confianza en sí mismo.
 
Ahora viene la pregunta del millón: ¿el metilfenidato es beneficioso o perjudicial para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños y adolescentes? ¿Y por qué nos lo preguntamos? Porque el metilfenidato se ha usado para el tratamiento del TDAH durante más de 50 años y continúa siendo el fármaco más utilizado en este trastorno. Sin embargo, no se han realizado revisiones sistemáticas rigurosas sobre sus beneficios y daños, y los autores de este ensayo se proponen intentar responder seriamente a esta cuestión.
 
Para ello, se revisaron las bases de datos electrónicas buscando todos los ensayos clínicos en los que se comparara el tratamiento con metilfenidato frente a placebo o la decisión de no tratar. Los autores usaron la metodología más rigurosa disponible. Los síntomas y la conducta eran valorados por los padres, los profesores y otros observadores.
 
Encontraron 38 ensayos con grupos paralelos (n= 5.111, con una duración media de tratamiento de 49 días) y 147 estudios cruzados (n= 7.134, con 14 días de tratamiento). La media de edad de los grupos estudiados era de 9,7 años.
Los autores hallaron un efecto beneficioso del metilfenidato en las escalas valoradas por los profesores (–9,6 puntos en la escala de puntuación del TDAH), sin apreciar efectos adversos graves, aunque sí leves (riesgo relativo= 1,29), así como una mejora leve en la conducta general. En el cuestionario de salud infantil que mide la calidad de vida, los padres comunicaron una diferencia de 8 puntos (a partir de 7 se considera clínicamente relevante), aunque la fortaleza de los datos (GRADE) era débil.
 
Por tanto, según los autores, el metilfenidato parece mejorar discretamente todos los parámetros estudiados, aunque se desconoce la magnitud del efecto, y sus efectos adversos son frecuentes, pero por lo general leves.
 
El artículo se acompaña de un editorial (Fazel M. Methylphenidate for ADHD. BMJ. 2015; 315: h5875), en el que la autora no cuestiona la validez del análisis, pero se pregunta cómo es posible encontrar tan poca evidencia científica para el trastorno del neurodesarrollo más frecuente en la infancia. Se sorprende también de los pocos estudios colaborativos interdisciplinarios publicados, lo que limita mucho el espectro de variables estudiadas. Y plantea que se necesitan más datos de seguridad, que quizá podrían proporcionarlos los estudios observacionales. Pero sobre todo se pregunta qué ocurre a largo plazo con estos niños, para terminar abogando por la necesidad de investigar también los tratamientos no farmacológicos, en combinación con los fármacos estimulantes. La lectura de ambos artículos nos recuerda la famosa frase de Groucho Marx, «¡más madera!», de la inolvidable película Los hermanos Marx en el Oeste. Se trata de una enfermedad muy prevalente que consume muchos recursos, pero cabe destacar la limitada fortaleza científica de los estudios en los que se basa el tratamiento, así como el lento progreso de la investigación
al respecto.
 
Lo que aporta este trabajo:
El metilfenidato es el fármaco más empleado en el tratamiento del TDAH y parece mejorar los síntomas tanto en la valoración de los profesores como de los padres. Pero la baja calidad de los datos de la investigación clínica no permite conocer la magnitud de su acción. Produce efectos adversos con frecuencia, sobre todo problemas de sueño y disminución del apetito, pero raramente efectos adversos graves.
  
E. Ruiz Chércoles
Pediatra. Centro de Salud María Jesús Hereza.
Leganés (Madrid)
 
Brown JC, Tuuri RE, Akhter S, Guerra LD, Goodman IS, Myers SR, et al.
Ann Emerg Med. 2016;67(3): 307-315. Epub 2015 Oct. 9.
 
La erupción dentaria es un proceso natural en el desarrollo de los niños. Durante esta etapa, pueden presentar diferentes síntomas y signos (aumento de salivación, irritabilidad, pérdida de apetito, aumento en la temperatura corporal) y cambios en el comportamiento, entre otros.

El periodo en el que se produce la erupción de los dientes puede ser muy frustrante y estresante para los padres, especialmente con los primeros hijos. También muchos profesionales de la salud creen que hay una asociación entre algunos signos y síntomas y la erupción de los dientes primarios. El uso de esta etiqueta diagnóstica –la erupción dentaria es causa de dichos síntomas– puede llevar a los padres a no manejarlos como datos de enfermedad, o a los médicos a ignorar síntomas significativos y fallar en el diagnóstico.

Sin embargo, la consistencia de los datos disponibles sobre la asociación entre la erupción dentaria y la presencia de síntomas y signos generales es bastante débil y antigua. Así, el propósito de esta revisión sistemática era contestar la siguiente pregunta: ¿hay en los niños de 0-36 meses signos o síntomas locales o sistémicos durante la erupción de los primeros dientes?

 

Métodos
Se realizó una búsqueda sistemática en cinco bases de datos (1.318 citas) de las publicaciones entre 1969 y 2012. Se incluyeron los estudios observacionales que valoraran signos y síntomas locales y sistémicos durante la erupción espontánea de los primeros dientes en niños sanos entre 0 y 36 meses de edad, en el examen clínico o mediante cuestionario a los padres o profesionales de la salud.

Los criterios de exclusión, en una primera fase (títulos y abstracts) fueron los siguientes: niños mayores de 36 meses, niños con enfermedad genética o con enfermedad crónica, y los estudios en que la muestra incluía una erupción no espontánea de los dientes.

En una segunda fase se excluyeron los estudios en que el examen clínico no era realizado por un profesional de la salud y los artículos que evaluaban la misma muestra. En todos los estudios se recogieron las características de la población, la intervención (examen clínico, temperatura y cuestionario) y los resultados (valoración de los dientes, síntomas, temperatura media en días no eruptivos y en días eruptivos, así como síntomas locales y sistémicos).

 

Resultados
La búsqueda identificó inicialmente 1.318 citas, aunque tras la segunda fase de exclusión sólo se seleccionaron 16 artículos, de 8 países distintos. El tamaño de las muestras varió entre 16 y 1.165 niños. La prevalencia general de signos y síntomas durante la primera erupción dentaria en niños de 0-36 meses de edad fue del 70,5%. Los más frecuentes fueron la irritación gingival (86,81%), la irritabilidad (68,19%) y el babeo (55,72%). Sin embargo, el estudio
presenta algunas limitaciones importantes: poca uniformidad en los síntomas generales que se recogieron, falta de criterios diagnósticos en algunos estudios o empleo de datos subjetivos, así como periodos demasiado prolongados entre exploraciones.

 

Discusión
La revisión sistemática investiga la evidencia disponible acerca de la erupción de la primera dentición y los signos y síntomas locales y sistémicos. Se encontró una asociación significativa con la erupción dentaria en los siguientes datos: morder, babear, «frotamiento» de las encías, irritabilidad, succión, despertares, «frotamiento» del oído, erupción en la cara, disminución de apetito para alimentos sólidos y elevación discreta de la temperatura (pero nunca hasta el grado de fiebre).

El tiempo de erupción de la primera dentición coincide con la edad cuando los lactantes comienzan a explorar el ambiente. En esta fase, la introducción de manos y objetos dentro de la boca es normal, por lo que también pueden introducirse microorganismos y causar infecciones. Incluso el «chupeteo», nutritivo o no, puede provocar hematomas o traumatizar las encías y causar inflamación.

Parece que los síntomas asociados a la erupción de los primeros dientes disminuyen con la edad. La mayoría de las manifestaciones se observaban durante la erupción de los primeros incisivos, o sólo se estudiaban en estos dientes.

 

Conclusiones
Según la limitada evidencia actual, hay signos y síntomas durante la erupción de los dientes primarios, entre lo cuales los más comunes son la irritación gingival, la irritabilidad y el babeo. En cuanto a la temperatura, la erupción de los dientes primarios se asociaba a un aumento de ésta, pero no se podría llegar a caracterizar como fiebre.

 

Lo que aporta este trabajo:
Una parte de la creencia popular que asocia la erupción de los primeros dientes a algunos síntomas o signos clínicos, por lo general de leve intensidad, es cierta. Pero también lo es que los datos de gravedad, incluida la fiebre, no pueden atribuirse a la misma y obligan al pediatra a la búsqueda de otras explicaciones.

 

M.J. Galiano Segovia

Las fracturas por arrancamiento de las apófisis pélvicas son lesiones con una baja incidencia en la edad pediátrica. Dichas fracturas ocurren durante la adolescencia, periodo del crecimiento en el que los núcleos de osificación se fusionan con la pelvis. El arrancamiento de las apófisis pélvicas suceden durante la realización de ejercicios explosivos. Presentamos un caso de un adolescente que, tras un mecanismo de producción característico, presenta un arrancamiento de la espina iliaca anterosuperior.

Publicado en Notas clínicas
Miércoles, 02 Marzo 2016 15:46

Puesta al día en el TDAH y sus comorbilidades

Los factores de riesgo del TDAH y su comorbilidad con los trastornos de la conducta alimentaria o la adicción al uso de los dispositivos móviles fueron algunos de los temas que se trataron.

Más de cien profesionales médicos del ámbito de la psiquiatría infantojuvenil y la neuropediatría se han reunido en Madrid para compartir las últimas actualizaciones en TDAH. El curso, organizado por el Grupo de Especial Interés en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (GEITDAH), contó con el patrocinio de Laboratorios ROVI y abordó aspectos relevantes en el manejo clínico del TDAH y los últimos avances en esta materia.Los asistentes compartieron experiencias sobre un trastorno del neurodesarrollo que se estima que afecta a casi un 7% de niños y adolescentes en España. Son varios los factores que influyen en la etiopatogenia del TDAH y, como explicó Mª Jesús Mardomingo Sanz, presidenta de honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, estos pueden ser genéticos, intrauterinos, perinatales y postnatales, y se relacionan entre sí.
Esta especialista en psiquiatría infantil recordó que “el TDAH de uno de los padres aumenta el riesgo del hijo de sufrir el trastorno en un 25%”. Durante su exposición, también se evidenció que el gen de la dopamina, el DRD4, es defectuoso en el 50-60% de los pacientes con TDAH, frente al 30% de la población general. También, se expuso que los riesgos de sufrir TDAH se multiplican por tres si la madre gestante fuma, y por dos si consume drogas o alcohol durante el embarazo.
A lo largo de la jornada se pusieron en común resultados de estudios e investigaciones de relevancia y se presentaron más de 50 pósteres.Pedro M Ruiz-Lázaro, del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, recordó que “tener un TDAH hace que se tenga un 10% más de posibilidades de tener otro trastorno psiquiátrico”. El experto centró su exposición en la comorbilidad del TDAH con los trastornos de la conducta alimentaria, resaltando la mayor predisposición existente en pacientes con TDAH a la obesidad y a desarrollar otro tipo de trastornos de la conducta alimentaria. Durante su presentación, el psiquiatra presentó los resultados de un estudio realizado con una muestra de 119 pacientes menores de edad, que evidenció que un 23,5% de niños y adolescentes que padecen un trastorno de la conducta alimentaria presentan también síntomas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Premios GEITDAH
Durante el Curso se expusieron los más de 50 posters presentados y al término de la reunión se entregaron los “Premios y accésits GEITDAH”, creados para fomentar la investigación en este campo de la medicina.
El primer premio fue para Ana M.ª Gago, especialista en psiquiatría, por el “Estudio de una muestra de TDAH en función de sus habilidades motrices”. El segundo fue otorgado a Víctor Soto, neuropediatra de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid ,por el trabajo titulado “TDAH y marcha de puntillas idiopática”. El tercer galardón fue para. Inmaculada Palanca, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid ,por la comunicación “Uso de medicamentos por el TDAH en población pediátrica en atención especializada. Estudio longitudinal 2011-2014”.

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 Nonceliac gluten sensitivity or wheat intolerance syndrome?
 Guandalini S, Polanco  I
 J Pediatr. 2015; 166(4): 805-811.
 
Cada vez es mayor la población que refiere síntomas, sobre todo gastrointestinales, tras la ingestión de alimentos que contienen gluten (trigo, cebada, centeno). El consumo de gluten se asocia a un amplio rango de alteraciones: enfermedad celiaca, alergia al trigo, dermatitis  herpetiforme,  ataxia, neuropatía periférica y, posiblemente, una nueva entidad llamada «sensibilidad al gluten no celiaca» (SGNC).
Estos pacientes con SGNC refieren síntomas intestinales o extraintestinales después de consumir comidas que contienen gluten, que desaparecen con una dieta estricta exenta en gluten. Por definición,  no presentan anticuerpos ni enteropatía característica de enfermedad celiaca (EC). La  denominación SGNC probablemente sea un término «paraguas» que incluya varias entidades clínicas.
En una encuesta  realizada en 486 pacientes italianos se encontraron, entre las manifestaciones gastrointestinales más frecuentes, el dolor o la distensión abdominal, la diarrea y/o el estreñimiento, las náuseas, el dolor epigástrico, el reflujo gastroesofágico y la estomatitis aftosa. Las manifestaciones sistémicas eran principalmente cansancio, dolor de cabeza, dolor de articulaciones o muscular tipo fibromialgia, entumecimiento de brazo o pierna, aturdimiento, dermatitis y alteraciones  psiquiátricas, como depresión, autismo, esquizofrenia o ansiedad. También mostraban  problemas de sueño, déficit de atención e hiperactividad e incluso enfermedades  autoinmunes, como la psoriasis, aunque la prevalencia de enfermedades autoinmunes en la SGNC no parece ser más alta que en la población general.
Es difícil de estimar su prevalencia, ya que no existen unos criterios diagnósticos  objetivos. Parece más prevalente en adultos que en niños, y con mayor afectación en mujeres. También parece más común en parientes de primer grado de algún paciente con EC.
El diagnóstico  se basa en gran medida en lo que cuenta el paciente, con toda la incertidumbre que eso conlleva. Más que unos criterios diagnósticos claros, éste se basa, sobre todo, en la exclusión de EC y alergia  al trigo. Entre un 25 y un 56% de pacientes con SGNC presentan anticuerpos antigliadina positi- vos, sobre  todo IgG, y sólo ocasionalmente IgA. Estos anticuerpos regresan a la normalidad en la gran mayoría de los pacientes con una dieta exenta de gluten durante 6 meses. Carecen de un valor diagnóstico  significativo. El estudio genético (HLA DQ2-DQ8) en estos pacientes no es útil, ya que su prevalencia (40%) es similar a la de la población general (30%), mientras que en los pacientes celiacos llega a casi el 100%. En pocas ocasiones se realiza una prueba de provocación con gluten, pues, como ya se ha comentado, el diagnóstico se basa en la sintomatología referida por el paciente,  y no en datos objetivos.
Los autores  de este artículo plantean que el término SGNC debe considerarse con sentido crítico, pues la sintomatología puede no deberse al gluten en sí, sino a otros componentes presentes en el trigo, como por ejemplo el almidón u otros hidratos de carbono, como los fructanos en el caso de los FODMAPs (fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and polyols), los inhibidores de la amilasa  y la tripsina, que tienen efecto proinflamatorio en el intestino, entre otros. Algunos pacientes diagnosticados de SGNC pueden  ser enfermos celiacos en sus estadios más precoces, mientras que en otros el trigo (o su retirada) puede actuar como efecto nocebo o placebo.
Por tanto, Guandalini y Polanco sugieren abandonar el término «sensibilidad», al no haberse demostrado ningún mecanismo inmune, y denominarlo, más oportunamente, intolerancia. Tampoco parece adecuado referirlo al gluten, por lo que proponen sustituirlo por un término más amplio pero más honrado: «síndrome de intolerancia al trigo».
 
Lo que  aporta  este trabajo:
La denominación  de «sensibilidad al gluten no celiaca» es un término confuso, y el diagnóstico se basa fundamentalmente en los síntomas referidos por el paciente. Esta filosofía lleva a un sobrediagnóstico del problema. Comenzar por denominar al cuadro con un nombre más apropiado sería dar un primer paso, mientras se diseñan  y llevan a cabo estudios controlados, rigurosos, que permitan responder a todas las preguntas que el cuadro suscita.
 M.J. Galiano Segovia
 
 
Baverstock AC, Finlay FO
Arch Dis Child Educ Pract. 2015.
  
 
Se puede definir la compasión como la preocupación profunda por el sufrimiento de otra persona, unida al deseo de aliviarlo. Los autores de este artículo se preguntan cómo podemos hacer para mantenerla y prevenir su pérdida. Un elemento clave es cómo nos cuidamos  y cuidamos a los miembros de nuestro equipo. Los autores emplean el símil de la recarga de la batería de un móvil como solución: unos días lo usamos poco y la batería está casi cargada del todo; otros, está casi en reserva  y necesita recarga.
 
La pérdida de «batería» puede ocurrir en las personas, en el equipo o en la institución. Hemos de ser capaces de reconocer las señales de alarma de forma temprana antes de llegar a la fatiga, que consiste en «un estado que experimentan las personas que cuidan, de tal manera que la situación extrema de tensión y preocupación por aquellos a los que atienden se convierte en traumatizante para el cuidador». Ese alto precio del cuidado se caracteriza por una sensación de extenuación física y emocional que afecta a nuestra empatía y compasión por el otro. Los autores  señalan un listado de síntomas de fatiga que pueden servir de guía para su detección. Mejorar la atención a uno mismo es la piedra clave para prevenir la fatiga en la compasión. Si no se presta atención a estas señales puede producirse la desmoralización, el burn-out. Puede haber factores estresantes que dependen del equipo de trabajo o de la institución en la que trabajamos que pueden servir como batería pero también, en ocasiones, contribuir a la fatiga de la compasión (citaciones retrasadas, escasez de personal, acoso laboral, etc.).
Existen estrategias para recargar las pilas, algunas internas y otras del exterior de la persona. Entre las primeras podrían incluirse, por ejemplo, establecer límites entre el trabajo y la familia, cultivar las humanidades o practicar mindfulness. Entre las segundas, la tutorización (coaching) o participar en actividades de grupo (teatro, ejercicio, música). Y complementaria a la compasión es nuestra resiliencia, la capacidad de hacer frente a los cambios, a las dificultades. La resiliencia también se entrena, y las habilidades que la potencian pueden ser optimismo, flexibilidad, pensamiento  encaminado a la resolución de problemas, autocontrol, etc.
 
Para ser capaces de continuar siendo compasivos es necesario desarrollar habilidades  personales  sobre la reflexión y la autocrítica. Estas tareas hay que realizarlas también en los equipos y en las instituciones. Hay que desarrollar un ambiente de trabajo que dé pie a la reflexión. Para ello, hay que dejar tiempo para el repaso de la actividad (debriefing), el apoyo a los otros compañeros de trabajo y el repaso de las cargas de trabajo. También forma parte de esta labor el reconocimiento de las cosas que están bien hechas.
Finalmente, los autores sugieren que cada uno sea capaz de desarrollar una «caja de herramientas» personal, que sirva para mantener el nivel de compasión que la buena atención a los pacientes merece.
Lo que  aporta  este trabajo:
La compasión  es una virtud médica clave para conseguir los objetivos de la medicina (curar, aliviar, acompañar), aunque el precio para el médico puede ser elevado si no se establecen estrategias individuales y de grupo para recuperar la ilusión y evitar la fatiga.  El cultivo de las humanidades, saber separar trabajo y familia y participar en actividades de grupo son algunas de las herramientas disponibles para mantener la compasión.
  
J.M. Moreno-Villares 
Servicio de Pediatría. Hospital Universitario «12 de Octubre». Madrid 
 
 

Introducción: Las unidades de cuidados intensivos pediátricos son áreas donde se concentran personal y equipo especializado en el manejo de niños críticos. Éstos, a menudo, deben ser trasladados hacia estas zonas en busca de procedimientos diagnósticos o terapéuticos. Tales desplazamientos pueden añadir un riesgo adicional a estos pacientes.
Objetivos: Conocer las características del transporte interhospitalario pediátrico y neonatal en nuestra provincia.
Material y métodos: Estudio observacional retrospectivo de los pacientes que precisaron traslado interhospitalario desde el 1 de enero de 2006 hasta el 30 de junio de 2012. Analizamos las siguientes variables: sexo, edad, fecha y hora, etnia, diagnóstico clínico, centro receptor y características del médico que realizó el traslado.
Resultados: Se realizaron 245 traslados de carácter urgente, el 35,5% en periodo neonatal y el 64,5% pediátrico. En el transporte pediátrico, las principales causas de traslado fueron el traumatismo con o sin afectación encefálica (22,2%), la patología neurológica no traumática (16,5%) y la patología respiratoria (15,8%). En el transporte neonatal, las causas más importantes fueron la patología respiratoria grave que requiere ventilación asistida (25,3%) y la prematuridad (23%). Se presentaron efectos adversos en el 0,8% de los traslados.
Conclusiones: Aunque la mayoría del personal médico que realizó el traslado no posee formación específica, el número de complicaciones fue significativamente pequeño. El transporte de los niños gravemente enfermos a un centro pediátrico de atención terciaria puede llevarse a cabo de forma más segura con un equipo especializado en cuidados críticos pediátricos que con equipos que no están capacitados específicamente en transporte pediátrico.

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Viernes, 27 Noviembre 2015 11:07

Dermatitis friccional raquídea

Sr. Director:
 
Presentamos el caso de un varón de 11 años de edad, sin antecedentes médicos de interés, derivado a la consulta de dermatología pediátrica por presentar manchas dorsolumbares de 4 años de evolución, molestas al roce y que mejoran en verano. 
 
Presentaba un fototipo cutáneo V/VI, y tipo asténico (índice de masa corporal [IMC] de 14,8). En la piel, en la zona dorsolumbar, sobre las apófisis espinosas, se apreciaban varias placas de color marrón, violáceas y brillantes, de superficie ligeramente hiperqueratósica y mínimamente sobreelevadas (figura 1). 
 
Fig 1. Dermatosis fricc raquídea 1
Figura 1. Placas cutáneas marronáceas brillantes. Se aprecia que, al flexionar el tronco, las lesiones cutáneas coinciden con áreas donde sobresalen las apófisis espinosas
 
 
Se había realizado una analítica sanguínea completa, incluyendo ANA (ante la sospecha de conectivopatía tipo esclerodermia localizada), sin que se encontrasen hallazgos de interés. Se solicitó una ecografía cutánea (figura 2), en la cual destacaba el hallazgo de una banda hipoecoica subcutánea, signo indirecto de inflamación local. 
 
Fig 2. Dermatosis ecoPS Davener 2
 
Figura 2. Ecografía de la zona. Se aprecia una banda hipoecoica subcutánea (flechas)
 
Con la sospecha clínica de una dermatitis friccional (DF), se profundizó en la anamnesis buscando algún estímulo mecánico que estuviera involucrado en su etiología.
  
El paciente, con un IMC muy por debajo de la media para su edad (p9; desviación estándar de –1,39)1, reconoció realizar movimientos frecuentes contra el respaldo de la silla escolar. Esto concordaba con la mejoría de las lesiones durante el periodo vacacional. Por otro lado, no presentaba antecedentes personales o familiares de atopia.
 
Se llegó así al diagnóstico de DF, y se insistió en evitar el roce de la espalda contra superficies rígidas como tratamiento para lograr la regresión de las lesiones. 
 
La DF consiste en una forma de eccema hiperqueratósico que se acompaña de hiperpigmentación cutánea y que se origina por la exposición prolongada y repetida a traumatismos físicos (fricción, presión)2,3
 
Con frecuencia estas lesiones se aprecian en el contexto de una base atópica, por lo que incluso se ha considerado una forma menor de dermatitis atópica4.
 
Dentro de las DF se describió una forma de «melanosis devocional» en jóvenes judíos ortodoxos, que mientras estudian el Talmud realizan movimientos de balanceo contra el respaldo del asiento, y que se denominó «davener’s dermatosis»5 (davener es el término anglosajón para definir a estos devotos). Esta fricción sobre las apófisis espinosas favorece el desarrollo de lesiones eccematosas hiperpigmentadas sobre ellas. 
 
Desde el punto de vista histológico, aparece hiperqueratosis, hiperplasia de la epidermis con fusión de las crestas epidérmicas e hiperpigmentación difusa del estrato basal. En la dermis papilar se puede identificar un infiltrado inflamatorio mononuclear como respuesta al estímulo mecánico y a la inflamación local3.
 
Estos cambios crónicos tienen un carácter benigno, pero pueden precisarse meses o años para volver a la normalidad una vez que desaparece el estímulo que los provocaba.
 
Al no existir un nombre en la bibliografía hispana para definir a esta peculiar forma de DF, que sí cuenta con denominación propia en la bibliografía anglosajona, proponemos denominarla de forma explicativa, teniendo en cuenta su etiología y localización, como «dermatitis friccional raquídea».
 
 
Agradecimientos
Al Dr. Javier del Boz Madueño, traumatólogo, por su ayuda en la búsqueda del nombre más adecuado para denominar en lengua española este cuadro clínico.
 
 
Bibliografía
1.Carrascosa Lezcano A, Fernández García JM, Fernández Ramos C, Ferrández Longás A, López-Siguero JP, Sánchez González E, et al. Estudio transversal español de crecimiento 2008 (II): valores de talla, peso e índice de masa corporal desde el nacimiento a la talla adulta. An Pediatr (Barc). 2008; 68: 552-569.
2.Tanigaki T, Hata S, Kitano Y, Nomura M, Sano S, Endo H, et al. Unusual pigmentation on the skin over trunk bones and extremities. Dermatologica. 1985; 170: 235-239.
3.Diamond GW, Ben Amitai D. Orphan rockers tracks: a variant of friction melanosis in an institutionalized child. Pediatr Dermatol. 2013; 6: 198-199.
4.Naimer SA, Trattner A, Biton A, Avinoach I, Vardy D. Davener’s dermatosis: a variant of friction hypermelanosis. J Am Acad Dermatol. 2000; 42: 442-445.
5.Sardana K, Goel K, Garg VK, Goel A, Khanna D, Grover C, et al. Is frictional lichenoid dermatitis a minor variant of atopic dermatitis or a photodermatosis. Indian J Dermatol. 2015; 60: 66-73.
 
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La subluxación atlantoaxoidea es una etiología que debemos tener presente en el diagnóstico diferencial de la tortícolis adquirida en pediatría. La etiopatogenia de este cuadro no es bien conocida y, aunque parece tener relación con traumatismos leves o afectación inflamatoria del cuello por infecciones respiratorias o cirugías faríngeas, es posible que se origine espontáneamente sin un antecedente. Debe sospecharse ante tortícolis resistente al tratamiento, realizando prueba de imagen y descartando patología infecciosa y tumoral. El manejo depende de la gravedad y duración del proceso.
Presentamos el caso de un paciente de 6 años con subluxación atlantoaxoidea rotacional sin traumatismo previo, que evolucionó favorablemente con tratamiento conservador.

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XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP)

• En España, se está a la espera de que se reconozca de forma oficial.

• La variación en el nivel de atención médica en las diferentes horas "turnos de día y de noche" y la atención prestada por médicos de diferentes subespecialidades, puntos frágiles de las Urgencias Pediátricas.

• Una representante de las familias que consulta los servicios de Urgencia infantiles asegura que «lo que necesitan es que te generen tranquilidad y seguridad».

• A la cita acuden 600 especialistas en urgencias pediátricas de todo el Estado y hay representantes de otros países, como Argentina, Bélgica, Chile, EE.UU., Israel, Portugal y Uruguay.

 

Bilbao, abril de 2015.- Introducir los conceptos y principios de la atención de emergencia para los niños, integrados en una nueva disciplina de la medicina de urgencia pediátrica, y su adaptación a la práctica clínica, mejoran la atención de emergencia del paciente pediátrico.

Esta afirmación ha sido expuesta por el Prof. Yehezkel Waisman (Israel), director del Servicio de Urgencias del Centro Médico Infantil Schneider de Israel, durante la mesa inaugural de la XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría que se celebra desde hoy, jueves, hasta el sábado 18 de abril. La mesa ha llevado por nombre «Adaptación de la pediatría de urgencias a la nueva era».

El experto ha explicado que la especialidad de Urgencias en Pediatría en «lugares como España no ha sido reconocida oficialmente» y ha puesto el ejemplo de Israel «donde sí se ha reconocido".

Fruto de esta experiencia, el experto ha subrayado que la profesión de la medicina pediátrica de emergencia «ofrece una manera de superar las deficiencias existentes en la atención de emergencia en general".

«Algunas de las deficiencias existentes, además de la variación en el nivel de atención médica en las diferentes horas "turnos de día/noche", incluye la falta de atención centrada al paciente (atención prestada por médicos de diferentes subespecialidades); menor atención de emergencia óptima a los niños heridos y traumatizados, siendo el trauma es la principal causa de muerte y discapacidad en la edad pediátrica, entre otros ejemplos».

Así, para mejorar estas situaciones Waisman ha afirmado que «se debería priorizar el tratamiento de pacientes según la gravedad y urgencia, no por el tiempo de llegada; iniciar el tratamiento sobre la base del estado fisiológico / presentación del paciente (atención a personas sin un diagnóstico preciso); y asegurar el flujo eficiente del paciente y la duración mínima de la estancia en el servicio de urgencias; y por supuesto tener una cobertura asistencial de 24 horas los 7 días de la semana durante los 365 días del año con médicos formados en medicina de emergencia».

 

LA OPINIÓN DE LAS FAMILIAS

Iratxe Mendieta, en representación de las familias que consultan en los servicios de urgencia pediátricos, ha sido quién ha abierto esta mesa inaugural y por tanto la XX Reunión Anual de SEUP en Bilbao, ofreciendo su visión y expectativas sobre la atención recibida en las unidades.

En este sentido, ha afirmado que «lo que necesitan» cuando acuden a un Servicio de Urgencias es «que te generen tranquilidad y seguridad». «Para ello, aun sabiendo que es difícil, necesitamos que los profesionales médicos humanicen su práctica clínica diaria, siendo de suma relevancia la gestión de la información que se transmite a las familias». «De los servicios de Urgencias de Pediatría destacaría como aspecto positivo el buen trato y la calidad humana de los facultativos a los pacientes y a las familias, y como negativo la variabilidad de la practica clínica en función del día de la semana en la que se preste la asistencia.

 

SOBRE EL CONGRESO

Hasta el próximo sábado, día 18, la fiebre y el asma, el papel de la investigación, el maltrato y el trauma craneal o las prácticas seguras son algunas de las cuestiones que se abordarán en el Palacio Euskalduna, en el marco de la XX Reunión Anual de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría. A la cita acuden 600 especialistas en urgencias pediátricas de todo el Estado y habrá representantes de otros países, como Argentina, Bélgica, Chile, EE.UU., Israel, Portugal y Uruguay.

 

 

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Martes, 03 Marzo 2015 15:12

Dislocación testicular postraumática

Objetivo: Hacer una revisión de la literatura, así como aportar 2 nuevos casos de dislocación testicular postraumática, una patología poco frecuente en las urgencias pediátricas. Para ello, se realizó un estudio de las publicaciones en revistas de impacto en castellano e inglés, con la finalidad de acercarnos a un diagnóstico y un manejo lo más rápido y eficaz posible.
Casos clínicos: Se presentan los casos clínicos de 2 niños que acudieron al Servicio de Urgencias Pediátricas del Hospital Torrecárdenas durante los años 2010-2012 tras sufrir sendos accidentes. Ambos fueron diagnosticados de dislocación testicular mediante exploración física, con posterior confirmación ecográfica. El tratamiento en los 2 casos fue quirúrgico (orquidopexia).
Resultados: En ambos casos la evolución posquirúrgica fue favorable y no presentaron secuelas posteriores.
Conclusión: La dislocación testicular es una rara entidad, de aproximadamente 1 caso/año en nuestro medio, que debe tenerse en cuenta en los traumatismos abdominopélvicos, ya que su diagnóstico y tratamiento precoz (generalmente quirúrgico) cobra especial importancia.

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Objetivo: Valorar si la administración de sulfato de magnesio (SO4Mg) antenatal, con intención de prevenir las crisis convulsivas en gestantes con preeclampsia, ejerce un efecto neuroprotector a corto plazo en los recién nacidos (RN).
Sujetos y métodos: Estudio descriptivo y retrospectivo en el que se revisan las historias clínicas de los RN de madres con preeclampsia que precisaron ingreso en la unidad de neonatología desde enero de 2005 hasta diciembre de 2011.
Resultados: Se estudiaron 125 gestantes con preeclampsia; 59 recibieron SO4Mg. La presión arterial sistólica fue significativamente superior en el subgrupo tratado. La vía de parto fue la cesárea urgente en el 79,8% de las gestantes. La media (± desviación estándar) de la edad gestacional de los RN de gestantes tratadas fue de 32,9 ± 3,5 semanas, y la de RN de gestantes no tratadas con SO4Mg fue de 34,9 ± 2,8 semanas (p <0,001). El peso al nacimiento fue de 1.588 ± 536,5 g en los RN de gestantes tratadas y de 1.918 ± 628 g en los de gestantes no tratadas (p <0,002). No hubo diferencias en el test de Apgar al cabo de 1, 5 y 10 minutos, ni en el pH en la primera hora de vida en los RN de gestantes tratadas, frente a los RN de gestantes no tratadas. Cinco de los 125 RN tenían al alta una ecografía cerebral patológica; 1 de los 5 RN con ecografía cerebral patológica al alta no había recibido SO4Mg antenatal. No se describieron efectos secundarios en las gestantes tratadas con SO4Mg ni en los RN.
Conclusiones: Los RN de madres con preeclampsia tratadas con SO4Mg con intención antihipertensiva presentan una edad gestacional y un peso al nacimiento menores que los RN de gestantes no tratadas. La incidencia de ecografía cerebral patológica al alta es menor en los RN de gestantes con preeclampsia tratadas con SO4Mg. La administración de SO4Mg es segura para las gestantes con preeclampsia y sus RN. Es necesario realizar más estudios que definan el mejor régimen de tratamiento con SO4Mg antenatal como agente neuroprotector.

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Martes, 29 Julio 2014 10:20

Edema escrotal idiopático

El edema escrotal agudo idiopático es una patología autolimitada que afecta fundamentalmente a niños prepúberes, caracterizado por la presencia de edema y eritema, de aparición súbita en uno o ambos hemiescrotos, con aspecto normal de ambos testes y epidídimos. Su etiología es desconocida y, sin antecedentes traumáticos, el diagnóstico es esencialmente clínico, en la mayoría de las veces por exclusión, aunque la realización de una eco-Doppler escrotal es esencial para el diagnóstico, ya que permite determinar el engrosamiento de la piel y las cubiertas subcutáneas escrotales y la ausencia de alteraciones testiculares. Es muy importante la identificación correcta de esta entidad dentro del diagnóstico diferencial del escroto agudo para evitar intervenciones quirúrgicas innecesarias. Presentamos 3 casos y 1 imagen para ayudar a reconocer esta patología, así como una revisión de la escasa literatura publicada hasta la fecha sobre este tema.

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Sr. Director:

Cannabis sativa es una planta con propiedades psicoactivas. Es ilegal, pero su consumo en España, al igual que en otros países, va en aumento1. La intoxicación accidental por cannabis en niños es poco frecuente, pero puede ser grave.
Presentamos el caso de una niña de 16 meses de origen marroquí, previamente sana, con intoxicación aguda por cannabis. La anamnesis resultó difícil debido a la barrera idiomática. Los padres refirieron que, mientras la niña jugaba, comenzó a presentar somnolencia, y 2 horas después, un episodio de rigidez generalizada. Avisaron a los servicios de urgencias, que le administraron diazepam rectal por sospecha de una crisis convulsiva, con lo que se resolvió la rigidez. La niña no asociaba más sintomatología y los padres negaban cualquier otro antecedente. Al llegar al servicio de urgencias del hospital, presentaba un estado general regular, se encontraba estuporosa y respondía sólo a estímulos dolorosos con el llanto (en la escala de coma de Glasgow mostraba una puntuación de 9 sobre 15). No presentaba focalidad neurológica en la exploración, las pupilas eran midriáticas y reaccionaban lentamente a la luz. Las constantes vitales eran normales y presentaba un adecuado estado de hidratación y perfusión. Se realizaron pruebas complementarias (analítica de sangre, escáner craneal y punción lumbar), que resultaron normales. El análisis para la detección de tóxicos en orina resultó positivo en cannabis. En las primeras horas de ingreso, la paciente presentó hipotermia y dificultad respiratoria, detectándose sibilancias en la auscultación. Se pautó salbutamol nebulizado y oxígeno suplementario en gafas nasales, con lo que su estado mejoró. En las siguientes 12 horas se resolvió la hipotermia y la paciente presentó varios picos febriles, taquicardia y despertares espontáneos con llanto intenso. Experimentó una mejoría progresiva del nivel de conciencia hasta la normalización a las 24 horas de su ingreso. Ante la positividad a cannabis en orina, se informó a la familia, y los padres recordaron que sus vecinos estuvieron fumando marihuana en la casa, por lo que el probable mecanismo de intoxicación fue su ingesta. La paciente fue dada de alta 3 días después, tras poner el caso en conocimiento de los servicios sociales y realizar un parte de lesiones.
Los cannabinoides actúan en el organismo a través de dos receptores principales, unos están en el sistema nervioso central y otros en los tejidos periféricos. Los primeros son los principales responsables de sus efectos psicológicos y cognitivos2-4. En España es la droga ilícita más consumida y está socialmente aceptada. La frecuencia de su consumo va en aumento y, por tanto, también la posibilidad de intoxicación de la población infantil5,6. Hay que tener en cuenta una precaución añadida: la intoxicación aguda se produce en niños que, con más probabilidad, están expuestos de manera crónica a más de una sustancia7. El efecto tras su inhalación es inmediato. Tras su ingesta, la absorción es errática, los efectos se inician 1 hora después y se mantienen durante 5 horas2,8,9, aunque en este caso fueron más prolongados.
En cuanto al tratamiento, es eficaz realizar un lavado gástrico y administrar carbón activado en las primeras 2 horas postingesta. Posteriormente, los esfuerzos terapéuticos deben ir encaminados a tratar los síntomas, ya que no existe un antídoto específico10. En este caso no se realizó el lavado gástrico, ya que la posible ingesta había ocurrido entre 4 y 6 horas antes del diagnóstico.
Este caso tiene algunas peculiaridades que conviene resaltar: a) la niña presentó una crisis convulsiva, lo cual ha sido referido únicamente en 3 publicaciones previas5,7,8; b) la paciente presentó una alteración autónoma con hipotermia seguida de hipertermia; c) además, cursó con una crisis de broncoespasmo, que se contradice con el efecto de broncodilatación descrito en el cannabis, y d) una complicación añadida en esta paciente fue la barrera idiomática, que dificultó enormemente la entrevista con la familia.
La alteración del estado mental de un niño pequeño tiene un amplio diagnóstico diferencial, que incluye infecciones, traumatismos, trastornos metabólicos e intoxicaciones. La anamnesis es fundamental para orientar el diagnóstico, pero en casos de intoxicaciones, como sucedió en el caso que presentamos, la familia no siempre va a referir datos que apoyen el diagnóstico. Por tanto, debe sospecharse siempre ante un niño con sintomatología neurológica no atribuible a otra causa evidente.
El pilar más importante del tratamiento debería ser la prevención. Hay que educar a los padres acerca de los efectos adversos del consumo abusivo de sustancias, ya sea en presencia o no de los niños.

Bibliografía

  1. Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD). Informe sobre cannabis, febrero de 2006 [consultado el 27/11/2013]. Disponible en: http://www.pnsd.msc.es/Categoria2/publica/pdf/CannabisII.pdf
  2. Atakan Z. Cannabis, a complex plant: different compounds and different effects on individuals. Ther Adv Psychopharmacol. 2012; 2: 241-254.
  3. Fitzgerald KT, Bronstein AC, Newquist KL. Marijuana poisoning. Topics in Compan An Med. 2013; 28: 8-12.
  4. Martin Santos R, Crippa JA, Batalla A, Bhattacharyya S, Atakan Z, Borwardt S, et al. Acute effects of a single, oral dose of d9-tetrahydrocannabinol (THC) and cannabidiol (CBD) administration in healthy volunteers. Curr Pharm Des. 2012; 18(32): 4.966-4.979.
  5. Croche Santander B, Alonso Salas MT, Loscertales Abril M. Intoxicación accidental por cannabis: presentación de cuatro casos pediátricos en un hospital terciario del sur de España. Arch Argent Pediatr. 2011; 109(1): e4-7.
  6. Velasco Arnaiz E, Trenchs Sainz de la Maza V, Curco y Barcenilla AI, Velasco Rodríguez J, Matalí Costa JL, Luaces Cubells C. ¿Quién da positivo para cannabis en urgencias de pediatría? An Pediatr (Barc). 2010; 72(6): 385-390.
  7. García-Algar O, Mur Sierra A. Exposición a drogas de abuso en pediatría. An Pediatr (Barc). 2013; 79(2): 65-67.
  8. Bonkowsky JL, Sarco D, Pomeroy SL. Ataxia and shaking in a 2-year-old girl. Acute marijuana intoxication presenting as seizure. Pediatr Emerg Care. 2005; 21(8): 527-528.
  9. Hervás JA, Fiol M, Vidal C, Masip MC. Intoxicación por ingestión de hachís en niños. Med Clin (Barc). 1987; 88(14): 563.
  10. Rubio F, Quintero S, Hernández A, Fernández S, Cozar L, Lobato IM, et al. Flumazenil for coma reversal in children after cannabis. Lancet. 1993; 341: 1.028-1.029.

 

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La neuropatía hereditaria con parálisis sensible a la presión (NHPP) suele manifestarse en la adolescencia y/o edad adulta, y es relativamente excepcional en edades más tempranas. Se presenta un caso de plexopatía braquial unilateral en un lactante de 4 meses de edad como manifestación precoz de NHPP, y se destaca la importancia de los datos anamnésicos familiares junto con el estudio neurofisiológico y molecular en la sospecha diagnóstica precoz.

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La presencia de un hematoma hepático subcapsular es una entidad clínica poco frecuente en el recién nacido, cuyo pronóstico es infausto si se produce su rotura. En la mayoría de los casos se ha diagnosticado post mortem en autopsias realizadas en fetos y recién nacidos. Se han asociado, entre otros, los siguientes factores predisponentes: antecedente de traumatismo en el momento del parto (después de la maniobra de reanimación cardiopulmonar), prematuridad, coagulopatías o laparotomía. Presentamos el caso de un recién nacido prematuro con hemoperitoneo secundario a la rotura de un hematoma subcapsular hepático, con una evolución favorable tras su rápido diagnóstico y actuación terapéutica.

Publicado en Notas clínicas

Introducción: El traumatismo craneoencefálico (TCE) es una patología importante en pediatría por su frecuencia y por la carga asistencial que conllevan sus secuelas.
Objetivo: Conocer las características epidemiológicas de los pacientes con TCE atendidos en el Servicio de Urgencias Pediátricas del Nuevo Hospital «Río Hortega» de Valladolid, tras la reciente instauración de un nuevo protocolo de manejo del TCE.
Material y métodos: Realizamos un estudio descriptivo, longitudinal y observacional, durante un periodo de 6 meses, en el que se incluyeron 127 pacientes que presentaron TCE como diagnóstico. Los datos se recogieron mediante un cuestionario preestablecido.
Resultados: La media de edad de los pacientes era de 3,13 años, y en su mayoría eran varones (55,9%). La causa más frecuente de TCE fue la caída accidental. La aparición de clínica es más habitual en niños mayores de 2 años. La mayoría de los casos se clasificaron como leves (94,5%) y sólo se prescribieron 4 ingresos hospitalarios; no se registró ningún fallecimiento; la tomografía computarizada se realizó en un 8,9% de los casos.
Conclusión: Los resultados obtenidos en este estudio son similares a los hallados en la bibliografía, aunque observamos una menor morbimortalidad asociada y una menor indicación de pruebas diagnósticas. La exploración neurológica inicial y el cálculo de la escala de Glasgow en los pacientes con TCE siguen siendo las principales herramientas para establecer la prioridad en su manejo diagnóstico-terapéutico y su pronóstico.

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Sr. Director: 

 La supraglotitis es una inflamación aguda de la epiglotis/supraglotis, de causa generalmente infecciosa, que suele provocar una obstrucción rápida y potencialmente letal de la vía respiratoria, por lo que se considera una emergencia médica1,2. Clásicamente, y de forma típica, era consecuencia de una infección por Haemophilus influenzae tipo b (Hib) que, tras la implantación en nuestro medio de la vacunación universal frente al mismo, ha pasado a ser una rareza y, por tanto, una entidad clínica casi desconocida para los pediatras con menos de 15 años de experiencia. La práctica erradicación del Hib como agente causal, condiciona un incremento relativo de otras causas2,3, tanto infecciosas (bacterianas, víricas o fúngicas) como no infecciosas (edema angioneurótico, traumatismos, lesiones cáusticas...), así como de otras posibilidades que por su curiosidad merecen ser reseñadas.

Figura1Figura 1. Tomografía computarizada. Corte sagitalPresentamos el caso de un niño de 18 meses de edad, remitido a la unidad de cuidados intensivos (UCI) de nuestro centro, con la sospecha clinicorradiológica (radiografía lateral de cuello) de epiglotitis aguda. El paciente carecía de antecedentes familiares o personales de interés y seguía el calendario de inmunizaciones vigente en nuestra comunidad autónoma, que incluye a esta edad 4 dosis de vacuna conjugada frente a Hib. La familia refería que el niño estaba previamente asintomático, excepto por cierta disminución de la ingesta en los días anteriores, y presentaba desde hacía 12 horas un cuadro de fiebre elevada (39,5 oC), decaimiento y dificultad respiratoria progresiva, con rechazo alimentario y babeo casi continuo. La exploración física revelaba una moderada afectación del estado general y fiebre (38,5 oC), posición en «trípode», babeo continuo, hipofonía con estridor inspiratorio leve e intermitente, sin tiraje intercostal significativo. La coloración cutánea y la hidratación de las mucosas eran normales. La auscultación cardiopulmonar era simétrica y mostraba una discreta hipoventilación bilateral. Los pulsos distales eran palpables, con una presión arterial en percentiles para la edad y el tiempo de relleno capilar normal. En los estudios complementarios realizados, la analítica mostraba los siguientes resultados: 11.740 leucitos/mm3 (72% neutrófilos), hemoglobina 9,7 g/dL, plaquetas 436.000/mm3, y proteína C reactiva 38,64 mg/L (valores normales: 0-3). La radiografía lateral de cuello revelaba una probable epiglotitis. Con el juicio clínico de epiglotitis aguda se inició tratamiento antibiótico con ceftriaxona y metilprednisolona. Para confirmar el diagnóstico y facilitar la intubación endotraqueal electiva del paciente se procedió a realizar una fibroendoscopia por vía nasal, que mostró una morfología normal de la epiglotis y la glotis. Ante la ausencia de hallazgos diagnósticos se realizó una tomografía computarizada de cuello con reconstrucción multiplanar, que puso de manifiesto la presencia de un cuerpo extraño (dado de parchís) entre la hipofaringe y la porción cervical del esófago, con un importante aumento de las partes blandas asociado, que provocaba una compresión laringotraqueal extrínseca significativa (figuras 1 y 2). El dado fue extraído mediante esofagoscopia sin incidencias, lo que propició una mejoría clínica rápida y progresiva del paciente. La familia no refirió en ningún momento, ni a priori ni a posteriori, sospecha de episodios de atragantamiento.
Figura2Figura 2. Tomografía computarizada. Reconstrucción multiplanar en 3 dimensionesEl caso presentado es destacable tanto por la clínica sugestiva de un proceso infeccioso agudo que provoca una obstrucción severa de la vía respiratoria superior (epiglotitis/supraglotitis) como por estar causado por un cuerpo extraño cúbico localizado en la zona faringoesofágica. La impactación de cuerpos extraños en esta zona es relativamente frecuente en niños4. La ausencia de un antecedente claro de atragantamiento, o de síntomas respiratorios al inicio (este paciente probablemente portaba el cuerpo extraño en su vía digestiva superior desde hacía varios días), no deben obviar esta posibilidad diagnóstica.
En los pacientes con clínica sugestiva de epiglotitis es imprescindible realizar un rápido diagnóstico de sospecha y establecer un adecuado manejo de la vía respiratoria para evitar complicaciones graves5. El diagnóstico es fundamentalmente clínico –el paciente presentaba todos los síntomas guía del cuadro–, y aunque puede complementarse con la radiografía simple de la vía respiratoria en proyección lateral, no se debe esperar de ella una suficiente sensibilidad ni especificidad6. Una vez sospechada, la epiglotitis se convierte en una emergencia médica que tiene como prioridad terapéutica el control de la vía respiratoria mediante intubación endotraqueal7. Dado que la intubación puede ser complicada, incluso en manos expertas, se recomienda utilizar dispositivos para el manejo de la vía respiratoria difícil, como la intubación guiada por fibroendoscopia, en un medio dotado con recursos humanos y materiales adecuados8 (UCI o quirófano).
En conclusión, la obstrucción aguda de la vía respiratoria superior en un lactante con signos de infección en la era posvacunación anti-Hib puede tener diversas causas, entre las que se encuentra la impactación faríngea de un cuerpo extraño. Con independencia de la causa, es prioritario asegurar la vía respiratoria por parte de profesionales con experiencia, habilidad y recursos técnicos suficientes en un entorno adecuado.

 

Bibliografía

1. Roosevelt G. Obstrucción inflamatoria aguda de las vías altas (crup, epiglotitis, laringitis y traqueítis bacteriana). En: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson textbook of pediatrics (ed. esp.). Madrid: Saunders-Elsevier España, 2009; 1.762-1.767.
2. Faden H. The dramatic change in the epidemiology of pediatric epiglotitis. Pediatr Emerg Care. 2006; 22(6): 443-444.
3. Sobol SE, Zapata S. Epiglottitis and croup. Otolaryngol Clin North Am. 2008; 41(3): 551-566.
4. McGahren ED. Esophageal foreign bodies. Pediatr Rev. 1999; 20(4): 129-133.
5. D'Agostino J. Pediatric airway nightmares. Emerg Med Clin North Am. 2010; 28(1): 119-126.
6. Dawson KP, Steinberg A, Capaldi N. The lateral radiograph of neck in laryngo-tracheo-bronchitis (croup). J Qual Clin Pract. 1994; 14(1): 39-43.
7. Rafei K, Lichenstein R. Airway infectious disease emergencies. Pediatr Clin North Am. 2006; 53(2): 215-242.
8. Damm M, Eckel HE, Jungehülsing M, Roth B. Airway endoscopy in the interdisciplinary management of acute epiglottitis. Int J Pediatr Otorhinolaryngol. 1996; 38(1): 41-51.

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La citrulinemia clásica, o tipo 1, es un defecto congénito del ciclo de la urea debido al déficit de la enzima ácido argininosuccínico sintetasa. Las formas de comienzo neonatal conllevan una mayor gravedad clínica. Se presenta el caso de un niño de 7 años de edad con citrulinemia, diagnosticada en el periodo neonatal, y una encefalopatía severa secundaria a una hiperamoniemia grave. El paciente nunca ha tenido deambulación autónoma. Acude al servicio de urgencias por presentar un llanto persistente y un quejido intenso de 12 horas de evolución. Presenta la rodilla izquierda en flexión y con tumefacción. No refiere ningún antecedente traumático. En la radiografía ósea se detecta una fractura supracondílea del fémur. En los 12 meses siguientes presenta otras 3 fracturas patológicas. Se estudia su caso en el servicio de endocrinología infantil y se establece el diagnóstico de osteoporosis secundaria a una inmovilización prolongada. Se inicia una pauta con alendronato oral como tratamiento de uso compasivo, y el paciente presenta una evolución favorable, sin fracturas óseas a partir de entonces y con una mejoría densitométrica. En los últimos años se han publicado diversos estudios sobre el papel del alendronato oral en el tratamiento de la osteoporosis en pacientes pediátricos, sobre todo secundaria a enfermedades neuromusculares, osteogénesis imperfecta o enfermedades del tejido conectivo. Es un tratamiento que puede administrarse de forma ambulatoria, y contribuye a disminuir tanto el número de ingresos hospitalarios como el coste económico, proporcionando así a los pacientes una mayor calidad de vida. Por el momento sólo está aprobado su uso en el contexto de ensayos clínicos o como uso compasivo en niños con baja densidad mineral ósea y clínica asociada.

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La coxalgia unilateral puede representar un importante reto diagnóstico en pediatría. Aunque la causa más frecuente es la sinovitis transitoria de cadera, hay otros diagnósticos que deben tenerse en cuenta, como la artritis séptica, las formas de inicio de artritis inflamatoria, en especial las asociadas a entesitis, las enfermedades ortopédicas (Perthes y epifisiolisis de cadera) y las neoplasias.

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Los accidentes cerebrovasculares (ACV) constituyen una patología relativamente frecuente en el periodo perinatal. Últimamente, los factores protrombóticos están adquiriendo especial protagonismo como favorecedores de los ACV, y pueden presentarse hasta en el 68% de los casos. La ecografía cerebral constituye la primera prueba de imagen diagnóstica, y la resonancia magnética (RM) es la prueba de elección. Se realiza una revisión de la casuística en un hospital de tercer nivel y se presentan los 2 casos de ACV neonatal en los que se constató una trombofilia hereditaria. De los 7 casos de ACV neonatal encontrados durante el periodo 2006-2011, sólo el 28% presentaba anomalías focales en el estudio ecográfico inicial, confirmándose posteriormente una lesión hemorrágica por RM craneal. Todos los ACV isquémicos presentaron ecografías cerebrales iniciales normales. Por ello, se destaca la conveniencia de realizar una RM craneal en todo neonato con sintomatología-semiología neurológica focal, aun cuando la ecografía inicial no muestre alteraciones. Asimismo, ante la sospecha de una etiología vascular se debe descartar la existencia de anomalías protrombóticas.

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El empleo de apósitos antimicrobianos impregnados con plata constituye una alternativa segura en el tratamiento de las quemaduras. Sin embargo, el manejo de dichos apósitos es a veces complejo y molesto para el paciente y el profesional. Presentamos nuestros primeros resultados en el empleo de un apósito antimicrobiano con plata, carbón activo y tecnología Safetac®.
Aplicamos el apósito en el tratamiento de 27 pacientes con quemaduras. Los cambios de apósito se efectuaron cada 5 días. La mayoría de los casos no precisaron anestesia y fueron tratados de forma ambulatoria.
El uso de los apósitos antimicrobianos de plata y tecnología Safetac® permite una epitelización rápida de las quemaduras sin sobreinfección. El cambio de apósitos no genera traumatismo sobre la piel perilesional ni dolor para el paciente. Presenta una mayor comodidad de manejo, dada su capacidad autoadhe­siva, las buenas propiedades de control de exudado y la ventaja de mantener un ambiente húmedo. El requerimiento de menos estancia hospitalaria y de menos material y personal sanitario para sus curas hace que tenga una buena relación coste-efectividad.

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Los angioqueratomas son malformaciones vasculares, caracterizadas por ectasias vasculares en la dermis papilar con hiperplasia epitelial e hiperqueratosis reactiva, que pueden aparecer de manera aislada o como forma sistémica generalizada asociados a enfermedades metabólicas. El angioqueratoma solitario de mucosa oral es una lesión poco frecuente, que hasta la comunicación de Sipponen, en 2006, se creía siempre típica de las formas sistémicas y muy rara en las localizadas. Su aparición en la infancia es, asimismo, poco frecuente, habiéndose descrito hasta la fecha sólo 5 casos en menores de 18 años, aunque algunos autores señalan que puede tratarse de una enfermedad infradiagnosticada de ahí la importancia de su adecuado estudio y diagnóstico. Presentamos el caso de una paciente de 7 años de edad, con una lesión rojiza en el dorso de la lengua, no dolorosa, sin antecedente traumático, en cuyo examen físico se observó una lesión de 14 mm de diámetro en el borde derecho de la lengua, con múltiples pápulas eritematosas, sin apreciarse otros cambios en la mucosa oral. Se realizó una extirpación bajo anestesia general, y el diagnóstico se verificó por examen histopatológico de la pieza extirpada.

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El impétigo es una infección cutánea bacteriana, superficial y contagiosa, ocasionada habitualmente por
el Staphylococcus aureus, que en ocasiones origina complicaciones, como infecciones osteoarticulares,
por propagación sistémica. La osteomielitis subaguda es un proceso caracterizado por un cuadro clínico,
analítico y radiológico inespecífico, lo que suele retrasar el diagnóstico, sobre todo cuando aparece en
localizaciones inusuales. Presentamos el caso de un paciente varón de 18 meses de edad, con un cuadro
de impétigo perioral, que desarrolló una osteomielitis subaguda en el astrágalo y una artritis séptica en el
tobillo. Las pruebas analíticas, microbiológicas y radiológicas iniciales fueron negativas, lo que retrasó el
diagnóstico 18 días. Tras el fracaso de tratamiento antibiótico durante 2 semanas, se realizó un
desbridamiento quirúrgico del absceso y un lavado de la articulación, asociando antibioterapia parenteral
y oral de amplio espectro frente a S. aureus meticilín resistente durante 4 semanas más. Concluimos que
es necesaria una rápida sospecha diagnóstica de la osteomielitis hematógena en pacientes con
antecedentes infecciosos recientes y clínica osteoarticular asociada. El diagnóstico precoz y una
cuidadosa elección del tratamiento son fundamentales para prevenir las posibles recaídas y secuelas.

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El neuroma es un crecimiento disperso y desordenado de las fibras nerviosas entremezcladas en tejido fibroso durante su proceso de regeneración. Es una patología poco común en la práctica clínica, y su diagnóstico en ocasiones resulta dificultoso y demorado en el tiempo. Presentamos el caso de una paciente de 13 años de edad con un cuadro de dolor abdominal incoercible y sin alteraciones en las pruebas diagnósticas realizadas, cuya causa resultó un neuroma en la cicatriz quirúrgica previa.

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El infarto omental (IO) es una entidad poco frecuente en la edad pediátrica. Puede ser primario o secundario a diversos factores (cirugía abdominal reciente, inflamación local, traumatismos abdominales, notable elevación de la presión abdominal, cambios bruscos de la posición corporal o neutropenia cíclica). Su curso clínico es el de un cuadro de dolor abdominal agudo con afectación preferencial del hemiabdomen derecho y síntomas digestivos (náuseas, vómitos). Las pruebas de imagen, en concreto la ecografía o la tomografía computarizada, son imprescindibles para llevar a cabo el diagnóstico de IO. En la ecografía se visualiza una masa hiperecogénica con áreas nodulares hipoecogénicas mal definidas (signo del remolino) y sin vascularización interna en el modo Doppler. Su tratamiento inicial es conservador, e incluye reposo digestivo y analgesia parenteral. Si el paciente no mejora en 48-72 horas, está indicada la cirugía, bien a cielo abierto o por laparoscopia.

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La hemofilia A es la coagulopatía hereditaria más importante. Constituye una condición facilitadora de sangrados profundos por un fallo en la hemostasia secundaria. El principal abordaje terapéutico consiste en la terapia sustitutiva con factor VIII, aunque en algunos casos la formación de anticuerpos inhibidores puede dificultar su utilidad a largo plazo. Cada vez se conocen mejor los factores que condicionan el desarrollo de inhibidores, pero todavía no se puede predecir con seguridad la probabilidad que tiene un paciente de desarrollar esta complicación, aunque en algunos trabajos ya se han propuesto fórmulas a tal efecto.

Son pocas las referencias que se encuentran en la bibliografía sobre el manejo de la hemofilia en el recién nacido, y todavía menos si se trata de neonatos prematuros. No existe ninguna recomendación o guía al respecto, pero quizás un planteamiento individualizado sea el idóneo, dado que el pronóstico puede cambiar en función del grado de prematuridad, el tipo de mutación, los antecedentes familiares de formación de inhibidores, la exposición a traumatismos y la madurez del resto de la cascada de la coagulación, entre otros factores.

Se presenta un caso de un recién nacido de 34 semanas de edad gestacional con diagnóstico de hemofilia A grave, que fue tratado con medidas conservadoras, evitando la administración profiláctica de factor VIII por considerarse de alto riesgo para la aparición de inhibidores y, por tanto, para el fallo de la terapia sustitutiva a largo plazo.

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Introducción: Los accidentes cerebrovasculares (ACV), aunque son una patología poco frecuente en los recién nacidos a término (RNT), constituyen una causa importante de morbimortalidad neonatal. La forma habitual de presentación son las convulsiones focales, con buena respuesta al tratamiento.

Objetivos: Revisión de los ACV isquémicos en RNT, analizando los posibles factores causales y pronósticos.

Pacientes y métodos: Estudio descriptivo retrospectivo de los RNT con diagnóstico de ACV isquémico ingresados en la Sección de Neonatología del Hospital «Miguel Servet» de Zaragoza en los últimos 20 años. De cada caso se recogen datos sobre antecedentes familiares y personales, antecedentes perinatales, presentación clínica, exámenes complementarios y evolución neurológica posterior.

Resultados: Se recogen un total de 12 casos, todos con afectación de la arteria cerebral media, generalmente la izquierda. Excepto en un paciente, se manifestaron en forma de crisis focales con buena respuesta al tratamiento anticonvulsivo. La neuroimagen fue fundamental para el diagnóstico. La evolución no presentó secuelas en 7 casos; el déficit motor fue la secuela principal, de carácter leve en todos los casos excepto en uno, que asoció también un déficit cognitivo y epilepsia.

Conclusiones: Los ACV son entidades poco frecuentes, y en la mayoría de los casos no se puede identificar su etiología. La convulsión focal precoz es la manifestación más común, con buena respuesta terapéutica. Las técnicas de neuroimagen son imprescindibles para su diagnóstico. La evolución a corto y largo plazo suele ser favorable, y la secuela más habitual es el déficit motor focal. No se suelen identificar los factores que permiten predecir su evolución y pronóstico.

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Presentamos un caso de síndrome de Jarcho-Levin, diagnosticado en el periodo neonatal. Este síndrome se debe a una alteración de la segmentación vertebral, y se presenta con malformaciones costovertebrales y asociado a un fenotipo caracterizado por talla baja, cuello corto y escoliosis congénita. Su diagnóstico es clínico y radiológico. El seguimiento de estos pacientes y el tratamiento conservador determinarán su supervivencia a largo plazo, aunque ésta estará fundamentalmente condicionada por el grado de deformidad y las malformaciones asociadas.

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Miércoles, 31 Octubre 2012 12:14

Quistes del rafe medio escrotal

Los quistes del rafe medio escrotal son lesiones producidas por un defecto de cierre del rafe durante la embriogénesis. A pesar de tratarse de alteraciones congénitas, su curso silente determina su diagnóstico infrecuente durante la infancia y, por tanto, su desconocimiento por gran parte de los pediatras que, en ocasiones, los confunden con otras lesiones de origen quístico, tumoral o infeccioso. Debido a su naturaleza benigna y su carácter silente, no precisan ningún tratamiento. En los casos en que produzcan sintomatología, generalmente desencadenada por traumatismos o infecciones, es recomendable la exéresis quirúrgica de los quistes. Con el objetivo de facilitar el diagnóstico y el manejo de dichas lesiones, presentamos el caso de un varón que a los 8 meses de vida presentaba tres lesiones en el rafe medio escrotal, compatibles con quistes del rafe medio, uno de los cuales se complicó 5 años más tarde con la formación de un absceso.

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Sr. Director:

Los protocolos clínicos consensuados y basados en la evidencia médica son un medio eficaz para mejorar la práctica clínica, aunque pocos estudios han analizado el grado de cumplimiento de estos protocolos1,2. La incidencia global de sepsis neonatal precoz se ha reducido significativamente en los últimos años3,4 en relación con la aparición y la difusión de las recomendaciones para la prevención de la infección perinatal por estreptococo del grupo B5,6.

El objetivo de este estudio es valorar el grado de cumplimiento del protocolo diagnóstico-terapéutico de riesgo de sepsis neonatal precoz aplicado en la planta de maternidad de un hospital terciario, e identificar los posibles factores asociados al no cumplimiento.

Figura_1
Figura 1

Se trata de un estudio retrospectivo, aprobado por el Comité de Ética del hospital, con revisión de la historia clínica de todos los recién nacidos (RN) durante un periodo de 6 meses (n= 1.337). Se excluyeron los RN que, debido a su prematuridad o a la presencia de una patología grave, precisaron ingreso hospitalario (n= 85; 6,3%). Se determinó el grado de cumplimiento de cada uno de los ítems que forman parte del protocolo: 1) identificación de los RN con riesgo de sepsis neonatal precoz; 2) valoración clínica, y 3) valoración analítica. El protocolo de riesgo de sepsis neonatal se resume en la figura 1, siendo modificado en la actualidad de acuerdo a las recomendaciones del CDC.

Se determinó que el cumplimiento del protocolo era correcto si se identificaba adecuadamente a los RN con riesgo de sepsis neonatal precoz, se valoraban clínicamente en las primeras 4-6 horas de vida, y se realizaba una analítica mediante determinación de la proteína C reactiva (PCR) y hemograma en las primeras 12-18 h, quedando todo ello reflejado en la historia clínica. Como posibles factores asociados al no cumplimiento del protocolo se tuvo en cuenta el turno de trabajo.

Para el análisis estadístico se utilizó el programa SPSS, versión 15.0. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p <0,05.

El 11% de los RN cumplió los criterios de entrada en el protocolo (n= 139). Se identificó al 88,4% de ellos (123/139). Un 69,1% de los RN fue valorado clínicamente de forma correcta (85/123); de éstos, se realizó una analítica completa al 74,1% (63/85). Teniendo en cuenta todos los pasos, el cumplimiento del protocolo fue del 45,3% (63/139).

Se observó una tendencia a un menor cumplimiento del segundo paso del protocolo (valoración clínica) en el turno de noche con respecto al de la mañana (el 41,4 frente al 22,9%; 2= 3,35; p= 0,07).

El grado de cumplimiento del protocolo fue aceptable, con resultados similares a los hallados en la bibliografía7,8.

Dentro de las limitaciones del estudio podemos citar su carácter retrospectivo. Asimismo, es posible que se haya realizado una infraestimación de la adherencia al protocolo como consecuencia de los criterios estrictos definidos, ya que es probable que haya pacientes que fueran evaluados clínicamente, sin que ello quedara reflejado en la historia clínica.

La correcta identificación del RN de riesgo, así como la constancia en la historia clínica del paciente de todos los actos clínicos realizados sobre él, resultan imprescindibles para conseguir una mejora en el cumplimiento de este protocolo y de los diversos protocolos clínicos en general.

Es preciso realizar revisiones periódicas de los protocolos elaborados en las distintas unidades, con el fin de establecer los motivos de su falta de cumplimiento, así como realizar actualizaciones según las recomendaciones más recientes9.

 

Bibliografía

  1. Alsina-Manrique L, Iriondo M, Muñoz-Almagro C, Borrás M, Pou J, Juncosa T, et al. Compliance with a culture-based strategy to prevent perinatal Group B streptococcal infection in a third-level hospital. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2006; 24: 505-508.
  2. Gilbert GL, Hewitt MC, Turner CM, Leeder SR. Compliance with protocols for prevention of neonatal group B streptococcal sepsis: practicalities and limitations. Infect Dis Obstet Gynecol. 2003; 11: 1-9.
  3. Andreu A, Sanfeliu I, Viñas L, Barranco M, Bosch J, Dopico E, et al. Declive de la incidencia de la sepsis perinatal por estreptococo del grupo B (Barcelona 1994-2001). Relación con las políticas profilácticas. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2003; 21: 174-179.
  4. López Sastre JB, Fernández Colomer B, Coto Cotallo GD, Ramos Aparicio A; Grupo de Hospitales Castrillo. Trends in the epidemiolo­gy of neonatal sepsis of vertical transmission in the era of group B streptococcal prevention. Acta Paediatr. 2005; 94: 451-457.
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  6. Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, Sociedad Española de Neonatología, de Enfermedades Infecciosas y Microbio­logía Clínica, de Quimioterapia y Medicina Familiar y Comunitaria. Prevención de la infección perinatal por estreptococo del Grupo B. Recomendaciones españolas revisadas. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2003; 21: 417-423.
  7. Romero Salas Y, Pascual Sánchez M, López Pisón J, García Oguiza A, García Mata JR, García Jiménez MC, et al. Autoevaluación del cumplimiento del protocolo del traumatismo craneoencefálico en urgencias en mayores de un año. An Pediatr (Barc). 2008; 69: 557-592.
  8. Martínez-Moragón E, Perpiñá M, Fullana J, Macián V, Lloris A, Belloch A. Percepción de la disnea y cumplimiento terapéutico en pacientes con asma. Arch Bronconeumol. 2008; 44: 459-463.
  9. Marión Buen J, Peiró S, Márquez Calderón S, Meneu de Guillerna R. Variaciones en la práctica médica: importancia, causas e implicaciones. Med Clin (Barc). 1998; 110: 382-390.
Publicado en Cartas al Director

El traumatismo craneal infligido, o traumatismo craneal no accidental, es la variante de maltrato infantil con mayor mortalidad y morbilidad neurológica. Se caracteriza por la presencia de hemorragia subdural, hemorragias retinianas y edema cerebral, y puede ir acompañado de fracturas óseas ocultas. La clínica es variada e inespecífica, y suele haber escasos o nulos signos traumáticos externos. Los indicadores de la historia clínica deben hacer sospechar una etiología no accidental. En todos los casos se deberían realizar pruebas de neuroimagen, una serie ósea y un fondo de ojo. El maltrato infantil requiere un abordaje en equipo y, si hay sospecha, se debe realizar un parte judicial y un informe a los trabajadores sociales. Lo más importante es el diagnóstico precoz, ya que puede evitar futuros episodios de maltrato y muertes por esta causa. Por tanto, es imprescindible que el pediatra conozca esta patología.

Publicado en Revisión
AÑO XIV ACTA PEDIÁTRICA ESPAÑOLA NÚM. 161
SUMARIO DEL NÚMERO DE MAYO DE 1956

FIGURAS DE LA PEDIATRÍA

El profesor Zbinden

ARTÍCULOS ORIGINALES

Trabajos doctrinales y casos clínicos
Casuística del trastorno total respiratorio del lactante, por el doctor B. Pérez-Moreno
Troubles caracteriels et retard scolaire mis sur le compte d'un traumatisme cranien. Rôle effectif joué par des fautes éducatives, por el doctor M. Schachter
Necesidad de la exploración radiológica sistemática del aparato digestivo del recién nacido, por el doctor J. Claret Corominas
Nefrosis en la infancia, por los doctores P. Martínez-López y P. Tardío-Fajas
Comentarios a la terapéutica de la nefrosis, por el doctor E. Pou-Pradell

Publicado en Hace 50 años
Jueves, 19 Octubre 2006 09:44

Absceso de Brodie

La osteomielitis es la infección osteoarticular más frecuente durante la infancia. La forma más común de presentación es la osteomielitis aguda hematógena. La forma subaguda, que principalmente afecta a la metáfisis de huesos largos, es menos común, y su diagnóstico puede resultar complicado.

El absceso de Brodie es un tipo de osteomielitis subaguda hematógena localizada, cuya incidencia se ha incrementado en los últimos años. Debido a la ausencia de un síndrome infeccioso general, a la normalidad en las pruebas de laboratorio y a la dificultad en la interpretación radiológica, tiene frecuentemente un difícil diagnóstico. El tratamiento de elección son los antibióticos orales, reservándose la cirugía para los casos en que los pacientes no respondan a ellos. Se presenta el caso clínico de un varón de 15 años de edad diagnosticado de un absceso de Brodie, con afección metafisaria característica, que no responde a los antibióticos orales y se le realiza un desbridamiento quirúrgico.

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Objetivo: Conocer algunos de los aspectos perinatales de los recién nacidos hijos de inmigrantes, en el Hospital Clínico «San Carlos» de Madrid, con el fin de profundizar en el fenómeno migratorio.

Material y métodos: Se analizan comparativamente los aspectos perinatales de 2.759 hijos de inmigrantes con los de 3.990 hijos de españoles, nacidos en el hospital en los últimos tres años. Se analizan: el orden de nacimiento, el curso y control del embarazo, el tiempo de ingreso y de rotura de la bolsa anteparto, el tipo de parto y la anestesia empleada.

Resultados: De los inmigrantes nacidos en este hospital, más del 53% son primogénitos, y un 34% nacidos en segundo lugar. Casi el 10% de las inmigrantes no controlan el embarazo. El tiempo medio de ingreso anteparto es de 30 a 36 horas y el de rotura de bolsa de 5 horas. El porcentaje medio de cesáreas de estos tres últimos años ha sido de un 18%.

Conclusiones: El porcentaje de recién nacidos hijos de inmigrantes va en aumento, y en este hospital se acerca actualmente al 50% de los recién nacidos. Cuanto mejor conozcamos todos los aspectos relacionados con la inmigración, mejor podremos atender a estos pacientes en todos los aspectos, incluido el sanitario.


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Objetivo: Conocer con precisión las características principales del recién nacido, hijo de inmigrantes, en el Hospital Clínico «San Carlos» de Madrid.

Material y métodos: La población de estudio la forman 2.759 recién nacidos hijos de inmigrantes, de los que 264 son hijos de africanas, 2.008 de americanas, 258 de europeas y 229 de orientales. Sus datos se comparan estadísticamente con los 3.990 recién nacidos hijos de españolas. Se analiza: sexo, edad gestacional, vitalidad y destino del recién nacido, tipo de lactancia, cribado metabólico y auditivo, y adopción.

Resultados: El 52% de los recién nacidos hijos de inmigrantes son niños y el 48%, niñas, y más de la mitad, primogénitos. De los que después del parto se han quedado con su madre, un 3,91% fueron pretérmino, un 93,72%, a término, y un 2,37%, postérmino. Los africanos y orientales fueron los que nacieron con más vitalidad. Casi el 94% recibió lactancia materna, frente a un 6% que tomó fórmula. A todos los recién nacidos se les efectuó un cribado metabólico y auditivo. El porcentaje de hipoacusias en ambos oídos fue similar en todos. Las madres que entregan más a sus hijos en adopción son las europeas, seguidas de las sudamericanas y de las españolas.

Conclusiones: El recién nacido hijo de inmigrantes, por la Ley de Extranjería, tiene el mismo derecho a la asistencia sanitaria que el nacido hijo de españolas, así que, cuanto mejor le conozcamos a él y a sus antecedentes, mejor se le podrá asistir para garantizar su salud.


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Objetivos: Estudiar la epidemiología de los defectos del tubo neural (DTN) diagnosticados en el Servicio de Neonatología del Hospital Clínico «San Carlos» (HCSC) de Madrid entre enero de 1983 y junio de 2005; describir la evolución neurológica y las complicaciones de los pacientes durante su ingreso en el Servicio de Neonatología; analizar el papel del sexo del recién nacido en relación con los DTN en el grupo de pacientes estudiado; e identificar las variables independientes relacionadas con la mortalidad.

Material y métodos: Se ha realizado un estudio descriptivo, longitudinal, de casos clínicos, mediante la recogida de datos procedentes de las historias clínicas de los pacientes nacidos en el Servicio de Neonatología del HCSC de Madrid. Las variables cualitativas se expresan en porcentajes y las variables cuantitativas con sus medias y sus desviaciones estándar. Las diferencias entre variables cuantitativas son analizadas usando el test de la t de Student o un test no paramétrico de Mann-Whitney. Las diferencias entre las variables cualitativas se analizan mediante el test de la ji al cuadrado o el test de Fisher. Se ha considerado significativa una p <0,05. Se ha ajustado un modelo de regresión logística para evaluar los factores asociados al fallecimiento de estos pacientes.

Resultados: Del total de 52.121 recién nacidos vivos, 38 presentaron un DTN. La incidencia global obtenida ha sido de 0,72 por cada 1.000 nacimientos; entre 1983 y 1994, fue de 0,94/1.000 y, entre 1995 y 2005, de 0,52/1.000 nacimientos. La relación mujer/hombre fue de 2/1 aproximadamente. Más del 50% fueron recién nacidos pretérmino. El 94% de las madres no habían tomado ácido fólico periconcepcionalmente. El defecto más habitual fue el mielomeningocele lumbosacro. Cerca del 85% fue intervenido quirúrgicamente en las primeras 48 horas de vida. El 63% presentó una exploración neurológica similar al ingreso y al alta. La mortalidad fue del 26%.

Conclusiones: Existe una tendencia generalizada a la disminución progresiva de la incidencia de los DTN. Las niñas presentaron una menor edad gestacional media (p <0,05), un menor peso (p <0,012), un menor perímetro cefálico (p <0,05) y una menor talla (p <0,004). Las mujeres registraron una mayor mortalidad (p <0,03) y lesiones anatómicamente más altas (p <0,03). La mortalidad fue superior cuanto menor era la edad gestacional (p <0,001) y mayor la altura anatómica de la lesión (p <0,001). El único factor relacionado con la mortalidad de forma independiente fue la edad gestacional (odds ratio [OR]= 0,567; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,38-0,826; p <0,003). Dada la elevada morbimortalidad de estos defectos, la prevención constituye el aspecto fundamental en el manejo de estos trastornos.

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Introducción: La corioamnionitis (CA) representa un motivo importante de partos pretérmino y complicaciones perinatales, y es causa potencial de parálisis cerebral.

Objetivo: Evaluar la relación de la CA con los mediadores inflamatorios y comprobar si aumenta la incidencia de trastornos neurológicos en los recién nacidos (RN) pretérmino.

Material y métodos: Estudio de 157 RN pretérmino durante los años 2002-2004, de los cuales 43 (27,4%) eran hijos de madres con CA. Se determinaron la interleucina (IL)-6, la IL-8 y el factor de necrosis tumoral (TNF), tanto en sangre de cordón como a las 48 horas de vida, valorando la asfixia perinatal, la hemorragia intracraneal y el desarrollo neurológico mediante el test de Denver hasta los 2 años de edad.

Resultados: En RN con CA frente a RN sin CA, los niveles en sangre de cordón de IL-6 (26,7 ± 22,2 frente a 9,8 ± 6,2 pg/mL) y de TNF (50,6 ± 30,1 frente a 35,3 ± 21,0 pg/mL) fueron significativamente mayores, sin diferencias en la IL-8 en sangre de cordón ni en las determinaciones a las 48 horas. Los hijos de madres con CA presentaron mayor riesgo de tener un test de Apgar bajo a los 5 minutos (riesgo relativo [RR]= 2,3; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,38-3,85; p= 0,001); hemorragia intraventricular (RR= 1,32; IC del 95%: 1,04-1,67; p= 0,04); y trastornos del desarrollo neurológico a los 2 años de edad (RR= 1,57; IC del 95%: 1,07-2,31; p= 0,002).

Conclusiones: Nuestros resultados sugieren que los hijos de madres con CA presentan mayor riesgo de trastornos del desarrollo neurológico a los 2 años de edad. Las tasas de IL-6 y TNF en sangre de cordón confirman el diagnóstico clínico de CA, aunque carecen de valor pronóstico en la evolución neuroló­gica.


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Jueves, 13 Marzo 2008 16:00

Guía completa de seguridad para padres

J. Mateu Sancho. Colaboración de J. Parise. Prólogo de M. Cruz Hernández.

Barcelona: Editorial MC; 2007, 129 págs.

Poco esfuerzo es necesario para hacer patente a los amables lectores de Acta Pediátrica Española la destacada personalidad del autor de este libro, pequeño en su formato, pero ciertamente grande por su contenido y orientación. En efecto, es sabido que el Dr. Jorge Mateu ha dedicado lo mejor de su actividad científica, docente y profesional a la pediatría social. Dentro de este amplio marco, han sido frecuentes y valiosas sus aportaciones acerca de la prevención y tratamiento de las intoxicaciones y accidentes en los niños. Muestras conocidas y difundidas son las numerosas obras publicadas sobre este preocupante problema, entre las que sobresalen, por citar sólo dos, El niño accidentado y El niño intoxicado. En su día tuve también la satisfacción, junto con J. Peña Guitián, de presentarlas ante los pediatras y otros profesionales de salud de habla hispana.

En la actualidad, toda su preocupación y mucho de su extenso saber se vuelcan en su actuación incansable en el Comité de Seguridad y Prevención de los Accidentes de la Asociación Española de Pediatría, que aglutina una veintena de sociedades especializadas. Y ahora lo podemos ver condensado con esta Guía completa de seguridad para padres, con una importante participación del Dr. Jorge Parise, cirujano pediátrico del Hospital Infantil «12 de Octubre» de Madrid, que entre otros títulos tiene el de Advanced Trauma Life Suport, y es miembro fundador del Grupo de Trauma Pediátrico de la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica.

Con las pinceladas previas es fácil anunciar a los lectores de esta veterana revista que van a encontrar en el libro de J. Mateu y J. Parise todos los aspectos referentes a la seguridad del niño y, por tanto, para la prevención de accidentes, aspecto sobre el cual me detengo en el prólogo que he tenido la satisfacción de redactar. Por causas en general bien conocidas, pero no totalmente asumidas, todavía un niño antes de cumplir los 15 años de edad tiene una probabilidad de 1 por 750 de fallecer a causa de un accidente. Se ha conseguido bastante, en nuestro medio y en los países con un sistema sanitario similar, en la prevención de los accidentes, pero también cuentan las secuelas y otros riesgos secundarios. Por tanto, no se puede bajar la guardia ante esta epidemia, frente a la que lo mejor –como siempre– es la prevención, y ésta se basa lógicamente en el conocimiento de las normas de seguridad, como las que en el nuevo libro de J. Mateu se van exponiendo de forma sistematizada, eficiente y didáctica. Se puede consultar así tanto lo referente a la seguridad en el hogar como fuera de él, y el manual termina con un explícito índice alfabético. No es difícil predecir que la nueva obra de J. Mateu tendrá una amplia y merecida difusión, por lo que le adelantamos una cordial enhorabuena, junto con el agradecimiento de todos cuantos se pueden beneficiar de su consulta.

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Martes, 08 Julio 2008 13:19

Talón negro (hematoma subcórneo)

El talón negro es un proceso relativamente frecuente, caracterizado por la aparición de una lesión negra en la zona de apoyo del talón, que aparece en jóvenes deportistas. Está provocado por pequeños traumatismos que pueden dar lugar a hemorragias superficiales. Su interés patológico radica en la posible confusión con lesiones pigmentarias de estirpe melanocítica, lo que puede originar cierto grado de alarma. El diagnóstico es fácil de realizar y puede llevarse a cabo por el simple raspado de la lesión o mediante el examen con dermatoscopio.

Los cefalohematomas son lesiones relacionadas con traumatismos obstétricos que afectan al 1,5-2,5% de los recién nacidos. Suelen desaparecer espontáneamente en pocas semanas. En el presente artículo se expone un caso de cefalohematoma calcificado persistente en un lactante de 5 meses, que no precisó tratamiento y que se resolvió cuando el paciente cumplió un año.

Publicado en Notas clínicas

Los tumores cardiacos son poco comunes, y los más frecuentes son los rabdomiomas. Su diagnóstico puede realizarse durante la época fetal. La evolución es variable: algunos son asintomáticos y otros se manifiestan por una obstrucción al flujo o en forma de arritmia. Este tipo de tumores puede ser la clave diagnóstica de una esclerosis tuberosa. Dado el amplio espectro en su presentación, mostramos dos casos, uno de diagnóstico prenatal y otro a partir de un hallazgo en la ecocardiografía.

Publicado en Notas clínicas

El seudoquiste pancreático se produce como consecuencia de un proceso inflamatorio y/o traumático; su contenido es estéril y rico en enzimas pancreáticas. Habitualmente, debe sospecharse ante una elevación persistente de la amilasa, puesto que suele ser asintomático, salvo complicaciones. El 40-50% de los seudoquistes se resuelven espontáneamente, y deben drenarse los mayores de 6 cm y/o que persistan más de seis semanas, dado el riesgo de complicaciones.

Presentamos los casos de dos pacientes menores de 24 meses con seudoquistes pancreáticos secundarios a pancreatitis agudas: el primero con una evolución típica y el segundo con una elevación aislada de la lipasa.

Publicado en Notas clínicas

Tanto el neumomediastino como el neumotórax espontáneo son dos entidades poco frecuentes en la práctica clínica pediátrica. Difícilmente pensamos en ellas cuando se nos presenta un niño en urgencias con dificultad respiratoria y sin el antecedente de un traumatismo torácico, procedimiento quirúrgico o médico.

El neumomediastino se presenta con aire extraluminal dentro del espacio mediastínico, mientras que el neumotórax se presenta con aire en la cavidad pleural que provoca colapso pulmonar. Son espontáneos cuando ocurren sin antecedente de traumatismo o enfermedad pulmonar subyacente. Son más frecuentes en varones, y suelen acompañarse de enfisema subcutáneo secundario.

Debido a esta escasa frecuencia y a que los síntomas pueden llevar a interpretar diagnósticos erróneos o tardíos, el propósito de este artículo es tanto revisar las etiologías como la presentación clínica más frecuente de las dos entidades, así como evaluar las opciones de tratamiento oportunamente.

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Sábado, 01 Noviembre 2008 16:56

Talón negro (petequias del calcáneo)

El talón negro (petequias del calcáneo) es una lesión asintomática, de etiología traumática, benigna y autolimitada, que suele afectar a adolescentes y adultos jóvenes deportistas. Su localización más frecuente es en la parte posterior o posterolateral de uno o ambos talones. Se trata de la expresión clínica de una hemorragia dérmica con eliminación transepidérmica (estrato córneo). Su evolución habitual es la completa desaparición si cesa la actividad causal, en muchos casos el deporte. Por su carácter asintomático y benigno, no precisa tratamiento. Su importancia radica en el crucial diagnóstico diferencial que se establece con las lesiones pigmentadas, entre ellas con el melanoma maligno. La localización de la lesión, su bilateralidad, la ausencia de síntomas y su aparición en un joven deportista son importantes claves diagnósticas, que pueden permitir establecer un diagnóstico correcto y evitar una biopsia cutánea innecesaria.

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Sábado, 01 Noviembre 2008 16:21

Mucocele en la mucosa labial

Los mucoceles son lesiones benignas de la cavidad oral que se producen por la extravasación de un material mucoso procedente de las glándulas salivales menores, secundario generalmente a un traumatismo en la zona. Se ha descrito una mayor incidencia en pacientes jóvenes. Presentamos el caso clínico de un niño de 14 años de edad con un mucocele en la mucosa labial inferior.

Objetivo: Conocer el perfil epidemiológico de los neonatos a término con asfixia perinatal; relacionarlo con la existencia y el grado de encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI); valorar la frecuencia de afectación cardiovascular (ACV) y relacionarla con la afectación neurológica y extraneurológica; determinar la relación entre ACV y factores etiopatogénicos de la asfixia.

Material y métodos: Estudio retrospectivo de los pacientes que cumplieron criterios de asfixia perinatal entre enero de 2000 y diciembre de 2004.

Resultados: Se incluyeron 295 pacientes. Un 39% cumplía criterios de EHI: leve 23,1%; moderada 8,8% y grave 7,1%. La afectación pulmonar se dio en un 35,9%, la renal en un 18%, presentaron hipocalcemia un 18,6%, trombopenia un 13,9% y coagulopatía un 21,4%. Un 14,2% de los pacientes presentaron ACV cierta (alteración enzimática y/o ecocardiográfica con shock y/o hipotensión arterial), y un 15,6% ACV probable (sólo hipotensión arterial y/o shock). La existencia de ACV se relaciona con la presencia de EHI y, por consiguiente, con alteraciones en el electroencefalograma y de neuroimagen. Asimismo, la existencia de ACV aumenta la presencia de afectación extraneurológica. También se constata que los pacientes con ACV presentan más frecuentemente acidosis al ingreso y acidosis metabólica persistente durante su evolución.

Conclusiones: La ACV se correlaciona con la existencia y la gravedad de las manifestaciones neurológicas y con la afectación de otros órganos y sistemas, en especial con la acidosis metabólica persistente.

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Introducción: El gran aumento en la utilización de diversos tipos de instrumentación obstétrica durante la extracción fetal, así como del número de cesáreas, es un tema muy controvertido en la actualidad. El objetivo de este trabajo es valorar la relación entre diferentes tipos de instrumentación y la incidencia de traumatismos obstétricos específicos.

Población y métodos: Estudio de casos y controles, realizado sobre una muestra de estudio de 103 recién nacidos, en los que como diagnóstico al alta figuró alguno de los relacionados con traumatismos perinatales: cefalohematoma, hemorragia subaponeurótica, subaracnoidea, epidural, subdural, parenquimatosa, fractura de clavícula y parálisis braquial.

Resultados: El vacuum fue el instrumento más utilizado, y constituyó un factor de riesgo respecto a la cesárea en la producción de cefalohematomas, hemorragias subgaleales, subaracnoideas, subdurales y fracturas de clavícula.

Discusión: El vacuum es, en números absolutos, el instrumento que se asocia a un mayor número de traumatismos. El alto porcentaje de traumatismos con el vacuum podría estar relacionado con el elevado número de inducciones que terminan en vacuextracción, lo que hace suponer que la modalidad de parto (espontáneo frente a inducido) es un factor esencial, asociado a la morbilidad del expulsivo; pero hay otros factores significativos además de las inducciones, como el tipo de campana usada durante la vacuextracción, el peso fetal, la anestesia epidural y la maniobra de Kristeller.

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El aumento de las lesiones en el periparto, asociadas al cada vez más creciente uso de instrumentación, ha llevado a plantear en numerosas ocasiones intensos debates sobre las indicaciones y la problemática derivada de su cada vez mayor indicación en la práctica obstétrica diaria. El vacuum es un instrumento bastante seguro, de modo que las lesiones pueden existir, pero son mucho menos frecuentes con una correcta aplicación, y la gravedad de las mismas se ve influida no sólo por la instrumentación, sino también por una serie de factores que hay que tener en cuenta en el periparto, siendo uno de los principales el desarrollo de la vacuextracción. Entre la lesiones que nos encontramos asociadas al uso del vacuum aparecen desde algunas de elevada incidencia pero de escasa significación clínica como el cefalohematoma o el hematoma subgaleal, hasta otras de escasa frecuencia pero de extrema gravedad y riesgo vital para el recién nacido, como el hematoma epidural o el subdural.

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Se presenta el caso de un niño varón, nacido a término por cesárea en presentación podálica; tras el parto, sin realización de maniobras obstétricas agresivas, presentó una fractura oblicua y desplazada de la metáfisis femoral.

En este artículo se analiza tanto la forma atípica de presentación clínica como de localización, y se evalúa la respuesta al tratamiento y las posibles secuelas durante el primer año de vida.

Publicado en Notas clínicas

La luxación congénita de rodilla es un proceso raro, con una mayor incidencia en el sexo femenino. Se divide en 3 grupos según la clasificación de Ferris: tipo I o recurvatum grave de la rodilla, tipo II o subluxación de la tibia sobre el fémur y tipo III o luxación completa.

Se han postulado múltiples causas como posibles etiologías, e incluso existe una relación con la carga genética. Frecuentemente, se asocian otras anomalías musculosqueléticas, sobre todo el pie zambo y la luxación congénita de cadera. El diagnóstico se realiza al nacer, dada la posición en recurvatum de la rodilla, que se confirma radiológicamente. El tratamiento, conservador o quirúrgico, debe instaurarse lo más precozmente posible.

Publicado en Notas clínicas

La fractura de Toddler es una fractura espiroidea de tibia, no desplazada, que se produce en niños pequeños secundariamente a un traumatismo, muchas veces inadvertido. Está causada por fuerzas de torsión cuando el niño gira, cae en su cuna y/o está aprendiendo a caminar y cae con frecuencia. La clínica suele ser inespecífica y, con frecuencia, no es visible en las radiografías convencionales; a veces sólo es demostrable en una de las proyecciones, por lo que a menudo se diagnostica tardíamente, al aparecer el callo de fractura. Suele confundirse con otras enfermedades que causan cojera en la infancia, como la sinovitis transitoria de cadera o las infecciones osteoarticulares. En ocasiones, es secundaria a un maltrato infantil. A continuación presentamos 2 casos que ilustran la dificultad diagnóstica de este tipo de fracturas en un servicio de urgencias. El primero se orientó como una sinovitis transitoria de cadera y el segundo como una osteomielitis aguda, y en ambos se realizó el diagnóstico de forma tardía.

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Objetivo: Conocer las características de la problemática neurológica en la Unidad Neonatal del Hospital Infantil Universitario «Miguel Servet» de Zaragoza, centro de referencia para Aragón, La Rioja y Soria.

Pacientes y métodos: Se revisan durante 5 años (desde enero de 1996 hasta diciembre de 2000) los recién nacidos con patología neurológica estudiados en nuestro hospital. Se recogen los antecedentes personales y familiares, los motivos de consulta, la exploración física, las exploraciones complementarias, los diagnósticos y los tratamientos neonatales.

Resultados: El primer motivo de consulta fue el sufrimiento perinatal en 77 (37,56%) recién nacidos, seguido por la prematuridad y los trastornos paroxísticos no convulsivos; la consulta fue precoz, pues de los 205 niños con patología neurológica neonatal, 159 (77,56%) se evaluaron en el primer día de vida. La exploración neurológica fue anómala en el 70,24%, con presencia de hipotonía en 62 (30,24%). En cuanto a los exámenes complementarios, la ecografía transfontanelar se realizó en 188 (91,71%) recién nacidos, el electroencefalograma en 152 (74,15%), la tomografía computarizada en 84 (40,98%), y en 48 (23,41%) se hicieron estudios genéticos. La patología perinatal se dio en 126 (61,46%) recién nacidos (sobre todo prematuros y asfícticos), y la patología prenatal en 62 (30,24%); 112 (54,63%) requirieron tratamiento rehabilitador y de atención temprana.

Conclusiones: La importancia de la patología neurológica neonatal viene condicionada por la frecuencia y la gravedad de algunos procesos que la generan, sobre todo la prematuridad, la asfixia y la patología prenatal genética. La neuroimagen y los estudios genéticos son fundamentales en el manejo de estos niños, que además precisan tratamientos costosos y prolongados durante muchos años.

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Con el avance de la ecografía prenatal, se diagnostican muchas anomalías congénitas, lo que permite planificar un tratamiento temprano.

Los linfagiomas son la lesión congénita benigna más común de todas las malformaciones encontradas por ecografía prenatal, en algunas ocasiones asociadas a otras malformaciones y/o con cariotipo anormal.

La gravedad de los linfangiomas se basa en el tipo, la localización, la extensión y la infiltración a otras estructuras.

El tratamiento quirúrgico es el más aceptado, con el objetivo principal de lograr la resección completa, sin causar daño a las estructuras anexas y, aunque hay otras alternativas de tratamiento, creemos que se debe individualizar la mejor opción según la localización e infiltración del linfangioma a otras estructuras, motivo de nuestra revisión.

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Miércoles, 16 Enero 2008 10:57

Epidermólisis ampollosa simple hereditaria

Las epidermólisis ampollosas hereditarias abarcan un grupo de genodermatosis poco frecuentes, que se caracterizan por la excesiva susceptibilidad de la piel y las mucosas a desprenderse de los tejidos subyacentes ante fricciones o traumatismos mecánicos. Presentamos el caso clínico de un niño de 5 meses de edad con una epidermólisis ampollosa simple hereditaria.

Sr. Director:

El rotavirus pertenece a la familia Reoviridae. Es un virus ARN de doble cadena de 100 nanómetros de diámetro, con simetría icosaédrica y compuesto por tres capas. Carece de envoltura y por microscopia electrónica presenta un aspecto de rueda dentada (de ahí su nombre).

FiguraPresentamos el caso de un recién nacido pretérmino que presentó un episodio de enterocolitis necrosante (ECN) asociada a una infección por dicho virus. Se trata de una recién nacida de 30 semanas de gestación y bajo peso para la edad gestacional (820 g) tras una cesárea por preeclampsia materna. No precisó maniobras de reanimación y el test de Apgar fue de 9/10. A las pocas horas de vida presentó una insuficiencia respiratoria. La radiografía de tórax era compatible con una enfermedad de membrana hialina de grado II, por lo que se le administró una dosis de surfactante y se le colocó CPAP nasal, que precisó durante una semana una FiO2 máxima del 30%. Durante las primeras semanas de vida recibió dos ciclos de cefotaxima y vancomicina por sospecha clínica y analítica de sepsis. Se logró introducir la nutrición enteral a los 8 días, con buena tolerancia y aumento progresivo de los aportes. Al cabo de un mes, la paciente toleraba 175 mL/kg/día de fórmula para prematuros.

A los 33 días de vida presentó deposiciones hemorrágicas, por lo que se inició tratamiento antibiótico para ECN con amoxicilina/clavulánico, gentamicina y metronidazol, previa recogida de coprocultivo. Se le prescribió dieta absoluta. El abdomen era blando, depresible y no presentaba distensión. La radiografía de abdomen mostraba asas distendidas sin signos de ECN. Al cabo de 72 horas comenzó un claro empeoramiento clínico, con distensión abdominal que tuvo una repercusión respiratoria, por lo que la paciente precisó una elevada asistencia ventilatoria. El cuadro se acompañaba de coagulopatía (índice internacional normalizado de 2,01 y actividad de protrombina del 31%) y anemia (hematocrito del 25%). La radiografía simple de abdomen mostraba un íleo paralítico sin signos de perforación, y la ecografía un líquido libre peritoneal. La paciente fue intervenida quirúrgicamente, encontrándose un segmento de intestino delgado de 15 cm, con varias placas necróticas; se realizó una resección del segmento afectado y una anastomosis terminoterminal.

En las tres muestras de heces recogidas se investigó el crecimiento de virus, bacterias y parásitos, y se detectó en todos ellos un crecimiento de rotavirus.

La ECN es una de las patologías potencialmente más graves en las unidades neonatales, que afecta sobre todo a los recién nacidos de muy bajo peso, de menor edad gestacional, con valores bajos de Apgar y con complicaciones perinatales. Es un síndrome clínico por necrosis isquémica del intestino, de etiología multifactorial, tanto con factores infecciosos como no infecciosos. Los organismos predominantes incluyen enterobacterias (Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae), Clostridium, patógenos entéricos (Salmonella, Coxsackie, coronavirus, rotavirus) y patógenos potenciales como Bacteroides fragilis1,2.

El rotavirus es el agente etiológico más común en todo el mundo de diarrea en la edad pediátrica, tanto en la comunidad como en el ámbito hospitalario3. En el periodo neonatal se han descrito casos de ECN asociada a infección por rotavirus4,5, e incluso varios casos simultáneos en el contexto de una epidemia de gastroenteritis por rotavirus en una unidad neonatal6; todos ellos en los primeros días de vida.

La ECN es una entidad poco frecuente fuera de las dos primeras semanas de vida7. La paciente presenta factores de riesgo para desarrollar una ECN, como prematuridad, bajo peso, enfermedad de membrana hialina, sospecha clínica de sepsis o cateterización de la vena umbilical. Por el contrario, el hecho de haber tolerado la nutrición enteral exclusiva y que el cuadro se presentara a los 33 días de vida hacen pensar que se trata de un caso atípico de ECN, cuya explicación puede encontrarse en la infección por rotavirus.

Hay que considerar la realización de pruebas diagnósticas virales (incluido el rotavirus) en todo neonato con ECN8. Se deben tomar medidas de asepsia estrictas cuando se aísla rotavirus en una unidad neonatal de cuidados intensivos, por la gravedad que puede conllevar su colonización en recién nacidos de muy bajo peso.

Bibliografía

  1. Brook I. Microbiology and management of neonatal necrotizing enterocolitis. Am J Perinatol. 2008.
  2. Boccia D, Stolfi I, Lana S, Moro ML. Nosocomial necrotising enterocolitis outbreaks: epidemiology and control measures. Eur J Pediatr. 2001; 160(6): 385-391.
  3. Smith MJ, Clark HF, Lawley D, Bell LM, Hodinka RL, DiStefano DJ, et al. The clinical and molecular epidemiology of community- and healthcare-acquired rotavirus gastroenteritis. Pediatr Infect Dis J. 2008; 27(1): 54-58.
  4. Dani C, Trevisanuto D, Cantarutti F, Zanardo V. A case of neonatal necrotizing enterocolitis due to rotavirus. Pediatr Med Chir. 1994;16(2): 185-186.
  5. Sharma R, Garrison RD, Tepas JJ 3rd, Mollitt DL, Pieper P, Hudak ML, et al. Rotavirus-associated necrotizing enterocolitis: an insight into a potentially preventable disease? J Pediatr Surg. 2004; 39(3):453-457.
  6. Goma Brufau AR, Vega Romero M, Martínez Ubieto P, Marco JJ, Salcedo Avizanda S, Peguero Monforte G, et al. Epidemic outbreakof necrotizing enterocolitis coincident with an epidemic of neonatal rotavirus gastroenteritis. An Esp Pediatr. 1988; 29(4): 307-310.
  7. Boccia D, Stolfi I, Lana S, Moro ML. Nosocomial necrotising enterocolitis outbreaks: epidemiology and control measures. Eur J Pediatr. 2001; 160(6): 385-391.
  8. Hällström M, Vesikari T, Janas M, Ikonen S, Tammela O. Screening of rotavirus and adenovirus infections during prolonged hospitalization in a neonatal unit. Acta Paediatr. 2001; 90(10): 1.196-1.198.
Publicado en Cartas al Director
Miércoles, 15 Abril 2009 13:29

Miositis viral aguda: a propósito de un caso

Señor Director:

La miositis viral aguda es una de las complicaciones posibles de la infección por el virus Influenza y también por otros virus. Constituye una entidad clínica poco reconocida que se presenta como un cuadro muy característico.

Es muy importante llevar a cabo un adecuado reconocimiento clínico para evitar la realización de pruebas diagnósticas y tratamientos innecesarios.

 

Caso clínico

Varón de 6 años que, en la primavera de 2008, consulta por presentar de forma brusca un cuadro de impotencia funcional en las extremidades inferiores y un dolor que le impide la deambulación, precedido de un cuadro viral de las vías respiratorias altas y fiebre de 3 días de evolución.

En la exploración presenta un dolor intenso a la palpación en la región gemelar y una leve hiperemia faríngea.

El proceso se autolimita en 3 días, tras mantener reposo y tomar antiinflamatorios orales.

En el análisis de sangre aparece leucopenia (2.400 leucocitos/mL) y una notable elevación de las cifras de CPK (27.706 U/L), CPK-Mb (509 U/L), GOT (974 U/L) y GPT (211 U/L).

Las cifras de CPK descienden a los 7 días a valores casi normales (376 U/L), y disminuyen notablemente las concentraciones de GOT (53 U/L) y GPT (121 U/L).

El informe de la serología viral no mostró resultados significativos, aunque dado el contexto epidemiológico en el que se desarrolla el cuadro, la clínica y la posterior evolución, podría tratarse de una infección por adenovirus.

El frotis faríngeo, la proteína C reactiva (PCR), el análisis de heces y el análisis de orina fueron normales.

 

Discusión

La miositis aguda benigna posviral se presenta generalmente a la edad de 3-7 años. En la mayoría de los casos se asocia a la infección por Influenza B (62%) e Influenza A (25%), aunque también se han descrito asociaciones a Cosackie, Parainfluenza, HSV, CMV, virus de Epstein-Barr, adenovirus, virus de la rubeola, parvovirus B19, arbovirus, retrovirus (VIH), virus de la parotiditis, hepatitis C y Campylobacter.

Constituye un cuadro clínico de dolor muscular intenso en las extremidades inferiores, de aparición brusca, sin antecedentes de ejercicio intenso, traumatismo o historia de alteración muscular familiar, que provoca dificultad para la deambulación manteniendo los pies en flexión plantar, y la flexión dorsal provoca un intenso dolor. Suele ir precedido de un cuadro viral de las vías respiratorias altas, y cuando aparece el dolor muscular el estado general es bueno y no siempre se acompaña de fiebre.

La palpación de la región gemelar suele ser muy dolorosa, pero en la inspección no se observan signos inflamatorios agudos. El tono, la fuerza, la sensibilidad y los reflejos permanecen conservados.

En el análisis de sangre podemos encontrar leucopenia, trombopenia, PCR normal, y una elevación muy significativa de la CPK, la mioglobina y las transaminasas. No se ha descrito mioglobinuria grave en niños.

El examen analítico se puede completar con la serología de los distintos virus, el frotis faríngeo y el análisis de heces (por la posible relación con el enterovirus).

Diversos estudios parecen confirmar que no es necesario efectuar pruebas serológicas virales en el contexto epidemiológico. Se podría diagnosticar con mucha probabilidad mediante una adecuada palpación de la masa muscular de ambos gemelos, que sería muy dolorosa, y con una elevación significativa de las enzimas musculares.

La resolución completa de la sintomatología se produce aproximadamente en 48-72 horas, aunque la normalización de la CPK se constata a los 7 días y la de las transaminasas a los 15-30 días.

El tratamiento es sintomático: reposo, abundante hidratación y antiinflamatorios no esteroideos.

Puede plantearse el diagnóstico diferencial con las miopatías bacterianas e inmunológicas (polimiositis, dermatomiositis), y con causas de ataxia aguda (síndrome de Guillain-Barre en su fase inicial). En caso de sospecharse estas afecciones, se recomienda realizar estudios más complejos, como electromiografía, biopsia muscular o pruebas de imagen.

La incidencia de la miositis viral aguda posiblemente sea mucho mayor de lo detectado, por lo que es importante tenerla en cuenta como primera opción diagnóstica en el cotejo epidemiológico estacional, en que el pediatra de atención primaria tiene un papel muy relevante.

Por tanto, es muy importante llevar a cabo un adecuado reconocimiento clínico para evitar la realización de pruebas diagnósticas y tratamientos innecesarios, caros y potencialmente lesivos.

 

Bibliografía

Álvarez Cordonés MM, Moreno García MI, Álvarez Aldean J, Obando Santaella I. Miositis aguda postinfluenza en niños. Aten Primaria. 1997; 20(4): 210-211.
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Publicado en Cartas al Director
Miércoles, 15 Abril 2009 13:23

Tuberculosis extrapulmonar: mal de Pott

La tuberculosis es una enfermedad de distribución mundial, que en los últimos años está reemergiendo en los países occidentales debido a la aparición de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana, el abandono de los programas de control, el aumento de la inmigración y las condiciones socio¬sanitarias que ésta conlleva, y las tasas de resistencias. La forma de presentación más habitual continúa siendo la pulmonar. Sin embargo, debemos tener un alto índice de sospecha para el diagnóstico de formas más infrecuentes, como las extrapulmonares. La enfermedad de Pott, o espondilitis tuberculosa, es una de estas manifestaciones, que cursa con sintomatología general, como pérdida de peso o decaimiento y, sobre todo, con dolor en la zona afectada. Para el diagnóstico son fundamentales las pruebas de imagen y la biopsia de la lesión para su estudio histológico y microbiológico. El tratamiento se realiza con fármacos tuberculostáticos y cirugía para la estabilización de la columna.

Publicado en Notas clínicas

El tortícolis congénito es una de las causas más habituales de consulta pediátrica. En niños menores de 6 meses, las causas más frecuentes son de origen muscular por alteraciones en el músculo esternocleidomastoideo o por una mala posición intraútero, pero no hay que olvidar las malformaciones óseas. Las alteraciones oculares también son una causa de tortícolis, pero generalmente aparecen en niños mayores de 6 meses.

Presentamos el caso de una niña de 6 meses de edad, remitida a nuestra consulta por presentar un tortícolis congénito. En la exploración destacó un aplanamiento occipital derecho y un tortícolis derecho, sin anomalías palpables en los músculos del cuello. Mediante tomografía computarizada (TC) se diagnosticó una hemivértebra cervical. Se descartó la presencia de craneosinostosis y patología medular. Se valoró el caso en los servicios de oftalmología y traumatología. La evolución de la paciente fue satisfactoria mediante tratamiento conservador, y la niña presentó un desarrollo psicomotor dentro de la normalidad.

En los niños con un tortícolis congénito lo más importante es averiguar la causa de la afección. En este caso, se trataría de una escoliosis cervical. El tratamiento suele ser rehabilitador, con controles visuales, siempre teniendo en cuenta la posibilidad quirúrgica para prevenir otras posibles deformidades secundarias.

Publicado en Notas clínicas

Introducción: La prematuridad es el principal factor de riesgo de morbilidad y mortalidad en el periodo perinatal. La mayoría de las publicaciones se refieren a niños extremadamente prematuros, y son escasas las que analizan globalmente la influencia de la prematuridad en el desarrollo de enfermedades específicas.

Objetivos: Describir las características demográficas de los prematuros, estimar la incidencia de ingreso, identificar la morbilidad de estos recién nacidos prematuros tras el alta y reflejar la estancia media y la mortalidad.

Métodos: Estudio longitudinal descriptivo retrospectivo-prospectivo sobre la incidencia de ingresos en niños nacidos pretérmino, utilizando los datos recogidos en el registro del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD) en un periodo de 3 años (2004-2006). El CMBD es una base de datos del Ministerio de Sanidad que recoge sistemáticamente los datos al alta hospitalaria de cada uno de los pacientes que ingresa, al menos, una noche en el hospital, y cubre más del 98% de los hospitales del Sistema Nacional de Salud español, en su mayoría públicos. Se han incluido 63.164 casos de altas hospitalarias de recién nacidos pretérmino (menores de 37 semanas). Para el análisis de la comorbilidad, se tuvo en cuenta el registro de los códigos según la Clasificación Internacional de Enfermedades, 9.ª Revisión Modificación Clínica (CIE-9-MC) en cualquiera de los 14 campos de diagnóstico.

Resultados: La incidencia acumulada de niños prematuros que ingresan antes de los 30 primeros días de vida fue del 4,67% (2,53 y 2,14% en niños y niñas, respectivamente) sobre un total de 1.351.126 nacimientos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en los tres años del periodo de estudio. El 41,71% de los ingresos prematuros tienen al menos un código que implica patología materna, gestacional o relacionada con el parto. El parto múltiple (20,24%), las cesáreas (10,92%) y la rotura prematura de membranas (5,6%) son los factores perinatales más frecuentes asociados a los prematuros ingresados. En cuanto a la morbilidad neonatal, destacan por su mayor frecuencia las ictericias perinatales (44,66%) y las patologías respiratorias (39,99%). Las anomalías congénitas (mayores y menores) en prematuros ingresados aparecen en el 14,20%.

Conclusiones: El grupo de patologías que acompaña con más frecuencia al ingreso, si omitimos las ictericias, son las respiratorias, mientras que las anomalías congénitas más frecuentes son las cardiacas, que se dieron en el 4,45% del total de ingresos. La mortalidad fue del 3,41%, y la estancia media de 19,57 días: en menores de 28 semanas de 52 días, y en mayores de 28 semanas de 17 días.

Publicado en Originales

Introducción: Las tasas de mortalidad neonatal y perinatal son un importante indicador de la asistencia sanitaria a la mujer gestante y al recién nacido. El objetivo de este estudio es aportar los datos de mortalidad neonatal y perinatal de La Rioja en las tres últimas décadas y valorar su evolución.

Material y métodos: Se han estudiado las tasas de mortalidad fetal, neonatal inmediata, precoz, tardía y total, así como la mortalidad perinatal precoz y total. Se ha valorado también las tasas y porcentaje de mortalidad perinatal que corresponden a neonatos de muy bajo peso al nacer. Los datos se han recogido del registro de la Unidad Neonatal del Complejo Hospitalario «San Millán-San Pedro» desde 1980 hasta 2006.

Resultados: Se ha constatado un descenso en todas las tasas de mortalidad en los últimos 27 años. La mortalidad neonatal media es de 4,72 por 1.000, y ha descendido hasta a 2,6 en 2006. La mortalidad perinatal, cuya media es 9,93 por 1.000, ha disminuido también hasta 2,59 en 2005. El descenso más importante en la mortalidad perinatal total se ha observado en el grupo de neonatos que pesaron menos de 1.500 g.

Conclusiones: En las tres últimas décadas, se ha producido un descenso de las cifras de mortalidad neonatal y perinatal en La Rioja. Ha disminuido de forma importante la mortalidad de los neonatos de muy bajo peso (menores de 1.500 g).

Publicado en Originales

Introducción: Actualmente, la resonancia magnética cerebral ha sustituido en gran parte a la tomografía computarizada (TC) craneal, salvo en emergencias, donde la TC continúa siendo la técnica más utilizada, y de sus hallazgos pueden derivarse consecuencias diagnósticas y terapéuticas.

Material y métodos: Se revisan las TC craneales realizadas en el Servicio de Urgencias de Pediatría del Hospital «Miguel Servet», de Zaragoza, durante un periodo de 2 meses, analizando las indicaciones y el ajuste a nuestros protocolos de actuación en urgencias.

Resultados: En el periodo revisado se atendieron 9.769 pacientes en urgencias; de ellos, 413 presentaron patología susceptible de realizar TC craneal. Se realizaron 27 TC craneales urgentes: 6 traumatismos craneoencefálicos, 5 cefaleas, 5 episodios paroxísticos por sospecha de primer episodio convulsivo, 3 primeras crisis no sintomáticas agudas, 2 estados convulsivos febriles, 2 encefalopatías agudas, 1 antes de punción lumbar, 1 por focalidad neurológica, 1 por hipertensión endocraneal y 1 por sospecha de disfunción valvular. Globalmente, se realizó una TC craneal al 3,4% de los pacientes con traumatismos craneoencefálicos, al 10,3% de los que presentaban cefaleas y al 100% de los que tenían primeros episodios convulsivos no sintomáticos agudos. Cinco (18,5%) de las TC realizadas mostraron una alteración intracraneal: 2 conocidas previamente y 3 de nuevo diagnóstico (11,1%). Todas las TC se ajustaron a nuestros protocolos.

Discusión: Pese a los riesgos potenciales derivados de la radiación, defendemos la realización de TC craneal en los servicios de urgencias pediátricas, optimizando las indicaciones y aplicando las estrategias para reducir al mínimo la radiación. Es importante clarificar la relación real entre la radiación y el riesgo de cáncer, y potenciar nuevas tecnologías que minimicen los riesgos derivados de ésta.

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Sr. Director:

La mancha mongólica (MM), también llamada melanocitosis dérmica congénita, suele aparecer en el nacimiento o durante las primeras semanas de vida. Aumenta en los 2 primeros años y después desaparece de modo gradual. A los 10 años la mayoría de estas manchas han remitido; si la mancha se mantiene en la edad adulta, se denomina MM persistente (3-4% de los orientales). Su frecuencia, similar en ambos sexos, varía entre los distintos grupos raciales. El término «mancha mongólica» se debe a su frecuencia elevada en las razas orientales, sobre todo en los mongoles, en quienes aparece en el 90% de los recién nacidos. Se observa en el 80% de los individuos de raza negra, en el 40% de los latinos y en menos del 10% de los caucasianos y judíos1-3.

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Figura 1. Neonato caucasiano, con múltiples máculas de tonalidad gris azulada en la espalda y las nalgas

La localización clásica es la región lumbosacra y las nalgas. Se conoce como MM aberrante cuando se presenta en áreas atípicas, como la espalda, los hombros, el cuero cabelludo y las extremidades (figuras 1 y 2). Ésta es más probable que persista en la edad adulta. La forma extensa o generalizada no es excepcional, ya que aparece en más del 3% de los niños asiáticos, indios americanos y negros3-5.

Clínicamente, se presenta como una o varias máculas de morfología angulada, redonda u ovalada. El tamaño varía entre 1 y 20 cm y los bordes están mal definidos (las más grandes están mejor delimitadas). Tienen una coloración homogénea azul grisácea (figura 1) que no se acentúa en la exploración con lámpara de Wood. En personas de piel oscura adopta un tono verdoso (figura 2). La MM sobreimpuesta es una variante con zonas más oscuras en su seno3,6.

Figura 2. Niño de raza negra, con una mácula extensa de color azul verdoso en el costado derecho
Figura 2. Niño de raza negra, con una mácula extensa de color azul verdoso en el costado derecho

El estudio histológico muestra melanocitos dendríticos fusiformes dispersos entre los haces de colágeno de los tercios inferiores de la dermis. Esta melanocitosis dérmica se debe a que no se ha completado el proceso de migración de los melanocitos desde la cresta neural a la unión dermoepidérmica. Normalmente no hay melanocitos dérmicos desde la semana 20 de gestación. Las diferencias raciales podrían indicar la existencia de factores genéticos implicados en este proceso. La coloración azulada de las lesiones se debe al fenómeno de Tyndall: la pigmentación dérmica se ve azul, por la menor reflectancia de la región con longitudes de onda mayores en comparación con la zona que la rodea2,3.

No se han descrito casos de malignización de las MM. Dado que las máculas desaparecen con el paso de los años, no suelen necesitar tratamiento. En las lesiones persistentes se puede emplear maquillaje o laserterapia (con una mejor respuesta en MM aberrantes de pacientes de menos de 20 años)7.

La mayoría de las MM no tienen significación patológica. En ocasiones la presencia de formas aberrantes, extensas o múltiples puede facilitar el diagnóstico y posterior tratamiento precoz de ciertas enfermedades8:

1. Facomatosis pigmentovascular. Consiste en la combinación de una malformación vascular (casi siempre una mancha en vino de Oporto) con un lesión hiperpigmentada cutánea congénita (nevo epidérmico, nevo spilus o melanocitosis dérmica). Puede existir un nevo anémico. Se han clasificado en cinco tipos, que a su vez se han subdividido en a o b, en función de la ausencia o presencia de manifestaciones extracutáneas (como los síndromes de Sturge-Weber y de Klippel-Trenaunay). Aparece una MM en: a) facomatosis pigmentovascular tipo II (la más frecuente) asociada a una malformación capilar tipo mancha en vino de Oporto; b) tipo IV combinada con una mancha en vino de Oporto y un nevo spilus, y c) tipo V (facomatosis cesiomarmorata), que coexiste con cutis marmorata telangiectásica congénita4.

2. Gangliosidosis GM1, tipo 1 o infantil. Enfermedad debida a una deficiencia de la betagalactosidasa. En los primeros 6 meses de vida los pacientes presentan facies tosca, cuello corto, hipertrofia gingival, macroglosia, hipotonía, hipertricosis, retraso psicomotor y del desarrollo, convulsiones, hepatosplenomegalia, deformación de los cuerpos vertebrales, de la silla turca, anomalías de los huesos largos y de la pelvis, y manchas rojo cereza en la mácula. Los niños raramente sobreviven más de 3 años5,8.

3. Síndrome de Hurler. Mucopolisacaridosis tipo I, la más frecuente, producida por un déficit de alfa-L-iduronidasa. Comparte muchos rasgos con la gangliosidosis GM1 infantil. Alrededor de los 6 meses se observa opacidad corneal, visceromegalia, disostosis múltiple y rasgos faciales anormales. Provoca retraso mental, infecciones respiratorias y cardiopatía mortal alrededor de los 10 años de edad8.

4. Síndrome de Hunter. Mucopolisacaridosis tipo II, causada por un déficit de la enzima iduronato-2-sulfatasa y con un espectro de gravedad amplio. La forma grave cursa con síntomas similares al síndrome de Hurler9.

5. Labio leporino. Muchos niños japoneses con este defecto presentan una MM en la hendidura.

Se han descrito casos aislados en pacientes con enfermedad de Niemann-Pick, alfamanosidosis, síndrome de Sjögren-Larsson, hemangioma congénito, manchas café con leche (facomatosis pigmentopigmentaria), dedos supernumeraciones y melanosis leptomeníngea. Quizás algunas de estas asociaciones puedan ser casuales4,8.

El diagnóstico de la MM es fácil de establecer cuando la morfología clínica y la localización son típicas. En otras localizaciones podría confundirse con las siguientes entidades:

• Otras melanocitosis dérmicas, como el nevo azul (rara vez congénito y de localización muy variada), el nevo de Ota (sobre todo en la región periorbitaria, la sien, el área malar y la esclerótica ipsolateral), el nevo de Ito (regiones supraclavicular, escapular o deltoidea) y el hamartoma melanocítico dérmico (nalgas, manos y piernas)3.

• Otras neoplasias melanocíticas benignas, como la mancha café con leche, la melanosis de Becker y el nevo melanocítico congénito. El nevo melanocítico gigante, cuando afecta a la zona baja de la espalda y las nalgas, adopta un aspecto «en traje de baño». Difieren de la MM en el color y en los bordes bien definidos.

• Malformaciones vasculares, como las malformaciones glomovenosas o las manchas en vino de Oporto (se asocian a la MM en la facomatosis pigmentovascular) o los «precursores» de hemangiomas.

• Contusiones o hematomas. Éstos, si aparecen en lactantes de menos de 9 meses de edad y se sitúan en regiones típicamente protegidas, como las nalgas o la espalda, representan los signos físicos de maltrato infantil más frecuentes. Por tanto, una MM no diagnosticada o el desconocimiento de la variante aberrante, múltiple o sobreimpuesta podrían generar una sospecha errónea de maltrato. Cabe resaltar que el 40% de los neonatos de etnia gitana presentan MM (población con mayor incidencia de sufrir malos tratos según algunos estudios). Es curioso que el 12,5% de las madres atribuyan dichas manchas a un traumatismo durante el parto1. Por ello, es necesario anotar en la historia neonatal la presencia y la localización de las MM y proporcionar una correcta información a los padres10.

• Otras: argiria, ocronosis, eritema discrómico persistente (dermatosis cenicienta), hiperpigmentación postinflamatoria, hipermelanosis nevoide lineal y espiral, atrofodermia idiopática de Pasini y Pierini, y erupción fija medicamentosa.

En conclusión, la población española actual cuenta con más grupos raciales en que es frecuente la aparición de MM. Es importante conocer sus variantes (aberrante, persistente, múltiple, extensa o generalizada y sobreimpuesta), las enfermedades asociadas (facomatosis pigmentovascular, labio leporino y metabolopatías) y evitar su confusión con las lesiones de maltrato infantil.

 

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  9. Ochiai T, Suzuki Y, Kato T, Shichino H, Chin M, Mugishima H, et al. Natural history of extensive Mongolian spots in mucopolysaccharidosis type II (Hunter syndrome): a survey among 52 Japanese patients. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2007; 21: 1.082-1.085.
  10. Al Jasser M, Al-Khenaizan S. Cutaneous mimickers of child abuse: a primer for pediatricians. Eur J Pediatr. 2008; 167: 1.221-1.230.
Publicado en Cartas al Director

La parálisis diafragmática está originada por una lesión del nervio frénico, y su causa predominante en pediatría es el traumatismo durante el parto, especialmente en fetos macrosómicos. La asociación con la parálisis braquial orienta la sospecha diagnóstica, pero hay que tener en cuenta que hasta un 25% de los casos se presentan sin daño en el plexo braquial. Los síntomas pueden ser variables y aparecer inmediatamente tras el parto o durante el periodo neonatal. La radiografía muestra una elevación del hemidiafragma afectado, aunque el diagnóstico de confirmación se realiza con la ecografía en modo M. El manejo habitualmente es conservador, con aportes suplementarios de oxígeno o ventilación no invasiva (CPAP), y los pacientes se recuperan espontáneamente en la mayoría de los casos, aunque en ocasiones es necesario el tratamiento quirúrgico (plicatura).

Publicado en Notas clínicas
AÑO XVII ACTA PEDIÁTRICA ESPAÑOLA NÚM. 216
SUMARIO DEL NÚMERO DE OCTUBRE DE 1960
FIGURAS DE LA PEDIATRÍA

El doctor Garrido-Lestache

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Trabajos doctrinales y casos clínicos

Psiquiatría y pediatría, por el profesor A. Galdó

Meningitis tuberculosa y salud mental, por el doctor Martínez Valverde

Cardiopatías infantiles y salud mental, por el doctor R. Talavera

Proyección mental del periodo perinatal, por el doctor J. Moreno

Lo neurológico y lo mental en la parálisis cerebral infantil, por el doctor A. Román de la Rosa

Publicado en Hace 50 años

Introducción: Desde hace varios años, se ha producido un aumento en las visitas por patología psiquiátrica en los servicios de urgencias pediátricas. Por ello, es importante la coordinación entre los equipos de urgencias pediátricas y los de salud mental para mejorar la atención de los pacientes pediátricos con una enfermedad mental.

Objetivos: Analizar las características de los pacientes pediátricos del servicio de urgencias psiquiátricas de nuestro hospital.

Metodología: Estudio transversal descriptivo de las urgencias psiquiátricas atendidas en el Servicio de Urgencias de Pediatría que precisaron atención en el Servicio de Psiquiatría de la Corporació Sanitària «Parc Taulí» de Sabadell (periodo 2006-2007). Analizamos las variables sociodemográficas y los diagnósticos psiquiátricos, así como la necesidad de tratamiento y el destino final del paciente.

Resultados: Se realizaron 104 visitas psiquiátricas de un total de 93.908 urgencias (0,1%), con una media de edad de los pacientes de 12,37 años (rango: 6-15). Los motivos de consulta principales fueron: empeoramiento de la enfermedad de base (51%), alteración de la conducta de diversos tipos (31,7%) e intento de suicidio (17,3%). Muchos de los casos presentaban factores asociados o distocia social: un 68,2% presentaba antecedentes de enfermedad familiar psiquiátrica, un 39,4% abuso de alcohol y/o drogas, y un 25,9% una separación traumática de los padres. Sólo un 26% de los casos precisaron una intervención farmacológica fuera de su tratamiento habitual. Los diagnósticos principales al alta fueron, en el 50% de los casos, trastornos de conducta no especificados y conversivos. Se dio de alta a su domicilio al 64% de los pacientes, y un 36% precisó ingreso hospitalario.

Conclusiones: Las urgencias psiquiátricas pediátricas son complejas y graves. Últimamente se ha producido un aumento de ellas, lo que puede obedecer a múltiples causas, algunas de las cuales representan tendencias epidemiológicas que pueden estudiarse y preverse.

Publicado en Originales

En los últimos años ha aumentado el uso de dermis artificial (Integra®) en niños, siendo su principal indicación la reconstrucción cutánea tras una quemadura o una extirpación de lesiones congénitas. Su uso en heridas traumáticas en niños es todavía poco frecuente, con escasas referencias en la bibliografía.

Recientemente hemos utilizado dermis artificial en tres pacientes de 7, 9 y 13 años de edad, que presentaban heridas traumáticas en el miembro inferior izquierdo, el miembro inferior derecho y la región frontal, respectivamente. En todos los casos existía una importante pérdida de sustancia con exposición ósea y/o tendinosa. La dermis artificial se colocó entre los días 7 y 10 de evolución, siguiendo el protocolo habitual, tras el desbridamiento quirúrgico de las lesiones. En los tres casos la evolución ha sido satisfactoria, sin complicaciones y con unos buenos resultados estéticos y funcionales.

El uso de dermis artificial en el caso de heridas traumáticas, con una importante pérdida de sustancia y exposición ósea y/o tendinosa, debe considerarse como una alternativa a los injertos de piel parcial o total, a los expansores tisulares e incluso a las transferencias de tejidos. En este tipo de heridas recomendamos la aplicación diferida de la dermis artificial.

Publicado en Originales
Miércoles, 01 Septiembre 2010 09:36

Uña encarnada

La uña encarnada constituye una de las patologías más frecuentes de las uñas de los pies. Se han descrito diferentes agentes causales asociados, entre los que se incluyen un calzado inadecuado, un mal corte de la uña, las infecciones bacterianas o fúngicas subyacentes, los traumatismos o un carácter hereditario. El pico máximo de incidencia aparece durante la adolescencia y, aunque se trata de una patología benigna cuya principal sintomatología es el dolor, debe controlarse de manera estricta en pacientes de alto riesgo, como los diabéticos, y ante insuficiencia arterial, por el riesgo de complicaciones. En casos incipientes se puede intentar, como primera opción terapéutica, establecer medidas conservadoras en forma de baños con sal y colocando torundas de algodón entre la superficie cutánea y la uña afectada, pero en estadios más avanzados es de elección la cirugía.

Ir a casa de los abuelos es una experiencia muy común para muchos niños. Sin embargo, la investigación reciente muestra que cada vez un mayor número de niños visitan a sus abuelos no sólo durante las vacaciones, sino para vivir y ser criados por ellos. Una gran cantidad de cambios sociales han contribuido a que los niños sean criados por los abuelos.

Con frecuencia un suceso traumático en la familia es el de­sencadenante de que los abuelos ejerzan el rol de padres sustitutos. A pesar de los numerosos problemas de fondo y los factores de riesgo que conlleva esta situación, estos niños criados por sus abuelos muestran una mejor salud que los que viven fuera de la familia.

Aunque algunos abuelos tienen la custodia de sus nietos, una situación mucho más común es que ayuden a sus padres en el cuidado de los niños. Los abuelos que charlan, vigilan y sirven de modelo seguro para los nietos pueden ayudarles a prevenir ciertos problemas para su salud. La investigación pone de manifiesto que los abuelos están haciendo una buena tarea en el cuidado de sus nietos y son una red de seguridad para toda la familia.

Publicado en Revisión

Sr. Director:

La necrosis grasa subcutánea (NGS) del recién nacido es una paniculitis lobulillar transitoria1, poco frecuente en la infancia, de carácter autolimitado, que aparece en las primeras semanas de vida en neonatos a término y postérmino como consecuencia de situaciones de estrés en el periodo neonatal2. Es una entidad benigna, autorresolutiva en varias semanas, aunque puede ir asociada a complicaciones extracutáneas, como hipoglucemia, trombocitopenia, hipertrigliceridemia y, la más grave, hipercalcemia3,4, que obliga a establecer una estrecha vigilancia de estos pacientes durante 6 meses.

Se presenta el caso de una paciente con necrosis grasa del recién nacido e hipercalcemia secundaria grave. El objetivo de este artículo es comentar la clínica, el tratamiento y la evolución del cuadro.

Figura 1. Placa eritematoso-violácea con nódulos, que se extiende a las regiones dorsal y lumbar, y a la raíz de los miembros superiores e inferiores
Figura 1. Placa eritematoso-violácea con nódulos, que se extiende a las regiones dorsal y lumbar, y a la raíz de los miembros superiores e inferiores

Neonato de sexo femenino, nacido a término y con un peso adecuado para la edad gestacional, con antecedentes de gestación controlada sin incidencias, parto por cesárea por pérdida del bienestar fetal y líquido meconial intraparto, por lo que precisó ventilación con bolsa y mascarilla (puntuación del test de Apgar 5/9). Los resultados de la exploración al nacimiento estaban dentro de la normalidad, salvo un soplo sistólico II/VI, que posteriormente fue diagnosticado de estenosis pulmonar leve. A las 48 horas de vida presentó una llamativa lesión eritematosa en la espalda (angioma), que a los 4 días había evolucionado a una gran placa eritematoso-violácea con nódulos calientes y dolorosos, extendiéndose de forma significativa a las regiones dorsal y lumbar, y a la raíz de los miembros superiores e inferiores (figura 1), acompañada de un síndrome febril. Ante el aumento de reactantes de fase aguda (proteína C reactiva 10,29 mg/dL), se extrajo un hemocultivo y se pautó antibioterapia empírica con ampicilina y gentamicina intravenosa, aislándose en el cultivo Staphylococcus epidermidis. En la ecografía abdominal no se visualizaba el riñón derecho, por lo que se realizó una gammagrafía renal DMSA que confirmó la agenesia renal derecha. Pocas horas después presentó un episodio de hiponatremia (119 mEq/L), edemas, proteinuria, oliguria y hematuria microscópica, que se diagnosticó como necrosis tubular aguda.

Tras el diagnóstico clínico de NGS, el servicio de dermatología realizó una biopsia de las lesiones que confirmó el diagnóstico. El estudio histopatológico mostraba una paniculitis lobulillar con infiltrado inflamatorio granulomatoso y presencia de hendiduras en forma de aguja, birrefringentes con luz polarizada y de disposición radial en el citoplasma de los adipocitos y de las células gigantes multinucleadas. Durante su ingreso las lesiones cutáneas fueron reduciendo su tamaño e induración. A los 25 días de vida presentó hipercalcemia (valores de calcio de 13,48 mg/dL), pautándose tratamiento con sueroterapia al doble de las necesidades basales, furosemida y corticoterapia intravenosa, con lo que se normalizó la calcemia a las 24 horas. A pesar del tratamiento recibido, a las 72 horas apareció nuevamente un episodio de hipercalcemia, alcanzando cifras de calcio de 16,23 mg/dL, por lo que la paciente fue trasladada a la unidad pediátrica de cuidados intensivos para su monitorización. Ante la severidad del cuadro, se añadieron bisfosfonatos al tratamiento instaurado (de elección el pamidronato disódico), con lo que las cifras de calcio disminuyeron en 24 horas hasta valores normales. Se fueron reduciendo progresivamente las dosis de corticoides y furosemida. En los controles posteriores, las cifras de calcio en sangre se encontraban dentro del rango de la normalidad y la paciente permanecía asintomática, por lo que fue dada de alta con seguimiento en consultas externas, con control analítico semanal durante las primeras 6 semanas, y mensuales hasta 6 meses después de la resolución de las lesiones.

La NGS es una entidad infrecuente, relacionada con diferentes factores predisponentes5: maternos (diabetes gestacional, preeclampsia, uso de antagonistas del calcio, consumo de cocaína y tabaquismo...), complicaciones del parto (asfixia, aspiración de meconio, infecciones y traumatismo cutáneo) o factores neonatales6 (anemia, trombocitosis). Las lesiones típicas son placas eritematoso-violáceas con nódulos7, de consistencia dura y dolorosa. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con distintas afecciones: escleredema neonatal, hemangioma, fibromatosis... A pesar de su carácter benigno y autorresolutivo, en ocasiones puede presentar complicaciones extracutáneas: trombocitopenia, hipoglucemia, hipertrigliceridemia e hipercalcemia (esta última infrecuente y de etiopatogenia desconocida), aunque la teoría más aceptada es la producción extrarrenal de 1,25 dihidroxivitamina D en los macrófagos del tejido granulomatoso. El tratamiento indicado ante una hipercalcemia8-10 es seguir una dieta baja en calcio, evitando la administración de vitamina D, y administrar hidratación intravenosa, acompañada de furosemida para forzar la calciuresis, y glucocorticoides, que interfieren en el metabolismo de la vitamina D y frenan la producción extrarrenal de 1,25 dihidroxivitamina D. En las hipercalcemias severas o persistentes puede ser útil administrar calcitonina y bisfosfonatos (de elección pamidronato). Debido a la gravedad de esta afección, aun encontrándose los pacientes asintomáticos, es necesario establecer una estrecha vigilancia hasta 6 meses después de la resolución de las lesiones.

 

Bibliografía

  1. Avayú H, Rodríguez C, Wortsman C, Corredoira S, Serman V, Strauch BG, et al. Necrosis grasa del recién nacido: a propósito de un caso. Rev Chil Pediatr. 2009; 80: 60-64.
  2. Grández N, Bravo F. Reporte de un caso de necrosis grasa subcutánea del recién nacido. Folia Dermatológica Peruana. 2004; 15: 2.
  3. Pardo R, Morán M, Álvarez CC, Solís G. Hipercalcemia mantenida secundaria a necrosis grasa subcutánea. Bol Pediatr. 2010; 50: 28-32.
  4. Karimi A, Sayyahfar S, Jadali F, Fahimzad A, Armin S, Ghorubi J, et al. Subcutaneous fat necrosis of the newborn complicated with hypercalcaemia. Pak J. Med Sci. 2008; 24: 178-180.
  5. Larralde M, Abad E, Corbella C, Ferrari CA, Plafnik R. Necrosis grasa subcutánea del recién nacido, comunicación de cinco casos. Dermatol Argent. 2009; 15: 200-204.
  6. Rivas AM, Vásquez LA, Molina V, Arredondo MI, Arroyave JE, Ruiz AC. Necrosis grasa del recién nacido asociada a anemia y trombocitopenia: reporte de un caso. Rev Asoc Col Dermatol. 2009; 17: 180-183.
  7. Tsuji T. Subcutaneous fat necrosis of the newborn: light and electron microscopio studies. Br J Dermatol. 1976; 95: 407-416.
  8. Alijaser M, Weinstein D. A 1-week-old newborn with hypercalcemia and palpable nodules: subcutaneous fat necrosis. CMAJ. 2008; 178: 1.653-1.654.
  9. Vijayakumar M, Prahlad N, Nammalwar BR, Shanmughasundharam R. Subcutaneous fat necrosis with hypercalcemia. Indian Pediatr. 2006; 43: 360-363.
  10. Dudink J, Walther FJ, Beekman RP. Subcutaneous fat necrosis of the newborn: hypercalcaemia with hepatic and atrial myocardial calcification. Arch Dis Child Fetal Neonatal. 2003; 88: 343F-345F.
Publicado en Cartas al Director

Las epidermolisis ampollosas son enfermedades genéticamente determinadas, caracterizadas por una fragilidad excesiva de la piel a las fuerzas de fricción. Esto ocasiona erosiones y ampollas, espontáneamente o ante mínimos traumatismos. Todas ellas se producen por alteraciones, hoy conocidas, en las proteínas de la unión dermoepidérmica. Los pacientes afectados requieren una atención adecuada para mantener una buena calidad de vida, mediante un manejo clínico muy cuidadoso, que incluya la prevención y el tratamiento oportuno de las múltiples complicaciones asociadas, algunas de las cuales pueden llegar a condicionar su supervivencia. Presentamos un caso de epidermolisis ampollosa distrófica con inicio en el nacimiento, confirmada con estudios histológicos y ultraestructurales.

Publicado en Notas clínicas
Miércoles, 17 Marzo 2010 11:38

Parotiditis aguda supurativa neonatal

Sr. Director:

La parotiditis aguda supurativa es una enfermedad muy rara en el periodo neonatal (3.8/10.000 ingresos). Su diagnóstico es fácil, fundamentalmente clínico, cura sin repercusiones y son excepcionales las recidivas, al contrario de lo que ocurre en edades posteriores1,2.

Se da más en prematuros (38%)1, recién nacidos de bajo peso3 y varones (3:1)1. La infección asciende a través del conducto de Stenon, propiciada por ciertos factores que hacen que la saliva sea más espesa, como la deshidratación. De ahí que los prematuros con una mayor predisposición a la deshidratación tengan un riesgo incrementado.

Según otros autores, predomina la vía hematógena. En presencia de una septicemia, la parotiditis está propiciada por anomalías de la glándula, traumatismos orales, sonda orogástrica o inmunosupresión1-4. A veces es bilateral, en cuyo caso hay que descartar abscesos mamarios si el bebé está alimentado al pecho5.

Para el diagnóstico basta con observar si hay signos inflamatorios locales, secreción purulenta a través del conducto de Stenon al comprimir la glándula (patognomónico) y crecimiento de un germen patógeno en dicho material1-3. Rara vez se afecta la glándula salival submandibular, cuya secreción es más rica en IgA y lisozimas6. Los hallazgos de laboratorio son inespecíficos, salvo la hiperamilasemia, muy rara en los neonatos por la inmadurez enzimática1.

Debe realizarse un diagnóstico diferencial, basado en hallazgos ecográficos, con diversas entidades: celulitis, adenopatías, abscesos, miositis, hemangiomas, adenomas y lipomas. En particular, hay que descartar la celulitis-adenitis por Streptococcus agalactiae, forma poco habitual de sepsis neonatal tardía pero que puede ser muy grave7.

El germen más frecuentemente hallado es Staphylococcus aureus (55%), frente a estreptococos (22%).

El tratamiento se iniciará empíricamente, con una combinación de penicilina resistente a betalactamasas o cefalosporinas y aminoglucósidos. Menos del 25% de los casos precisan un drenaje de la glándula1-3,8,9.

Se expone el caso de un neonato de sexo femenino de 12 días de vida, que presentaba una tumefacción preauricular izquierda de unas horas de evolución, febrícula de 37,7 ºC y rechazo de las tomas. No tenía antecedentes personales de interés, salvo una rotura prematura de membranas de 13 horas, por lo que se administró a la madre una dosis de ampicilina (exudado rectovaginal materno para S. agalactiae negativo). Tomaba lactancia materna exclusiva. La madre estaba sana, sin lesiones mamarias.

Se determinó una temperatura de 37,4 ºC y la exploración por aparatos fue normal, salvo por la presencia de una tumefacción preauricular izquierda de 3 x 2 cm, dura y delimitada, con piel suprayacente normal, y un leve despegamiento del pabellón auricular izquierdo.

En las pruebas complementarias se detectaron los siguientes parámetros: leucocitosis con neutrofilia y trombocitosis (leucocitos 26,70 10E3/µL, 76% neutrófilos 20,29 10E3/µL, plaquetas 524.000/µL), alfa-amilasa <30 U/L y proteína C reactiva 13,2 mg/L.

En la ecografía cervical se observaba en la región preauricular izquierda, coincidiendo con la tumefacción palpable, un marcado aumento de espesor del tejido celular subcutáneo periparotídeo, con aspecto hiperecogénico homogéneo, así como un discreto aumento global del volumen de la glándula parótida izquierda. La ecogenicidad glandular era homogénea, sin adenopatías intraglandulares, ni dilatación de los conductos.

En el cultivo del material purulento que se obtuvo a través del conducto de Stenon, al comprimir la glándula, se aisló S. aureus.

Ante la sospecha clínica de parotiditis supurativa, se instauró tratamiento antibiótico empírico con cloxacilina y gentamicina intravenosa durante 10 días. La paciente presentó un pico febril de 38,6 ºC en las primeras 24 horas del ingreso, y posteriormente una febrícula durante 48 horas más. Se produjo una mejora progresiva de la tumefacción y de los signos inflamatorios locales hasta su completa desaparición.

El caso presentado pretende recordar a los pediatras la existencia de una patología poco frecuente en el periodo neonatal. Conviene tenerla en cuenta, en primer lugar, por sus diferencias con los niños mayores (ausencia de hiperamilasemia y etiología bacteriana) y, en segundo lugar, por la necesidad del diagnóstico diferencial con la celulitis-adenitis por S. agalactiae.

 

Bibliografía

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  7. Soler Palacín P, Monfort Gil R, Castells Vilella L, Pagone Tangorra F, Serres i Créixams X, Balcells Ramírez J. Síndrome de celulitis-adenitis por estreptococo del grupo B como presentación de sepsis neonatal tardía. An Pediatr (Barc). 2004; 60: 75-79.
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  9. Brook I. Suppurative parotitis causedby anaerobic bacteria in newborns. Pediatr Infect Dis J. 2002; 21: 81-82.
Publicado en Cartas al Director
Miércoles, 17 Marzo 2010 11:34

Pápulas calcificadas en los pies

Presentamos el caso de una niña con nódulos calcificados subepidérmicos, localizados en los pies desde los 2 meses de edad. No había antecedentes de pinchazos ni traumatismos locales. El examen histopatológico reveló múltiples depósitos basófilos en la dermis superior, inmediatamente por debajo de la epidermis. Estos depósitos estaban rodeados de células gigantes de cuerpo extraño. El nódulo calcificado subepidérmico se clasifica dentro de las calcificaciones subepidérmicas idiopáticas, y generalmente afecta a los niños. La lesión suele localizarse en la cabeza y el cuello, sobre todo en la cara, pero puede aparecer en las extremidades. Son nódulos generalmente solitarios, aunque también pueden ser múltiples. Clínicamente se trata de nódulos bien circunscritos, verrugosos, de color blanco-amarillento o eritematoso. Su patogenia es incierta. El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica.

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