Sr. Director:
Alrededor de los años 60-70 a. C., Tito Lucrecio Caro, filósofo romano, publicó un poema titulado «Sobre la naturaleza de las cosas». Fue el primer autor en proponer un axioma que, con el paso del tiempo, terminarÃa convirtiéndose en una gran verdad: «la tisis es difÃcil de diagnosticar y fácil de tratar en sus primeras fases, mientras que resulta fácil de diagnosticar y difÃcil de tratar en su etapa final». La meningitis tuberculosa es una entidad poco frecuente en nuestro medio, pero supone una de las infecciones menÃngeas con mayor morbimortalidad1,2. Su pronóstico depende en gran medida del inicio precoz del tratamiento antituberculoso, por lo que éste debe empezarse ante la sospecha clÃnica aunque las pruebas iniciales para el diagnóstico sean negativas o estén pendientes de confirmar1,2.
Se presenta el caso de una niña de 5 años de edad de origen marroquÃ, sin antecedentes personales de interés ni viajes recientes realizados a su paÃs, que consulta por presentar fiebre de 15 dÃas de evolución asociada a cefalea frontal de intensidad moderada, vómitos matutinos, pérdida de peso y afectación del estado general durante las últimas 12 horas. Refiere también episodios paroxÃsticos que ceden espontáneamente, consistentes en una desviación de la comisura bucal. En la exploración fÃsica no se hallaron signos patológicos. El hemograma, la bioquÃmica, el análisis sistemático de orina y la determinación de la proteÃna C reactiva no presentaron alteraciones significativas. La paciente ingresó para la realización de un estudio médico.
A las 24 horas del ingreso presentó una desviación de la comisura bucal hacia la derecha, que cedió con diazepam, y un deterioro neurológico con disminución progresiva del nivel de conciencia. Se realizaron las siguientes pruebas complementarias, con los respectivos resultados:
•TomografÃa computarizada (TC) craneal: ventriculomegalia moderada.
•LÃquido cefalorraquÃdeo (LCR): glucosa 19 mg/dL (glucemia 109 mg/dL), proteÃnas 86,8 mg/dL, ADA 22 U/L, 124 leucocitos/mm3 con 99% linfomononucleares.
•Electroencefalograma (EEG): signos de afectación cerebral generalizada de intensidad media-severa.
• Tinción de Gram del LCR: no se observan microorganismos.
• RadiografÃa de tórax: normal.
Ante los datos compatibles con meningoencefalitis tuberculosa, se solicitó una tinción de Ziehl-Nielsen y una reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para Mycobacterium tuberculosis en el LCR, y se inició tratamiento con cuatro fármacos antituberculosos (isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol), según las últimas recomendaciones de la Sociedad Española de InfectologÃa Pediátrica1 y el Comité de Medicamentos de la Asociación Española de PediatrÃa3. Se añadió dexametasona, aciclovir y fenitoÃna, y ante la disminución de la conciencia mantenida (Ãndice de Glasgow de 11-12) se decidió el traslado de la paciente a la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) de nuestro hospital de referencia.
En la UCIP se asoció al tratamiento cefotaxima y nimodipino, debido a un vasoespasmo de la arteria cerebral media. La paciente experimentó una mejorÃa progresiva desde el segundo dÃa de ingreso, con un Ãndice de Glasgow de 15, y no presentó nuevas crisis. Al alta de la UCIP se encontraba asintomática, salvo por la presencia de una marcha con un leve aumento de la base de sustentación.
Tras el reingreso en nuestro hospital, se realizó un nuevo EEG (con mejorÃa respecto al previo) y una resonancia magnética (RM) cerebral, que mostraba una lesión nodular con realce en anillo y un edema vasogénico asociado, de 4 mm, subcortical parietal derecho. En el estudio de los contactos, ambos padres y tres hermanos presentaban un test de Mantoux de 0 mm y radiografÃas de tórax normales. No habÃa convivientes con fiebre, pérdida de peso o tos crónica de larga evolución.
Las tinciones de Ziehl-Nielsen fueron negativas, la PCR para M. tuberculosis en LCR también negativa, y el resultado del test de Mantoux fue de 0 mm a las 72 horas. En la UCIP se realizó un Quantiferon-TB-GoldinTube® (técnica que detecta en sangre el interferón gamma producido por los linfocitos T al entrar en contacto con antÃgenos secretados por bacilos de M. tuberculosis, conocida también como IGRA [interferon-gamma release assays])2,4,5, que fue negativo. A pesar de las pruebas negativas, se decidió mantener el tratamiento, sobre todo teniendo en cuenta la mejorÃa clÃnica de la paciente. A las 3 semanas se aisló M. tuberculosis en el cultivo del LCR en medio lÃquido, sensible a todos los antituberculosos de primera lÃnea. La evolución fue satisfactoria, la ventriculomegalia desapareció y, tras 1 año de seguimiento, la niña no presentó ninguna secuela.
Se presenta un caso con algunos datos a favor del diagnóstico de meningitis tuberculosa y numerosos en contra, o que al menos deberÃan plantear un diagnóstico diferencial. Los datos a favor fueron los siguientes: bioquÃmica del LCR, ventriculomegalia, lesión cerebral en la RM compatible con tuberculoma y procedencia de un paÃs con elevada endemia tuberculosa. Los datos en contra fueron: radiografÃa de tórax normal, prueba de tuberculina negativa, Quantiferon-TB-GoldinTube® negativo, Ziehl-Nielsen negativo, PCR para M. tuberculosis en el LCR negativa (prueba con un 56-71% de sensibilidad y un 95-98% de especificidad)1, ausencia de caso Ãndice y estudio de contactos negativo. Dada la buena evolución clÃnica de la paciente, se decidió continuar con el tratamiento antituberculoso, pero tras observarse las lesiones en la RM se planteó un diagnóstico diferencial con las patologÃas que pudieran cursar con glucosa descendida, pleocitosis e hiperproteinorraquia, fundamentalmente la meningitis fúngica (muy improbable en este caso) y la meningitis carcinomatosa. El crecimiento a las 3 semanas de M. tuberculosis en medio lÃquido confirmó nuestra sospecha diagnóstica.
Aunque no se llevó a cabo en este caso, quisiéramos señalar que también es muy importante, incluso con un resultado normal de la radiografÃa de tórax, obtener tres muestras de jugo gástrico o esputo inducido. El aislamiento del bacilo es prioritario para conocer la sensibilidad de la cepa, y no siempre se consigue aislar M. tuberculosis en el LCR. El uso de otras pruebas de imagen, como la TC, para identificar adenopatÃas subcarinales u otros hallazgos que sugieran una infección tuberculosa sigue siendo controvertido en niños sin enfermedad aparente6, pero creemos que en este caso podrÃa haber ayudado durante el diagnóstico diferencial.
Se presenta aquà un caso clÃnico de diagnóstico complejo para resaltar la importancia del inicio precoz del tratamiento ante la sospecha clÃnica de una meningitis tuberculosa, aunque las pruebas radiológicas, inmunológicas y microbiológicas iniciales no sugieran dicha posibilidad, ya que se ha demostrado que la morbimortalidad de esta enfermedad disminuye con un tratamiento precoz, incluida la rápida instauración de una válvula de derivación, que, aunque no fue necesaria en este caso, también ha demostrado propiciar una franca mejora de la evolución a corto y largo plazo. En nuestro medio, ante la presunción diagnóstica de una meningitis tuberculosa la práctica habitual debe ser el inicio precoz del tratamiento, antes de cualquier confirmación microbiológica.
BibliografÃa
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- Mellado Peña MJ, Piñeiro Pérez R, Medina Claros A, Bravo Acuña J, Cabrera GarcÃa L, MartÃnez Fernández-Llamazares C, et al. Informe y recomendaciones del Comité de Medicamentos de la AEP sobre la modificación de las dosis de los fármacos antituberculosis de primera lÃnea. Febrero de 2012 [consultado 14/11/12]. Disponible en: http://www.aeped.es/sites/default/files/recomendaciones_cm.dosistb.22.2.12.pdf
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- Gómez Pastrana D, Carceller-Blanchard A. ¿Debe realizarse una tomografÃa computarizada torácica a los niños con infección tuberculosa sin enfermedad aparente? An Pediatr (Barc). 2007; 67: 585-593.