Editorial
Acta Pediatr Esp. 2006; 64: 1

Y ya son 63 años…

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¡Hace 63 años! ACTA PEDIÁTRICA ESPAÑOLA iniciaba su andadura. Sócrates afirmaba que: «Para ser jueces imparciales se debía escuchar cortésmente, responder sabiamente, condenar prudentemente y decidir imparcialmente». Sugería que eso hiciéramos con los trabajos que vieron la luz en los primeros temas difíciles de nuestra pediatría.

Quisiera destacar, en primer lugar, nuestra sección de «Abstracts», que intenta que, de alguna forma, lleguen a todos los rincones de nuestra geografía las publicaciones y los trabajos más recientes de nuestra especialidad, incluso aquellos que juzgo interesantes y que no tratan estrictamente de salud infantil, para que todo pediatra tenga información y conocimiento de ellos. Nos sería muy útil una crítica constructiva, así que esperamos las sugerencias y opiniones de los lectores para modificar, añadir y mejorar esta sección que consideramos tan interesante.

Sin duda, esta revista se ha enriquecido con la actividad de su subdirector, el Dr. Jaime Dalmau, que, a su vez, es el coordinador de la Sección de «Nutrición Infantil», ya que, como habrán observado, cada día nos esforzamos en ser más rigurosos en la aceptación de trabajos para publicar, y eso, en parte, se debe a su gran formación científica.

Los coordinadores de las otras secciones, la Dra. M.ª Ángeles Muñoz y el Dr. Jaime Díez, siguen cada año impulsando sus respectivas parcelas de trabajo.

¡Ojalá! pudiera contar con más publicaciones de pediatras extrahospitalarios, a pesar del esfuerzo que supone para ellos el trabajo clínico diario.

Al secretario de ACTA, el Dr. J.A. Gómez Campderá, mi agradecimiento por el esfuerzo continuado que, año tras año, realiza para mantener esta publicación con la dignidad que todos deseamos.

Mi más sincero agradecimiento también a Ediciones Mayo, S.A., con especial mención a Ángeles Bermejo, que sigue esforzándose en que esta publicación salga puntual y por el gran esmero que ha demostrado hasta ahora.

Las casas comerciales nos siguen ayudando para que ACTA sea una realidad viva después de estos 63 años: ¡muchas gracias!

Para terminar, señalar que lo principal para mantener a ACTA PEDIÁTRICA en la línea que sus fundadores se propusieron son sus lectores y correctores anónimos, sin cuya contribución esta revista no sería una realidad.

Deseo para todos los que componemos la gran «Familia pediátrica» un feliz y próspero 2006.